IF YOU - Shōta Aizawa

8.

Pasado.

Lo que podría haber sido su oportunidad de brillar se esfumó como la llama de una vela al ser soplada.
Sus pies, a diferencia del resto, no sé movieron, en ningún momento. No se trataba del quirk de Shōta Aizawa, aquel tipo con cara de aburrimiento no se atrevería a usar un truco tan sucio como ese.
Se trataba de lo que sentía.

Sus pies temblaban y de forma similar a cuando un hombre mayor sufre un paro cardíaco a mitad de la calle, su cuerpo se desplomó por completo en el suelo.
Su último intento se alejaba a la par de aquellos sujetos, el miedo de perder la había superado y el sentimiento que implicaba el ganar la asustaba en sobremanera.

No podía hacer nada por Tenko.

¿Qué tal si realmente estaba muerto?

Sintió la mirada de una pequeña parte de la multitud, un par de personas alentandola a levantarse y otras más, abucheandola por tan desastroso inicio.

Si ella no podía competir para reencontrarse con su hermano menor, ¿qué sería de los civiles que quedaran bajo su cuidado?

Un suspiro desalentador, fue la única acción que pudo hacer, no se puso de pie, probablemente todos los héroes profesionales la veían avergonzados y ahogándose entre sus risas por lo mediocre que era.
Y ella lo podía reconocer, aquel sentimiento que llevaba días en su corazón parecía haber florecido.

Florecido, aquella extraña palabra le resultaba familiar de un momento a otro. Pronto, frente a sus ojos, una mano se extendió hacia su dirección. La presidenta de la clase extendía su mano, aquella mujer con la que apenas había cruzado un par de palabras se había detenido.

Kenta dudó un par de segundos, pero el miedo pareció esfumarse al ver aquella sonrisa en el rostro de esa mujer.
Sus sentimientos se encontraban distorsionados, en ese momento, Kenta no era capaz de recordar en lo más mínimo el rostro de Tenko.

Ni siquiera podía recordar si en algún momento le habían dicho si él seguía o no con vida.

¿Y si en todo ese tiempo tuvo que haber estado de luto y no buscando a su hermano?

Sujetó la mano de Ayaka, poniéndose de pie pero negándose a moverlos, todo en sólo un par de segundos.

El pensamiento rápido de Kenta sólo funcionaba cuando aquella flor en su corazón se adueñaba de su cerebro.

Flores, a Tenko le gustaban las flores.

La mano de Ayaka quedó suspendida en el aire en cuanto Kenta abandono aquel lugar, corriendo a la meta sin pensar en esperar a aquella chica o a alguno de sus amigos.

Su hermano había vuelto a su confundido cerebro, aquellos días de llanto no podían haber sido en vano, aquel sentimiento de abandono que probablemente se había instalado en el corazón de Tenko no podía aumentar.
Kenta lo buscaría y al encontrarlo le recordaría lo mucho que ella y Hana lo amaban, le recordaría lo mucho que lo seguía queriendo y se encargaría de alejarlo de toda clase de peligro.
Incluso si eso implicaba mantenerlo alejado de su sueño.