Tenia los músculos tensos, la cabeza me palpitaba con fuerza incluso sin haber abierto los ojos, mis parpados parecían haber sido cocidos para evitar que volviese a ver la luz del día, y mi garganta ardía tanto que parecía haber gritado durante horas. El frio de las sábanas me hizo estre; por lo general, el calor de otro cuerpo me acunaba a estas horas, además, de sentir sus brazos rodeándome protectoramente.
¿Por que no sentia ese abrazo? Ella solía abrazarme por la cintura, pegando su pecho a mi espalda, colando su rodilla entre mis piernas y posando sus labios sobre mi cabeza.
¿Por que tenia tanto frío? Parecía que estaba sola flotando en un mar de sábanas, parecía que nadie me acompañaba en esa cama.
¿Por qué sentía un olor diferente? Kara tenia un olor característico, un olor suave pero conciso tan caracteristico que podías saber que ella venía a bastantes metros de distancia. Su olor era tan dulce, tan delicioso que te aturdida y te encantaba como un hechizo potente.
¿Por que me sentia tan sola? No la sentía conmigo, y eso me hacia sentir tan sola, me hacia sentir tan abandonada, tan perdida.
-Querida, es hora de levantarse.- Esa voz no era de Kara, tampoco era de alguien que recordara.- Hay muchas cosas que hacer.- No la conocía, pero me desagradable su voz, me causaba una repulsión demasiado grande como para soportarla.- Mi pequeña florecita, mi Rosa, necesito que te levantes.
¿Me dijo Rosa? No era posible, Kara nunca me decía así.
Abrí los ojos con apresuró, obligando a mis parpados a adaptarse a la luz que me quemaba con fuerza, dándome cuenta de que las paredes no eran del blanco calmo al que me había acostumbrado con Kara, ahora era de un rosa chillón que lastimaba mis ojos, las sábanas no eran de ese negro brillante y el cobertor no era a de ese maravilloso color verde que daba paz. Para complementar la pesadilla, frente a mi no estaba Kara, no, frente a mi estaba el Hada Madrina, esa maldita proxeneta que me había coartado la vida.
-¡¿Que?! - Jadee con pesar.- ¿Donde...donde está?
-Mi amor, estas en tu casa, la subasta de anoche fue un completo éxito.- Exclamo con una felicidad que me repugnaba.
Me encogí sobre mi propio cuerpo.- ¿Donde...donde esta Ka...Kara?
-¿La empresaria? - Asentí porque era la única manera que tenía para comunicarme.- Ella se fue feliz por la atención de mis muchachas, y finalmente se llevó a mi Camelia, ya sabes, para probarla luego de ti.
-¡¿Que?!
-Que ella pago por una noche contigo, y ahora vino a buscar a nuestra Camelia por eso mismo.
-¿Ella...ella?
-Ella solo quiere sexo, mi pequeña florecita, ella solo queria tener una noche con la más hermosa de este ramillete.
Por alguna razón, busque a ciegas ese anillo que ella me había regalado, la única manera que tenía de despertar de esa pesadilla, la única manera que tenía de decir que eso era una mentira y que ella llegaría con su rostro de empresaria amenazadora y me sacaría de ese lugar, me llevaría a nuestro hogar. Pero, el anillo no estaba ahí, el anillo había desaparecido.
-¡No!
El pecho me quemaba, y las náuseas me estaban haciendo ver borroso; tenía ganas de gritar hasta que Kara me escuchara, hasta que ella llegara a salvarme, hasta que ella llegara a decirme que esta era una mala broma, pero eso no paso, solo apareció un hombre canoso, con rostro ajado y sonrisa de pervertod, un verdadero asco.
-Y también hiciste un muy buen trabajo.- El ardor de la bilis subiendo por mi tráquea me estaba matando.- Es por eso por lo que el señor Stern está acá, para llevarte con el par de días.
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La Bella y La Bestia. (G!P) - [Supercorp] (Supergirl) [Adaptación]
FanfictionElla es una bella Rosa vendida en una subasta, la otra, es la bestia que todo el mundo le hizo creer, una poderosa altanera. La Rosa acusa a la Bestia de ser un monstruo. La Bestia llora por los maltratos sufridos durante toda su vida. La Bestia pro...