Capitulo cuarenta y uno

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Narra Liam

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Narra Liam.

—Porque por algún motivo u otro tu madre no me deja ir.

—¿Dejarte ir? —Fruncí el ceño, esto sonaba muy cursi.

—Piénsenlo, si quisiera hacerle daño ustedes no estarían más en este mundo

—Esta historia es espeluznante —soltó mi hermano.

—Lo sé, por eso antes de que decidan frecuentar a mí, quería que lo supieran, ya que podrían recibir una versión de la historia cual no sea cierta, si quieren alejarse de mí, lo entiendo más que a nada.

—Pero fue pasado, ahora están separados no debería haber problemas —dije encogiendo mis hombros.

—Liam no seas iluso, no conocemos a nuestro padre —mencionó con algo de rabia Dylan.

—Pero tiene razón ¿sería mejor que no lo haya contado? Si tuviera malas intenciones estaríamos muertos —solté, mi hermano era desconfiado.

—No lo conocemos —volvió a repetir fríamente.

—¿Qué puedo hacer para que confíen en mí? —Preguntó mi papá parándose.

—¡Yo no me separaré de ti! ¡Te necesito! —grité frustrado, no me importaba que mi mellizo no estuviera de acuerdo.

—Podrías evitar esas salidas a escondidas y hablar con mi madre —Dylan se encogió de hombros.

—Pides demasiado Dylan, podría ser el último día en que los vería si lo hago.

—¡Pues toma el riesgo! Si de verdad te importamos no aprobarías esta clase de delincuencia infantil —expresó mi mellizo.

—No lo entenderás, pero lo comprendo, dame unos días ¿sí?

—¡Dylan que haces! —expresé dolido, mi hermano estaba arruinándolo.

—De acuerdo, has que valga la pena todos estos años pedidos, padre.

#

Los días pasaron y no había una sola puesta de sol la cual faltáramos a la visita con nuestro papá, cada noche dominaba un poco mas de mi instinto, pero era la lección más difícil que me tocó vivir, el animal era muy fuerte y el hambre era incontrolable.

Pero yo no era un perdedor.

—No dejes que tus emociones te consuman, recuerda que tú eres racional, solo los animales atacan por miedo o por hambre, tu piensas ¡Usa la cabeza!

—Es difícil pensar con tanta hambre en el estómago. —Mencioné.

—Luces como un animal rabioso —dijo mi mellizo recostado en el césped.

—Te comeré las entrañas si no te callas Dylan —pronuncié.

—Liam recuerda que es tu hermano. Se ve que tú ya has devorado algo antes que te dejó con tanta ansiedad.

Mi vida a tu lado #2 [TERMINADA✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora