"La primera impresión de tú ser, fue ese hombre cálido y sin preocupación.
Es que quizá, de convivir con otros, no había razón."Yo era una chica despreocupada, de pelo suelto y sin ataduras, de alma libre y viviendo la vida después de aquella mudanza a Nueva York, en la que había dejado mi vida atrás, esa vida de complicaciones en casa que no me permitían ser yo... Hasta que alguien me rescató.
Lo recuerdo muy bien, era un viernes soleado, salía del trabajo, a las 3:30pm, el caótico subway, lleno de gente...
Sentada en el vagón, leyendo mi libro favorito de poesía, mi cabello despeinado y mis lentes casi a punto de resbalar de mi nariz por el calor, continuaba leyendo mi parte favorita sobre aquellos amantes, que claro, solo en estos libros pueden existir y dedicarse las más bellas prosas.
En ese momento, desvié la mirada por un segundo de mis letras, y entró un hombre alto, pelo negro, barba cerrada, gafas oscuras y abrigo negro, que de un segundo a otro, tomó toda mi atención.
Se sentó en el vagón, abrió su pequeño maletín, y sacó una pequeña libreta y comenzó a hacer notas... yo solamente no podía despegar mi vista de aquel hombre misterioso.
Volteó la mirada, y sonrió. Yo apenada, regresé mi vista al libro y proseguí leyendo, si ya sudaba, ahora lo hacía más...
Hubo un inquietante juego, de miradas, pero nada más, bajó unas 3 estaciones antes de la mía, solo sonrió y se marchó.
Entonces puse mi mente en mi libro y no le di la mínima importancia, me dije a mi misma: "¿Que chance hay de encontrármelo de nuevo? Nueva York es enorme... " proseguí mi rutina y decidí no darle importancia.
Llegué a casa, intenté ponerme a escribir y relajarme un poco, preparé un té, pero no pude siquiera dejar de pensar en aquella cara desconocida, que ahora, quería conocer.
Pasaron unas horas, y mi mente seguía pensando en él, -¿por qué no lo puedo sacar de mi mente? -susurré... preparé la bañera, tomé una ducha y decidí dormir.
A la mañana siguiente, desperté, con mil emails en mi teléfono, estaba por recibir un agente de trabajo muy prestigioso para mi negocio, mi editorial, que un compañero había contactado para mi hace tiempo, pero había tardado mucho en aparecer, claro que esa noticia alegró mi mañana.
Su nombre era un poco conocido, sus apellidos no me parecían familiares, quizá porque no era nativa de Nueva York, pero nunca había escuchado ese apellido por aquí.
Salí en un respiro hacia la oficina para evitar el caos en Central Park, llegué a la oficina y me concentré en mis puntos y como poder llegar a un acuerdo y negociar.
Se dieron las 10:00 am, la cita había llegado, Miranda, mi mejor amiga, era mi asistente, timbró mi teléfono y me dijo: -"¡amiga! El inversor ha llegado, ¡es un sueño!
Debo decir que Miranda es un tanto exagerada en cuanto a hombres... supongamos que nunca ha tenido buen gusto... así que no le puse atención y le dije que lo hiciera pasar a mi oficina.
Entre que estaba un poco distraída pensando en el chico del sub y en la junta, el agente entró, saludó, y momentáneamente voltee...
Vaya mi sorpresa, quedé boquiabierta y pasmada... simplemente con una cara angelical, profundos ojos azules y hermosa sonrisa dijo: - Hola, soy James Buchanan Barnes, el Nuevo inversor, bueno, supongo que no tan muevo, creo haberte visto ayer, ¿no?, ¿en el sub?
Lo más seguro era que me habría puesto como fantasma de lo impactada que ya estaba, y después recobré el color a rojo cuando titubeando dije: - así, es verdad, eres tú... toda apenada, mientras él, estaba ahí, parado solo con el hecho de estar así, me alegraba toda la existencia...
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Rescate
Fanfiction" Con tu locura y tu ciencia, el universo explotaría nuevamente" 𝙰𝚜𝚒́ 𝚖𝚎 𝚎𝚗𝚊𝚖𝚘𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝙹𝚊𝚖𝚎𝚜 𝙱. 𝙱𝚊𝚛𝚗𝚎𝚜