—¡Hermosa! —exclamo al ver mi reflejo en el espejo. Hoy es de esos días en donde la autoestima está hasta el cielo. Mi cabello ondulo y largo cae por mis hombros y espalda. Realicé en mi rostro un simple maquillaje, el cual consiste en polvos, sombra rosa y brillantina sobre mis párpados, rubor en mis mejillas y un poco de brillo en mis labios. Además, visto un hermoso vestido de cuadros rosas y blancos, falda por las rodillas y dos finos tirantes que lo sujetan. Por obvias razones este tipo de ropa no la puedo usar en este bosque encantado, pero si en mi cálido hogar.
—¡Hasta mañana! —expreso tomando de mi cama mi reproductor de música. Mis demás compañeros de habitación se quedarán en este lugar, ya que hoy tendrán que visitar a los pequeños y gruñones duendes de las cavernas.
—¡Te ves hermosísima! —grita mi amiga, Sophie, desde su cama.
—Dime algo que no sepa —respondo y le guiño un ojo. Subo los escalones hasta el exterior del Dair y comienzo mi travesía para poder llegar al túnel que me llevará a mi realidad.
Comienzo a tararear la canción que escucho a través de mis audífonos, pero al ver la silueta de Ethan decido quitarme uno de ellos.
—¿A dónde vas tan elegante, obstinada? —pregunta con cierto tono travieso.
—Por suerte, lejos de ti —contesto con superioridad y vuelvo a colocar el audífono en mi oído, ignorando la presencia del rubio.
Una vez en frente del gran túnel, le brindo una ligera mirada y entro en él. Cada paso que doy me alerta algo malo... el frío no desaparece. Normalmente, pasar de un ambiente tan gélido a las mismas costas del pacífico, suele ser un cambio muy notorio.
—Dios, ¿por qué me odias? —cuestiono mirando con tristeza el cielo grisáceo del cual proviene una fuerte lluvia—. Genial, justo cuando me sentía linda —refunfuño.
Al cabo de unos minutos en donde permanecí resguardaba de la lluvia en el tronco, decido salir corriendo hacia mi cabaña.
Tomo mi piedra y con rapidez corro como si la misma muerte me persiguiera. Llego al pórtico de mi casa, tomo un poco de aire, ya que la corrida me dejó agotada y finalmente, toco el timbre.
—Por Dios, Tayshell. Te vas a enfermar, hija —menciona mi padre al abrir la puerta. Me da una señal para que entre y al cerrar la puerta, sale corriendo hacia la sala de estar de donde toma una manta y la coloca sobre mí—. Bueno, el maquillaje es un desastre, pero igual te ves hermosa —dice al verme tan arreglada.
—Gracias, supongo —respondo cubriéndome con el trozo de tela.
—Llegas justo a tiempo, acabamos de empezar nuestra tarde de películas —añade mi padre, tomándome del hombro y guiándome hacia la cocina.
—Hola, Tayshell —dice alegremente Emma, la novia de mi hermano. Ambos se encuentran haciendo lo que parece ser una pizza.
—Hola, Emma —respondo con una pequeña sonrisa.
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The Elements College | Terminada
FantasíaDespués de cincuenta años de espera, el Colegio de los Elementos, vuelve a abrir sus puertas. Jóvenes de todas las partes del mundo serán convocados a tomar sus papeles como guardianes de la naturaleza. Sin embargo, algunos sucesos extraños y una an...