Día 2: Soulmates!Au

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Kenma no sabía en qué momento sus pensamientos habían empezado a estar conectados con los de otra persona, pero lo cierto era que lo odiaba

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Kenma no sabía en qué momento sus pensamientos habían empezado a estar conectados con los de otra persona, pero lo cierto era que lo odiaba. Sabía perfectamente qué significaba aquello, las uniones entre almas gemelas eran bastante comunes en su mundo, manifestándose siempre de la misma manera: los dos destinados tenían la capacidad de intercambiar palabras sin necesidad de recurrir a la comunicación verbal. Sin embargo, eso no significaba que a Kenma le gustase aquella conexión, sobre todo porque su presunta «alma gemela» no parecía tener intención de callarse.

—¿Ya sabes cómo se llama? —le preguntó Hinata, un chico de un año inferior y personalidad explosiva.

—No —murmuró Kenma, atento a la pantalla de su teléfono.

Ni me importa.

«¡Oye!, ¡no seas grosero con tu destinado!»

Kenma resopló.

—No soy grosero.

Hinata le miró con curiosidad, pero el mayor le ignoró. Había perdido en su anterior partida y ahora debía remontar si no quería que un ruso con foto rara de perfil le adelantara.

—¿Sabes cuántos años tiene? —Hinata le volvió a desconcentrar. Kenma suspiró, apagando el móvil y prestando atención al pelirrojo—. ¡No me mires así! Me da curiosidad... —Sonrió con cierto deje de tristeza—. Yo aún no conocí a la mía...

Kenma tragó saliva. Al contrario que él, a su amigo, la idea de conocer a su destinado le llevaba carcomiendo desde hacía tiempo, y no era de extrañar. Realmente, no había una edad estimada para establecer contacto con tu media mitad, sin embargo, la mayoría la afianzaban alrededor de los dieciséis años. Hinata había superado ya esa edad, por lo que estaba que echaba chispas por los ojos de la emoción. El bicolor esperaba que su destinado fuese alguien tan explosivo como él, ya que, si no, podría llegar a pasarlas canutas hasta lograr acomodarse a Hinata.

—No sé cuántos años tiene —confesó, rascándose la nuca—. La verdad es que no hemos hablado mucho... —Se encogió de hombros—. Es incómodo tener a alguien instalado en la cabeza, la verdad.

«Aunque debo reconocer que es bastante respetuoso en ese aspecto», pensó, y lo decía de corazón. Su destinado podía llegar a ser algo pesado y juguetón a veces, pero nunca le forzaba a hablar. Era por eso que ninguno de los dos conocía el nombre del otro, así como la edad. Intercambiaban charlas triviales de vez en cuando, incluso se podía decir que el interés del otro era bastante genuino.

No sabía si su alma gemela había escuchado aquel pensamiento, pero agradeció que no hubiese hecho ningún comentario al respecto.

—¡Pero debe de ser genial al mismo tiempo! —Al ver que Kozume le observaba con curiosidad, Hinata prosiguió a seguir hablando—. Es alguien que ha nacido especialmente para complementarte. Puede que ahora no habléis mucho, ¡pero ya verás cuando os conozcáis en persona!

Kuroken week (2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora