SCP 1471 [Una vida anómala.]

VII

La sangre comenzaba a manchar la manga de mí abrigo.

-¿¡Q-Quentin?!
-Lo sien--
-Lo siento mucho yo no--

-Vamonos. -Dije tirando del brazo de la anomalía con más fuerza de la necesaria.

Necesitaba alejarme de este lugar lo más rápido posible, no quería causar una escena más grande de la que había hecho.

El sonido de mis latidos en mis oídos era tan fuerte, que apenas podía oír el bullicio y Mal0 sobre ellos.

-Quentin, no quise hacer eso lo sientomucho

-Está bien Mal0. -Respondí rápidamente para hacerla callar, mientras me esforzaba en hallar el camino de vuelta a la estación.

-¡NO, NO ESTÁ BIEN!
-¡ESTÁS SANGRANDO QUENTIN!
-¡Y ES MI CULPA!

-...

Nos detuvimos para recuperar el aliento, habíamos corrido en dirección contraria a la convención, tanto que no podíamos volver a ubicarnos.

Mal0 estaba temblando de pies a cabeza, como un perro mojado.
Había cerrado ambas manos con fuerza, para que sus garras no volvieran a acercase a nada.

Personas alrededor nos miraban con el rabillo del ojo, juzgandonos por el alboroto.

-No, no quise gritarte--
-Y-Yo--
-Me-Me meteré en el teléfono, lo siento much--

-¡No!
-No puedes hacer eso, no aquí. -La interrumpí.

Mal0 parecía al borde de las lágrimas, y el dolor en mí mejilla comenzaba a empeorar.

-Solo..
-Volvamos a casa, ¿Si? -Dije, intentando esbozar una sonrisa.
-...
-Quiero recostarme y olvidar que todo esto pasó.

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El resto del viaje fue completamente silencioso.
El cielo estaba completamente nublado, y amenazaba con llover en cualquier momento.

Mal0 se encontraba mirando el paisaje gris por la ventana, absorbida en sus propios pensamientos.
Su cola colgaba interte, y sus orejas estaban aplastadas contra su cráneo.

De vez en cuando echaba un vistazo hacia mí dirección, pero rápidamente desviaba la mirada.

Utilizando la botella de agua que me había traído Mal0, limpíe un poco la herida en un callejón cercano, pero aún no había logrado cerrarla con nada.

Tampoco podía entrar a una farmacia con un corte así, y esperar que no hicieran preguntas.
Tuve que viajar con mí rostro apoyado sobre mí brazo, para que nadie sospechara nada.

Estaba comenzando a sentirme cansado, ya sea por el ataque de pánico que tuve hace rato, la pérdida de sangre, o una combinación de los dos.

Apenas escuché la voz en los parlantes anunciar nuestra parada.

Nos apuramos a bajarnos con Mal0 y casi corrimos el camino de vuelta a casa.
No me importaba lo que pensaran de mí, solo quería llegar a casa y acostarme.

Apenas cruzamos la puerta del hall principal, Mal0 volvió a meterse en el celular.

Luego de forcejear con la cerradura, abrí la puerta y la cerré detrás mío.

Di un suspiro de alivio y arrojé mí abrigo al sofá.
La manga derecha estaba completamente pegajosa, su color azul tornandose oscuro, por el líquido absorbido.

Me eché un vistazo en el espejo de la sala de estar y deseé no haberlo hecho.

Dos cortes recorrian mí mejilla derecha, el más grande recorriendo desde el pomulo derecho hasta casi llegar a el párpado inferior de mí ojo.
El otro corte, más pequeño se encontraba sobre mí nariz, siendo un poco menos profundo.