Única parte

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Estando en aquellas cuatro frías paredes, con las manos en la mesa, juntas, esposadas.

No tenía miedo, pero por alguna razón no dejaba de llorar, el estaba bien, pero no me sentía bien conmigo mismo.

Entró a la habitación un hombre, parecía ser africano, tenía la piel oscura como el café, se sentó frente mio y comenzó a hacerme preguntas.

Yo no podía oír nada, sólo veía sus labios moverse en total silencio, recordaba aquel momento, hasta que sentí como fui golpeado en la cabeza.

Aquel hombre me había dado un golpe bastante fuerte con un libro, que me hizo volver en mis cinco sentidos.

-Te estoy hablando.

No conteste, sólo lo mire con los ojos hinchados y llorosos.

-Dime que fue lo que pasó.

-Podran odiarme o lo que sea, pero yo se que el está bien, a el no le paso nada- dije con un nudo en la garganta.

Es aquí donde comienza está historia.

Basta con decir que soy Jeon Jungkook, el hombre que amo locamente a Park Jimin; creo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no es necesario tantas explicaciones sobre mi...

¡Yo tan estúpido, tan egoísta, tan cruel!

Basta de hablerio. Dije que sería breve en forma simple y sencilla y así lo haré.

Amaba desesperadamente a Jimin pero la palabra amor nunca se formuló entre nosotros.

Espere con intranquilidad su regreso de tokyo para decirle. Pero el no volvía.

Fueron pasando los días, aumento mis ganas de verlo y creí que me volvería loco si no lo veía tan sólo una vez.

Le escribí un mensaje que únicamente decía:
"¡Te quiero Jimin, te quiero, te quiero!"

Pasaron dos días exactamente, una tarde al fin me contesto diciendo: "Tengo miedo de hacerte mucho mal Jungkook".

Le había contestado en ese mismo momento, había esperado tanto para que me diga esto, pero no me importo y le conteste:

"No me importa lo que puedas hacerme. Si no pudiera amarte me moriría. Cada minuto, cada segundo que pasó sin poder verte es una interminable tortura".

Tuve días terribles, la respuesta de Jimin nunca llegó. Atormentado le volví a escribir.

"Estas pisoteando este amor"

Al día siguiente, en una llamada que hicimos. Pude oír su voz, distante y trémula.

Excepto las palabras de Jimin, hablaba bastante rápido, no alcance a decir absolutamente nada, supongo que no habría sido posible.

Mi garganta en ese momento estaba contraída de tal modo que no podía hablar.
El me dijo:

-Volvere a tokyo mañana. Te enviaré un mensaje cuando llegue- Al día siguiente, lo llame desde su casa.

-Necesito verte, enseguida- dije

-Claro, nos veremos está noche, te he dejado una carta, espero que la puedas leer- me respondió.

¡Si supieran como espere ese momento, como anduve caminando sin rumbo por las calles, sólo para que el tiempo pasará más rapido!¡Que ternura sentí en mi corazón, que lindo me parecía todo, la tarde nevada, los perros correteando de aquí para allá!

Pienso ahora hasta que punto el amor enceguece y que poder tan mágico tiene que hasta te transforma en una persona totalmente diferente.

Eran exactamente las ocho, cuando por fin lo vi, Jimin se acercaba mientras me buscaba entre la oscuridad. Era ya muy tarde para ver su rostro, pero aún así lo reconocí por su forma de caminar.

Nos sentamos en un banco que estaba cerca. Le tome de la mano y repetí una y otra vez su nombre, no podía decir otra cosa, mientras el se quedaba en silencio.

-¿Porque fuiste a tokyo?- me decidí a preguntar con un tono agresivo y seguí preguntando.

-¿Porque me dejaste sólo?¿Porque me dejaste esa carta en tu casa?¿Porque no me dijiste que eras casado?- preguntaba y preguntaba sin obtener respuestas, tenía los ojos rojos de tanto llorar.

El sentimiento de vacío que sentía en ese momento se podría comparar con un agujero negro sin fondo, me sentía traicionado, decepcionado, me sentía sólo.

El no respondía. Le estruje el brazo y gimió de dolor.

-Me haces mal, jungkook- dijo mi nombre suavemente.

-¿Porque no dices nada?¿Porque no me respondes?- dijo Jimin en un tono preocupado.

-¿Porque! ¡Porque! - Dije exaltado, pero él me callo.

-¿Porque crees que todo tiene que tener una respuesta? Jungkook, porque no mejor hablamos de ti, dejemos de lado está situación, que tal te va en tu trabajo, no te estuviste sobrecargando verdad. Pensé muchas veces en ti, en el peluche que me compraste en aquella feria- dijo limpiando mis lágrimas con sus pequeñas y suaves manos.

...

Lo que sucedió días después lo recuerdo como una pesadilla. Batallando con la tempestad, escale  hasta la planta más alta por la reja de una ventana. Camine hasta encontrar una puerta.

Entre en el domicilio y busque su dormitorio, la línea de luz debajo de la puerta me indicó que era el sitio. Temblando sostuve el cuchillo y abrí la puerta lentamente.

Y cuando el me miro con sus preciosos ojos alucinados, yo estaba parado en el umbral de la puerta. Me acerque a su cama, el estaba leyendo un libro que lo dejo a un lado, cuando estuve a su lado, me dijo débilmente:

-¿Qué harás, Jungkook?.

Puse mi mano izquierda sobre su lacios cabellos dorados, y le respondí:
- Tengo que matarte, Jimin. Me has dejado sólo, tu eras mi amor, mi ser más preciado, lamentó nunca habértelo dicho. Te Amo.

Entonces llorando le clave el cuchillo en el pecho...

Cuando me entregue en la comisaría, eran casi las seis de la mañana.

-¿Porque dices que el está bien?- me pregunto aquel hombre de piel café.

Lo mire al rostro con los ojos llorosos, siendo un total desastre de agonía y sufrimiento.

-El aún está aqui- dije levantando mis manos esposadas hacia mi pecho y continúe:

- Jimin siempre estará aquí, porque el amor que tenía hacia el nunca se irá, y ahora el también siempre me amara- dije mientras sacaba un pedazo de vidrio de mi bolsillo.

El hombre no se había percatado o fue demasiado lento pero no pudo evitar que Jungkook deslizara aquel pedazo de vidrio sobre su garganta, haciendo que cayera al suelo, formando un charco de sangre.

Pudo ver borrosamente como el hombre se levantaba desesperado, pidiendo ayuda, Jungkook lo sujeto del tobillo y dijo sus últimas palabras:

-Ahora estaré con el por siempre, te demostrare que el está bien. Mi jimin- dijo suavemente su nombre, sintiendo aquel calor de su cuerpo junto al suyo, dejándose ir totalmente en un sueño sin fin.

Aquel sentimiento de soledad ya jamás lo sentiría, ya no se atormentaria todos los días, sólo por querer verlo, el amor lo cegó, el amor lo transformó, y el proceso ahora sólo se encontraría en sus recuerdos.

ALENSE
Acaban de leer: 1127 palabras.

♧ALENSE♤Acaban de leer: 1127 palabras

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Comes back ₩ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora