Era una tarde fría, en el cementerio se estaba llevando a cabo el funeral de los cuatro Uchihas que perdieron la vida.
Sí cuatro, Uchiha Madara, Uchiha Obito, Uchiha Akari y el de la hija de Madara, pues los rumores fueron confirmados y debían de aparentar lo mejor posible.
Los tres Hokages borraron toda la información de Minari y la sustituyeron con el nombre de Akemi, también tuvieron que fingir su funeral de la manera más normal.
Todo iba de la mierda, si somos honestos, demasiadas muertes en tan pocos días, o quizá debería decir horas, pero así era el mundo shinobi ¿no?, debían sacrificarse para poder alcanzar una paz que tarde o temprano se quebrantaría. Una paz que no duraría mucho. Morir intentando alcanzar un objetivo casi inalcanzable, ¿realmente valía la pena?.
Todo el clan Uchiha sufría la pérdida de dos grandes shinobis, Madara su principal líder y Akari, un miembro importante que formaba parte de la Policía Militar, en cuánto a Obito, bueno, el ni les importaba en lo absoluto, para ellos siempre fue un inútil, jamás demostró ser digno portador del apellido Uchiha, o al menos eso creían.
Obito era cómo la oveja blanca en un rebaño de ovejas negras. Pero si había comentarios acerca de la primogénita del Uchiha mayor.
- Madara decía que su hija era una prodigio -
- Debió ser un enemigo muy fuerte como para derrotar a su hija -
- Pobre criatura era muy joven -
- Dicen que tuvieron que armar una emboscada muy compleja para poder capturarla -
- Hubiera sido una gran líder -
- Escuché que la niña murió antes que su padre -
- ¿Cómo se llamaba la hija de Madara-Sama? -
Esos, entre muchos comentarios se escuchaban tras ver las lapidas de los difuntos, el líder secundario del clan Uchiha, Fugaku, había pasado a ser el actual líder del clan, y aun así no mostraba ni el más mínimo rastro de sentimientos, se mantenía serio como siempre.
- Todo va a mejorar Shisui, tranquilo - reconfortó la Uchiha.
- Yo debería decir eso Nari - reprochó con diversión, dándole a entender que tenía razón.
- Ven, volvamos con Kushina y Minato - la menor se dio la vuelta para empezar a caminar en dirección a la salida del cementerio.
- Pero todavía no acaba el funeral - replicó Shisui.
- Ya no quiero estar aquí, he visto suficiente -
- Bien espérame - Shisui apresuro el paso para alcanzar a su mejor amiga.
La pareja de amigos caminaba por las calles de Konoha, ambos estaban sumidos en sus propios pensamientos, Shisui solo podía pensar en como sería su vida sin su madre, ya no tenía familia, aunque agradecía que Minato y Kushina quisieran hacerse cargo de él y Minari, no quería ser un estorbo o una carga para ellos. Debía de pensar en como se mantendría, por lo menos hasta hacerse ninja.
Minari, por su parte, estaba pensando en el sueño que había tenido con anterioridad, le había dejado un sabor de boca un tanto amargo, y no por que lo que soñó fuera raro, si no por que empezaba a añorar a su familia, o bueno, a su tío y su padre, fuera de que el sueño que tubo la confundió un poco.
*Flashback*
Después de que conseguí que Shisui se calmara un poco y durmiera, me recosté en mi cama. Shisui se había alterado demasiado después de enterarse de la muerte de su mamá, no paraba decir que su vida ya no tenía sentido, que ya lo había perdido todo, intentaba ocultar sus lagrimas, intentaba no llorar, intentaba ignorar el hecho de que gracias al dolor que sintió despertó la segunda aspa del Sharingan. Me quedé con él hasta que se durmió, tardó demasiado en suceder, pero no me quejaba, cuando mi padre me pegaba, yo me escaba por las noches al río Nakano a verlo, lloraba a mares y el estaba ahí para mí, me abrazaba y me consolaba hasta que me calmara, jamás se quejó de eso. No sabía como agradecerle, el simple hecho de que el estuviera ahí, siempre, era algo que valoro demasiado.
ESTÁS LEYENDO
La Princesa de los Cuervos |Shisui Y Tú
Hayran Kurgu✨ Shisui y Minari, amigos inseparables que se conocieron desde niños. Puede que de una manera rara, Pero desde ese entonces ambos estuvieron juntos. Conocían los peores demonios del otro, sin embargo siempre estaban juntos. Por que una promesa es pa...