El regreso: Nueva generación, nuevos asesinos

Última memoria

Cuando Daoko llegó al colegio, no hablaba ni comía nada. Solo habló en el recreo, para decirle lo siguiente a Karma Jr.. - Karma, el otro día me diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer; esto hace que se olviden las cosas, y, antes de que pase eso, quiero que sepas algo. - Karma se quedó flipando con los ojos como platos cuando oyó a esta decir lo siguiente. - Soy un ghoul. - Karma sé quedó alucinando, como si de repente hubiese una explosión al lado de su casa y nadie muriera. -Será una broma. - Dijo él sin saber si gritar, o llorar. - Es demasiada información de repente, Daoko. ¿Por qué no me lo dijiste? - Eso no importa. Te lo digo porque quiero que cuando pierda la memoria, tú me recuerdes todo lo que ha pasado, pero cuéntamelo de poco a poco para

que no me entre demasiada información de golpe. - ¡Pero si a mí me lo has dicho todo hoy y no me ha explotado el cerebro!

Un rato después Daoko el pregunto a Karma una cosa que le dejo en blanco y pensativo (y también un poco colorado y avergonzado) Karma, ¿me puedo apoyar en tu hombro? -dijo Daoko con una voz muy tenue-Claro que sí - Dijo Kama mientras pensaba que Daoko era como su hermana pequeña (puesto que Karma y Daoko se conocen desde pequeños y se tratan como hermanos) y que ella no quería salir con él. De repente Daoko cayó al suelo como si estuviese muerta. Karma cogió el móvil y se dispuso a llama a una ambulancia después de comprobar si Daoko estaba desmallada o muerta. Cuando estaba a punto de llamar alguien le arranco el móvil de una patada y le apresó mientras que decía -Tu no llamas a tu papa, ni a nadie niñito mimado. - Y mientras que amordazaba a Daoko a Karma le tubo encerrado hasta que pudo meterle en el coche que estaba aparcado en la finca del colegio, y le ató mientras decía- A tu amiguita me la llevo para experimentar con ella, después la cansaré para que luche conmigo, como la venceré pedire un rescate a sus padres y al colegio de dos millones de yenes por la niña y tu obiamente y cuando Nagisa Shiota esté enfrente de la niña... PUM!!!!!!

La matare delante de sus narices para poder vengar a mi padre. JAJAJAJA!!!!!!!-se rio locamente Takaoka, un pirado mental como su padre. Antes de que Karma Jr. pudiese reaccionar, ya era demasiado tarde. Takaoka le había lanzado un gas tóxico y cayó profundamente dormido.

Cuando despertó este, estaba en una habitación oscura, con un sillón de cuero desgastado y una cama sin sábanas amarilla. Se encendieron unas

luces y se pudo ver desde la ventana de Karma, una ventana de cristal liso de color negro. En cuanto Karma puso un dedo en el cristal, otro como este, pero más pequeño, se asomó desde el otro lado. Karma acercó la cara al cristal y no pudo creer lo que vio...

Era un rostro triste, apagado, con el pelo verde y azul y con un ojo marrón, y otro azul... Era Daoko...

-Daoko...-Dijo Karma preocupado por las heridas que tenía en la cara y en el cuello. - Sácame de aquí. - Dijo esta. - Tranquila Daoko, estarás libre en poco tiempo.

Segundos más tarde Karma vio a Takaoka desangrándose mientras decía-Maldita niña, esa estúpida no tendría que haberme hecho esto, ¿Cómo es que su kagune se activó si ella estaba dormida? Después Takaoka se volvió a meter en la sala donde estaba Daoko, medió inconsciente. Ante la atenta mirada de Karma, Takaoka estaba tan enfadado que golpeo con fuerza la barriga de la pobre Daoko, y de la boca de está salió un chorro de sangre.

Karma grito mientras que veía a Daoko agonizándose de dolor por aquel fuerte puñetazo. Takaoka se volvió para ver a la pobre Daoko gritando y llorando, agonizándose de dolor y a Karma gritando y suplicando que sacaran a Daoko de allí, que hicieran lo que quisieran con el no con ella, y entonces Takaoka mientras se acercaba a la habitación de Karma con los puños cerrados dijo- Niñita... Si no aguantas un simple puñetazo en la barriga... Muérete, porque papá Takaoka va a hacértelo pasar mal ... Y entonces Karma vio como la figura imponente de aquel hombre estaba delante suyo, esperando a que él se levantara para darle unos cuantos golpes, pero lo que pasó a

continuación fue mucho peor de lo que el imaginó y llego a imaginar nunca.

Takaoka agarro a Karma por el cuello y se dispuso a estrangularle cuando se le ocurrió una idea genial. Soltó a Karma unos instantes mientras que colocaba a Daoko como si estuviera sentada, siendo una espectadora más, volvió a donde Karma le agarró bien fuerte y se puso a darle puñetazos en la barriga. Cuando Daoko se despertó por el ruido vio a su amigo tirado en el suelo escupiendo sangre y con un brazo medio roto y a Takaoka lavándose las manos, que estaban llenas de sangre. Daoko se volvió a dormir. Estaba tan hecha polvo que no podía ni hablar.

Aunque Daoko sabía que realmente no estaba cansada de verdad, sino que el gas toxico de Takaoka la hacía ese efecto. Cuando se despertó, Takaoka la sostenía por un brazo y la llevaba a la habitación donde estaba Karma. Daoko estaba tan débil que no protestó ni le hizo nada.

Takaoka tiró a Daoko sin el más mínimo remordimiento sobre el daño que eso la hubiera causado. Ella no paraba de dormirse, aunque ella no quería. Cada vez que se dormía, tenía el mismo sueño: estaba ella comiendo pastel con toda su familia y amigos, todo el fondo de decoración se cambió a algo oscuro y siniestro... Se dio la vuelta y ahí estaba su familia, en el suelo tirada con unas marcas de cuchillo en el cuello. Ella sabía que algo no iba bien.

Karma vio volar a Daoko por los aires y la cogió al vuelo.

Daoko le susurró a Karma que quería salir de allí y él le dijo que no se preocupase, que él la iba a sacar de allí. Takaoka, que lo oyó todo, se echó unas cuantas risas y dijo – ¿Enserio crees que vais a salir de aquí con vida? - Karma miró a Takaoka con cara de desprecio. - Nadie puede

salir de aquí. De hecho, nadie va a salir de aquí. Las puertas son de plomo y ninguna persona puede salir de aquí. Como este es un sitio cerrado, no hay conexión con la podáis conectar con la policía ni con vuestros padres. Lo único que podéis hacer es morir. - Karma dirigió la mirada a Daoko como si estuviese preocupado por ella. Era como su hermana pequeña....

Mientras Daoko iba perdiendo el pulso poco a poco, Karma se ponía cada vez más inquieto. Deseaba con toda su alma que de repente apareciera un héroe o algo parecido y le diese su merecido a Takaoka. Entonces, Karma se acordó de una cosa...