CAPITULO 14: Llegamos

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El camino a la casa de Joshua es de lo más divertido. Mis amigos no dejan de decir tonterías y no he dejado de reír desde que subimos al auto. El ambiente apacigua mi inquietud sobre la presencia de Iván cerca de nosotros.

Nos detenemos en una estación de servicio y Joshua me deja manejar su camioneta el resto del camino. Vamos comiendo chatarra y cantando animadamente, y luego de media hora más de camino al fin nos detenemos en la casa de mi mejor amigo.

Me bajo del auto y al instante, otro auto se aparca a nuestro lado, luego aparece otro y uno más. 

Miro confundida a Joshua y su expresión se ve asustada y sorprendida. Se suponía que solo seríamos nosotros, pero la bocota de Jean Franco atrajo a el doble de gente que esperabamos.

Me acerco al baúl del auto para sacar mi maleta, y ahí es cuando aparece mi querido y oportuno amigo (nótese el sarcasmo). 

Iván.

Lo veo bajarse de un auto y luego Meredith se acerca a él, abrazándolo.

Joshua me observa y yo aparto la vista, tomando mi maleta y entrando a la casa. Subo a la habitación que la familia de Joshua tiene reservada para mi o mis hermanas. Dejo mis cosas en la cama y bajo, solo para encontrarme con gente desconocida en la sala. Subo nuevamente y aseguro la puerta de la habitación con llave. Este cuarto tiene pertenencias de mis hermanas y mías que dejamos aquí en ocasiones anteriores, además de que soy muy posesiva con mis cosas y mi espacio y no quiero extraños en esta habitación.

Alcanzo a Joshua en la cocina.

- Me voy a la playa - digo tomando una botella de agua

- ¿Te acompaño? - pregunta

- Creo que deberías quedarte, iré con Damián- dejo un beso en su mejilla - Guarda los objetos de valor - le susurro al oído y salgo.

El sol no es demasiado intenso, el viento corre suavemente y el aire huele a mar. Este sitio siempre me ha gustado. Por lo general pasamos mi familia y la de Joshua el invierno aquí en la playa y el verano lo pasamos en una casa en el bosque que compraron mis padres hace años, de esta forma, no pasamos el gélido invierno en la ciudad, sino en la playa, y el sofocante verano en un lugar fresco y templado.

La gente aquí nos conoce. Es un pueblo pequeño con más o menos 100 habitantes.

LLego al mar y pasamos gran parte de la tarde en el agua y la arena.

Para cuando regresamos a la casa, ya no hay una multitud alborotada. La sala está ordenada y la gente está comiendo en el patio tranquilamente.

Damián y yo nos acercamos sorprendidos y Helen, la mujer que suelen contratar para que cocine, nos sirve la comida y nos acercamos al resto de la gente.

Iván no deja de verme y me incomoda. 

Terminamos la comida y varios idiotas se tiran a la piscina enseguida. Yo prefiero irme a la habitación antes de que el escenario se torne desagradable.

Damián, Peter y Jonnathan suben conmigo. Vemos una película y luego entra Joshua. Al parecer, Helen logró calmar a toda la gente y organizó el espacio. Mi habitación será compartida con mis amigos, obviamente ellos dormirán en el suelo y yo en la cama. Los demás, se repartirán la habitación de los padres de Joshua, de mis padres, de Simon, Joshua, y una extra que tienen en caso de más visitas.

Jugamos twister por un par de horas. 

El tiempo con mis amigos es el mejor que tengo desde la secundaria y me encanta estos momentos.

Por fortuna para mi, ni Ale ni Camila están aquí para atormentarme, pero Iván y su novia si.

De cualquier manera, esto es mejor que nada, o en este caso, es mejor que todos juntos.

**********

Horas después, estoy cambiada de ropa y lista para la fiesta que organizó Peter. La música es fuerte pero no molestará a los vecinos. 

El patio trasero está lleno nuevamente al igual que la piscina. 

A lo lejos, veo a Iván y Meredith hablando acaloradamente. Se nota que están discutiendo. De nuevo. Iván se aleja enojado y en ese momento, el diablito de mi hombro me presenta un mal plan.

Una idea, no muy buena ni sensata, pero inspirada en mis heroínas literarias.

La vieja y confiable.

Aprovechar las dos cervezas que bebí, la confusión que me provocan las palabras de Iván y el deseo de besar nuevamente, para seducirlo.

Un baile sensual frente a sus ojos.

Provocarlo e intentar causar en él siquiera una fracción de lo que el provoca en mí.

"Despacito" de Luis Fonsi es una canción apropiada para la tarea. Algo antigua pero sexy.

Me paro y me empiezo a mover. Me aseguro de que me vea, y lo hace.

El trabje de baño de dos piezas y el vestido casi transparente que me cubre hace que Iván no quite los ojos de mí mientras bailo al ritmo de la música.

Levanto mis brazos, alzando también un poco mi vestido, dejando al descubierto mi abdomen.

Sus ojos no dejan mi cuerpo y sonrio satisfecha.

No dejo de moverme y luego siento una manos en mi cintura.

Volteo la cabeza y ahí está.

Descaradamente, restriego mi cuerpo contra el suyo. Mi anatomía me proporciona caderas anchas y cintura delgada. Mi trasero se pega a su entrepierna y me muevo, hasta que la música termina.

La mayoria de la gente está ebria o casi ebria, así que seguramente no se dieron cuenta.

Me volteo, quedando cara a cara.

Él se acerca más, pero yo doy un paso atrás.

- ¿Qué me estás haciendo? - pregunta con voz ronca

- ¿Yo? - digo inocentemente - Solo bailaba - le guiño el ojo y me alejo.

De reojo, observo como acomoda su pantaloneta y se aleja de la multitud.

Este acto de striptease me hace sentir victoriosa. Se veía realmente afectado.

Por el resto de la noche, no puedo dejar de sonreír. Actos como estos me hacen sentir sexy. Sé que no está bien, pero la cara de Iván valió la pena.

**********

Holis holis.

El siguiente capítulo va a ser ardiente, así que prepárense, que esto es solo el inicio.

El truco del baile sexy nunca falla, ¿verdad?

En fin.

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Los quiero.😘😘

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