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Los pasos del mexicano resonaban por todo el vacío pasillo, buscaba con la mirada el cuarto donde estaba el ruso. Al finalmente encontrarlo, entro de golpe sin decir nada, solamente lo miro un poco caído y triste.

Se sentó a orillas de la camilla y le entregó un gran sobre al ruso, y este último lo tomo sin mucha importancia. México notó claramente el vacío de los ojos de Rusia, estaban apagados sin rastro de vida, hacía tiempo que no lo veia así de decaído... tanto que parecía un muerto en vida. Aunque, practicamente eso era, estaba condenado desde hace tiempo ya.

El mexicano, intentando animarlo un poco habló sobre las cartas.

-Tu novio me las dio... Mas bien, me las tiro en la cara, parecia un poco preocupado por ti, Rusia. -El nombrado simplemente le miró, logrando que un escalofrío le recorriera la espalda al tricolor. Esos ojos vacios y apagados le incomodaban mucho a la hora de mirarlos.

Rusia sin siquiera hablar, comenzo leyendo su primera carta con una pequeña sonrisa de lado al leer lo que decía.

Y así siguió.

Al menos hasta la tercera carta.

Carta que simplemente le destrozó lo poco que quedaba de su corazón.

Unas pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, a su vez que miraba algunas fotos de él y México, sabía que eran viejas y que nada habia pasado entre ellos. Solamente alguien le quería perjudicar su relación.

Y prosiguió hasta leer la última carta. En todo ese tiempo, México se quedo en silencio esperando que su amigo le dijera algo, fracasando en el intento, y tomando la iniciativa para hablar primero.

-¿Estas bien? -Pregunto con suma preocupación el mexicano.

-нет / No. -Contesto con la voz ronca y con lágrimas saliendo como una cascada por sus ojos.

"Esperar" RusAmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora