El ruido la mañana fue lo primero que asimiló al despertar: trinos de aves mezclados con el lejano ajetreo en la plaza de la ciudad.
Lo segundo, fue el agudo dolor alrededor de sus ojos cuando intentó abrirlos. La piel tatuada aún conservaba restos de costra, y le escocía como el demonio.
Llevó ambas manos a la cara en un intento vano de calmar la comezón, y dejó escapar un pesado suspiro, algo que se le había vuelto costumbre durante esa última semana.Justo como lo esperaba, al día siguiente de su fatídico encuentro con el élite cruzado, la escuela completa sabía de la existencia de Risu (al menos si las miradas hostiles que todos le dirigían a su persona indicaban algo)
Pasó de ser un tipo como cualquiera del montón, a tener su nombre encabezando la noticia más destacada del diario escolar, foto suya adjunta y todo. Incluso, algunos profesores le hicieron preguntas sutiles con respecto al tema.
Así que nadie podía culpar realmente a Risu si decidía refugiarse en los cubículos de limpieza cada vez que llegaban los descansos o la hora de salida, para luego escabullirse sigilosamente a su apartamento-con-barrera-ilusoria-incluida y permanecer encerrado hasta el día siguiente.
Por otro lado, no se había atrevido a pasar de nuevo por Hungry Bug, no después de hacer exactamente lo que Asu le advirtió que no hiciera, y también, porque tenía miedo de la reacción de los hermanos ante el hecho de que era un sorcerer maldito.Su celular sonó, la música chillona sacándolo bruscamente de sus pensamientos. Con torpeza, agarró el aparato y se forzó a abrir los ojos para descubrir en la pantalla un número desconocido. Inseguro, y haciendo una nota mental de cambiar el molesto tono, Risu descolgó la llamada.
—Buenos días, Risu-san— Saludó una voz monótona, el rubio reconoció al joven general de los cruzados que conoció la misma noche del contrato. Antes de responder algo, el otro continuó:—Este es el número exclusivo para contactar con la organización, le recomiendo que lo guarde para cuando nos necesite, eventualmente— Y por supuesto, Risu no quería pensar en las implicaciones de esa frase.
—...Bien, lo archivaré.—
—Correcto; tengo un asunto que tratar con usted. Pero antes, me gustaría preguntar si ya ha memorizado el protocolo de trabajo que se le entregó—
—Si, más o menos, pero...— El acta consistía en un conjunto de normas y leyes, que se resumían a no revelar información comprometedora del organismo o sus integrantes. Bastante simple. Ahora, con respecto a sus horarios...— Por qué mi itinerario solo tiene planificadas dos reuniones a la semana? Tanto tiempo libre es normal?—
—No, el itinerario de un miembro corriente es mucho más ocupado. Sin embargo, en su caso usted es el compañero del Jefe. Sus órdenes vendrán directas de él cuando este le requiera— Le explicó formalmente su interlocutor.—
—Entonces... Por eso me están llamando ahora?— El rubio trató de no expresar tanto su desconfianza.
—En efecto, a continuación le enviaré un comunicado con las coordenadas del sitio al que debe ir. Su primer encargo consiste en entregar una bolsa a un cliente. Eso es todo.—
Y sin más, el chico colgó la llamada. Risu observó por unos segundos la pantalla negra del móvil, que poco después se iluminó revelando el mensaje con la dirección del lugar mencionado en la conversación, junto a otros detalles acerca de donde recoger la supuesta bolsa. Suspiró nuevamente.
Cualquiera diría que su vida era una mierda, y de hecho sí lo era.
Sin embargo, acostumbrado como estaba a sufrir el peor desarrollo posible de cada situación, Risu no se encontraba particularmente frustrado con su posición actual.
Excluyendo los puntos que le irritaban (dígase su ahora compañero) del embrollo en que se había metido
¿acaso no era aquella la mejor alternativa posible?
Tenía garantizada su seguridad como uno de los ojos cruzados, no todo era tan malo como parecía.
Con una actitud más positiva, el rubio se preparó para cumplir con su primer encargo.
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Wizardry Gakuen
Fiksi PenggemarEn una escuela-internado mágica solo para ellos, se desarrollará el ajetreado día a día de nuestros estudiantes hechiceros. Tendrán que aprender a convivir y superar sus diferencias si quieren sobrellevar las futuras adversidades que se presentarán...