Definitivamente, los dioses le deberán más de un millón de favores después de esto.
Una mujer, de largas trenzas castañas y ojos verdes, abordó. Sí, era la mujer que habían visto que se acercaba a toda velocidad.
Ahora, aquella señora se encontraba lanzándoles hachas y espadas. Los semidioses se defendían como podían, ya que, sin Jason o los poderes antiguos, se encontraban en desventaja.
Frank se había convertido en dragón, comenzando a volar al rededor de aquella extraña y, de vez en cuando, lanzando alguna llamarada.
Leo, por otro lado, disparaba fuego a diestra y siniestra, no importaba si le daba o no, sólo buscaba que se alejase.
Alex, de inmediato, se transformó en un oso y casi recibe uno de los proyectiles de Leo, si no hubiese sido por Annabeth, que logró quitarlo del camino.
- ¡Tenemos que hacer algo!- exclamó Piper.
- ¿¡Algo como qué!?- le preguntó.
- ¡No tengo idea! ¡Pero hay que resistir hasta que vuelvan Faraón y Roma!- la vio levantarse y comenzar a correr hasta la desconocida, empuñando su daga.
'Qué irónico' dijo para sus adentros 'Primero, ni nos ayudan y ahora estamos esperando a que nos salven, voy a matar a ese romano'.
No lo malentiendan... No, en realidad, era así: Percy odiaba a el poder antiguo de Roma. Demasiado obvio, ¿Verdad? En su defensa, el sujeto había hecho todo a su alcance para fastidiarlo y recordarle que el poder griego era el último que buscarían, dejándolo indefenso frente al romano.
Le daría un buen zape ni bien regresase al barco.
Otro estallido, se giró a ver, encontrándose con la mujer tomando a Frank por su larga cola y usándolo para golpear a sus oponentes, mientras que el hijo de Hefesto disparaba bolas de fuego hacia los brazos de la invasora, buscando detenerla.
De repente, Annabeth estaba a su lado.
- Hazel dice que ya le notificó a Roma y él le dijo que ya estaban en camino- le notificó.
- ¿Qué quieres decir con "en camino", sabionda?- usó el apodo para intentar tranquilizarla un poco.
- No tengo idea, cerebro de alga- le respondió de la misma manera.
- ¡Deja a esos niños! ¡Ellos no tienen nada que ver con esto!- una nueva voz se sumó a todo ese lío.
El desconocido estaba acompañado por Roma y Faraón, por lo que era obvio suponer que se trataba del poder nórdico.
Bien, cada vez estaban más cerca de encontrarse con el poder griego... No era por ser insistente, pero había una curiosidad general por él, en especial con todas las advertencias que habían recibido de los Dioses y la observación del egipcio.
- ¡Hasta que te dejas ver!- exclamó la mujer, mandando a volar a todos sus anteriores contrincantes y mirando atentamente a los poderes.
Eso, definitivamente, los sorprendió, nadie se esperaba que hablase en español, pero no era momento de concentrarse en eso.
El hombre, por otro lado, se veía dolido y culpable, intercalando miradas con ellos y la mujer, llenas de pena. Te daban ganas de darle un enorme abrazo y preguntarle qué le sucedía, para luego consolarlo como lo harías con un niño.
- Por favor- suplicó el pelirrojo, momentito, ¿Un poder antiguo suplicando?-, sé que estás ahí, no dejes que las fuerzas oscuras te manipulen...
- Cállate Axel- así que el hombre se llamaba Axel-, aunque no sorprende que seas un cobarde.
- No digas eso... Tú... Siempre me defendiste de esos comentarios- en serio, pobrecito, parecía a punto de llorar.
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La luna y el mar van juntos
RandomEsta es prácticamente una historia sacada de mi propia imaginación, pero acá va: Qué tal si los dioses del Olimpo (por consecuente romanos), nórdicos y egipcios nunca le contasen a sus semidioses y magos que existen personificaciones del poder que s...