Ethen.
Ni yo sé por qué acepté quedarme y hacerle de niñera a esa niñata. En principio, pensaba que era por las ganas que tenía de joderla al ver su cara mientras mi padre hablaba sobre quedarme con ella. Pero pensándolo bien, puede que fuera simplemente por pasar tiempo con ella. Me juré a mi mismo no dejar que me ablandara, pero no sé qué coño tenía Amber que me atraía a ella como si fuera mi polo opuesto, como si yo fuera norte y ella fuera sur. Éramos como el agua y el aceite pero me era imposible separarme de ella. Maldita sea.
-¿Cómo que te quedas? Tengo diecisiete años, no necesito su ayuda- dijo ella cruzando los brazos y enfurruñándose como una niña pequeña.
-Perfecto Ethen, muchas gracias- dijo Emma mirándome, a lo que yo asentí y le sonreí.
Papá y su nueva mujer se alejaron de nosotros dirigiéndose a la cocina y noa quedamos solos nosotros tres. Amber estaba cruzada de brazos y con el ceño fruncido.
-Esto es alucinante, espero que se lo hayas dicho solo para quedar bien y que no esperes estar cinco días sin separarte de mi, porque es que no te soporto ni unas cuantas horas.
-Tampoco me hace gracia la idea, preciosa, solo lo hago para contentar a mi padre.
Mentira.
Harvey alternaba la mirada entre Amber y yo, que nos estábamos mirando con los ojos entrecerrados. Si las miradas mataran, yo estaría bajo tierra.
-Si lo único que quieres es joderme la vida, lo estás haciendo de lujo.
-Puede que si, que esa también sea la intención y la finalidad ocultas de todas las cosas que hago desde que te conozco.
En cuanto esa frase dejó mis labios, de los suyos salió un gruñido. Se levantó y salió corriendo escaleras arriba. Un minuto después, escuché como daba un portazo así que supe que había subido a su cuarto.
-¿No puedes intentar llevarte bien con tu hermanastra? ¿No puedes ser bueno con ella al menos por una vez aunque sea por hacer feliz a papá? ¿Qué puto problema tienes?
-Ella es mi puto problema Harvey, desde que puso un pie en esta casa es mi puto problema- dije subiendo a mi cuarto también.
Pasé unos minutos dándole vueltas a esa frase al llegar a mi cuarto, tratando de procesar el significado de mis propias palabras, ni yo mismo sabía si eso era malo o bueno. Ni yo era capaz de diferenciar qué sentido tenía exactamente esa frase. Lo único de lo que estaba seguro era de que esa chica había cambiado todo.
***
Unas horas después, mi hermano, mi padre y Emma ya habían hecho las maletas y lo habían puesto todo a punto para el viaje. Amber se había negado rotundamente a salir de su cuarto hasta que fue la hora de que se fueran. Seguía cabreada con todos, en especial con su madre, por hacer que me quedara en casa con ella durante el viaje cuando yo ya le había dicho que me iba a ir a casa de mi mejor amigo esos cinco días.Solo le dio un ligero y corto abrazo a su madre antes de que se fuera, mientras que a mi hermano le dio un abrazo fuerte y largo. Se habían llevado demasiado bien. Tanto que llegaba a repugnarme que pudieran llegar a tener un vínculo de hermanos de verdad. Puede que incluso ya se sintieran así, lo que hizo que la rabia que sentía hacia ella creciera. Esa niña nunca llegaría a ser mi hermana, ni mi hermanastra, ni nada que se le pareciera. Solo era eso, la hija de la mujer de mi padre, que ahora por desgracia vivía en mi casa e iba a mi colegio.
Cuando se fueron, nos quedamos ella y yo solos en el recibidor de casa. Ella me dedicó una mirada de odio absoluto y volvió a subir a su cuarto sin dirigirme la palabra. Vaya puta niñata. Fui directamente a la ducha, para quitarme por fin el calor y la incomodidad del sudor en mi cuerpo. Me duché con agua bien fría, dejando que corriera durante un buen rato sobre mi cuerpo sin pensar en nada más. Entonces a mi cabeza llegó ella. Otra vez, cuando nadie la había llamado.
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Ramé.
RomanceNo esperaba tener que mudarme a una ciudad soleada a mis 17 años, dejando atrás toda mi vida anterior en Portland, pero menos aún le esperaba a él, a Ethen. Ese era el nombre del chico alto y castaño con el que tendría que convivir ahora que mi madr...