1. La marcha

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Até con cuidado el pañuelo verde a mi muñeca antes de posicionarme frente al espejo y con un poco de glitter color verde hice dos rayas bajo mis ojos, también verdes.

Sonreí al pensar lo divertido de esto último; mi pañuelo y ojos eran del mismo color, como si hubiera estado destinado a ser pro-aborto.

Tras guardar mi teléfono y billetera en mis bolsillos salí de la casa para dirigirme hacia la de mi hermana Gemma. Una vez allí pasé mi brazo por su cintura y caminamos en dirección al centro, en el que se realizaría la marcha.

Desde lejos apenas lográbamos ver un gran grupo de gente de un lado, mientras que del otro si bien había una cantidad considerable de gente no era siquiera comparable. A medida que nos acercábamos notamos que el primero eran los portadores de pañuelos verdes, mientras que en la minoría del otro lado se destacaba el color celeste por lo que miramos con desprecio.

Recorrí con la mirada al desagradable grupo de gente y una vez llegué a la zona de enfrente mi ojos chocaron con un iris azul que llamó mi atención. Me costó unos segundos despegar mi vista de aquellos ojos para recorrer toda su cara, con una blanca piel que hacia resaltar esos finos labios rosados y, finalmente, luego de detallar sus descontrolados mechones castaños volví a aquellos ojos que tan eclipsado me dejaron.

El ojiazul pareció sentir mi ojeada ya que se volteó de modo que nuestras miradas chocaron unos segundos, contactándose de una manera hipnótica en la que el tiempo pareció detenerse esos escasos segundos en que nuestros ojos no se despegaron. Hasta que la magia se detuvo en el instante que comenzó a analizarme de la misma manera que yo lo había hecho esbozando, rápidamente, una mirada de desprecio.

— ¡Mata bebé!- gritó en mi dirección aturdiéndome con su aguda voz.

— ¡Anti derechos!- grité levantando el dedo corazón, en su dirección, antes de adentrarme a la marcha con mi hermana. 

Matah bebeeeeehhh ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora