¡Me cago en la puta! Va a cortarme, me va a cortar, mierda, mierda, mierda y mas mierda.
-O-oye...¿No piensas cortarme cierto? o...o ¿que harás con eso?- hice una mueca de horror.
-Tu que crees.- y una sonrisa macabra apareció en su rosto.
-¡Aléjate!- grito.
¡Joder que le pasa! esta loca esta apunto de abrir heridas en mi cuerpo o acabar con mi vida ahora mismo. Camina un poco mas hacia a mi.
-¡Aléjate de mi maldita loca!- grite horrorizado.
Cerro sus ojos con fuerza y sus labios eran una linea recta, abrió los ojos y les juro que no era una mirada bonita.
-Vuelve a decirme loca...una vez mas.- me reto con la peor mirada.
-¡¿QUE?! Eso eres una maldita LO-CA.- grite sin pensarlo dos veces.
Y eso fue todo me di cuenta que ese fue un error, mi error el haberla llamado loca, ahora esa navaja iba a atravesar mi piel, por tan pequeña que sea, era filosa, en cualquier segundo estaría dentro de mi piel y seria un corte profundo, muy profundo.
Cierro los ojos con fuerza, al verla aproximarse a mi con decisión. Pero el sonido de un celular, inundo toda la habitación. Abrí mis ojos de golpe y veo a la chica que aun no se su nombre, detenerse en seco y sacar el aparato de su pantalón para después atender la llamada.
-¿Que?- contesto a la persona de la otra linea.
¿Debería gritar? Es mi oportunidad, pedir ayuda, pero y si es alguien que la ayuda...a la mierda, gritare. Aunque mis esperanzas de que sea alguien que pueda ayudarme son escasas.
-¡AYUDA! ¡ESTOY SECUESTRADO- grite- ¡AYÚDENME SOY NIALL HOR...
Se posiciono atrás de la silla y con un pañuelo tapo mi boca y lo amarro con fuerza, que duele, ¿como mierdas pudo hacerlo con una sola mano?
-Cierra la boca.- gruño.
Seguí gritando aunque no se me entendía nada por el pañuelo, aguante el dolor de cabeza y seguí gruñendo y haciendo mil quejas. Ella solo se alejo poco y rió, continuo hablando después de unos minutos colgó la llamada, regreso a mi y me tomo del pelo jalándolo con fuerza.
-Te haz salvado de esta, duende.- gruñí.
Soltó su agarre y se alejo de mi, bajo y apago la luz, dejándome completamente a oscuras, escuche la puerta abrirse.
-Esto no acaba aquí, imbécil.- el sonido de la puerta cerrarse hizo eco en el ático, joder.
Soy hombre muerto.
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