🏮 Día 4. Trenzas/cabello largo - Luzuborn 🏮

342 26 17
                                    

"Y la luz encuentro al fin, ahora el cielo es azul...

... veo en ti la luz"
                            — Enredados (2010).

Reborn no creía en los cuentos de hadas, era una tontería, vamos, que desde que es pequeño ha tenido que soportar a sus padres decirle que tiene que madurar, que debe de encontrar una buena carrera que le deje dinero y bla bla bla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Reborn no creía en los cuentos de hadas, era una tontería, vamos, que desde que es pequeño ha tenido que soportar a sus padres decirle que tiene que madurar, que debe de encontrar una buena carrera que le deje dinero y bla bla bla.

Por eso cuando oyó a esta chica Nieves hablar de que su vida junto a su ahora prometida Akira era "un cuento de hadas" no pudo evitar reírse.

— Oh vamos, no digas tonterías, por ahora te parece así, pero volverás a la realidad muy pronto. — Le dijo tomando de su café y la contraria soltó una risa ahora.

— Ya veo que estas muy amargado como ese café para ver las posibilidades, ¿no? — Dijo ella oyéndose un "uhhh" por parte de los demás en la mesa y risas, sin dejarle más opción que irse completamente avergonzado y sonrojado.

¿Quién se creía esa chiquilla para decirle amargado y a su café sin azúcar?

Bufó, cerrando la puerta de su casa detrás de sí mismo.

Vivía en esta mansión lujosa como jefe de una gran empresa. Tenía dinero, mucho, sirvientes que lo ayudaban a mantener la casa, gente que lo invitaba a fiestas, lujos por todos lados, sus padres estaban orgullosos... pero él se sentía en realidad vacío.

Había algo que le faltaba pero no sabía que era, como ese café sin azúcar que siempre tomaba. Lo odiaba, mucho, pero no podía tomar otra cosa que en realidad le dijera que estaba viviendo la vida privilegiada que todos querían... pero él no.

Suspiró, dejándose caer en el respaldo de la silla de su escritorio en su gran y vacía oficina personal, viendo a su gato Fénix llegar maullando por atención, acariciando su dorso.

Inconscientemente desviando su mirada a su vieja computadora portátil, aquella máquina que prendió por alguna razón, revisando mil escritos sobre historias fantásticas de dragones que hablaban, caballeros en apuros y princesas que se saltaban solas... que nunca vieron la luz.

En especial ese libro que escribió basado en la típica historia de Rapunzel y la película de Disney, una adaptación algo extraña que nunca terminó pero que movía su mente cada que la recordaba.

Negó, no podía distraerse en sueños del pasado, apagando la computadora por enésima vez para dejarla en su polvos sitio antes de irse a dormir pensando en que ese cuento era una tontería que lo distraía de la realidad...

¿O no?

— Oye, ¡oye! — Oyó una voz que lo llamaba y alguien que lo sacudía con violencia, golpeándose la cabeza.

— Auch, ¡¿qué te pasa?! — Exclamó, bufando. De seguro uno de esos estúpidos sirvientes nuevos. Habían salido tan mal últimamente...

— Me pasa que ya es hora de irnos como acordamos a robar la corona, ¿acaso te dio amnesia o qué?

Luzubowl month 2021 - #LuzbowlmonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora