Un extraño zumbido que se hacía cada vez más intenso fue el que te obligó a despertarte de tu profundo sueño.
No habías abierto los ojos aún, no tenías ganas de levantarte en ese momento, querías seguir acostado y descansar un poco más, pero bien sabías que debías hacerlo tarde o temprano.
Intentaste levantarte sin éxito alguno, era como si tu cuerpo no fuera capaz de seguir las órdenes que daba tu cerebro, esta vez pusiste más esfuerzo en levantarte, y una vez que te lograste mover un poco tu cuerpo te fallo, sintiendo un terrible dolor que se extendía por cada parte de todo tu ser.
Otra vez intentaste levantarte, y otra vez, y otra vez, y otra más, en todas terminaba de la misma manera, te terminabas rindiendo ante el dolor tan intenso en tu cuerpo.
"¿Qué demonios le pasa a mi cuerpo?", "¿por qué me duele tanto?", "¿que demonios hice para quedar asi?", esas eran algunas de las preguntas que rondaban por tu cabeza.
Pero no te quedaste así sin más, diste un último esfuerzo, usando la prácticamente nula fuerza que tenía tu cuerpo, empezaste a moverte con dificultad, gotas de sudor frío se generaban en tu frente por el exceso de esfuerzo, tus brazos flaqueaban amenazando con dejarte nuevamente tumbado.
Pasaste aproximadamente un minuto entero solo tratando de levantarte, pero finalmente lo hiciste, o almenos en parte, estabas sentado, quisiste ponerte de pie pero tanto el cansancio como el dolor te impidieron hacer algo más.
—¡Maldición!... -expresate con molestia y enojo entre jadeos, nunca te había costado tanto esfuerzo hacer algo tan simple en la vida- ¿por qué... me siento... así?
Luego de que tu respiración se volviera normal comenzaste a mirar tu entorno, al parecer estabas en un callejón, sobre un montón de costales de basura, a altas horas de la noche, sosteniendo en tu mano derecha... ¿un ramo de rosas?
—¿Pero que carajos...?
Miraste el ramo, pensaste que quizás lo tomaste inconscientemente del montón de basura, aunque las flores se veían en muy buen estado como para que alguien las hubiera tirado, revisaste si no tenían alguna nota o algo, todo lo que pudiste encontrar fue una pequeña tarjeta que decía "Perdón".
¿Qué hacías con ese ramo de rosas en las manos?, no recordabas en que momento lo conseguiste... en realidad, ahora que lo pensabas con detenimiento no recordabas nada, en donde estabas, como habías llegado ahí, que día era... quien eras.
No te tomo mucho darte cuenta de lo que ocurría, habías perdido la memoria, estabas completamente perdido, y solo, sin nadie que te ayudara.
Trataste de hacer memoria respecto a lo que había pasado, pero era completamente inútil, no recordabas nada más allá de los pocos minutos atras en los que abriste los ojos e intentaste levantarte.
—Tengo que buscar ayuda.
Intentaste ponerte de pie con algo de dificultad, pero al final lograste tu cometido, pero en eso el cansancio se volvió a hacer presente en ti, te tambaleaste un poco al tratar de caminar, terminando apoyándote en una de las paredes del callejón, te sentias completamente mareado, además de que te faltaba el aire.
—¿Por qué esto es tan difícil?
Te quejaste nuevamente, mientras la cabeza te daba vueltas por el mareo, al cabo de un rato cuando ya te sentías un poco mejor decidiste seguir, a cada paso que dabas sentías un terrible dolor en los talones, tanto que sentías que es cualquier momento tus piernas iban a flaquear y terminarías nuevamente tirado en el piso, pero eso no te impidió seguir avanzando.
Saliste del callejón llegando a una calle poco transitada, notando que estabas en una ciudad, la molesta luz de los edificios te lastimaba un poco los ojos, veías pasar un poco de gente, vestida de forma elegante, como si se dirigieran a un evento importante.
Decidiste no seguir pensando en eso y buscar a alguien que te pudiera ayudar, a unos pocos metros de ti lograste divisar a una mujer que hablaba por teléfono caminando en tu dirección, tenía cabello rubio, además de que vestía un hermoso vestido rojo pasión, y traía un par de tacones y un bolso del mismo color.
Caminaste hacia ella, querías preguntarle en donde estaban y pedirle indicaciones para llegar a la estación de policía más cercana, ellos te podrían ayudar con tu situación.
Una vez que estuviste frente a ella le hablaste de manera tranquila.
—Disculpe señorita, ¿me podría decir...?
—¡AHH!, ¡un monstruo!
Te quedaste callado ante la reacción de la dama, ¿tu? ¿un monstruo?, a tu parecer eso había sido bastante grosero de su parte, pero no tuviste tiempo de reclamarle por aquella ofensa, ya que la mujer rápidamente saco de su bolso un paralizador eléctrico y te sometió con el.
La descarga recorrió todo tu cuerpo dejándote aún peor de lo que ya estabas, terminaste en el suelo retorciéndote del dolor mientras seguías siendo sometido por aquella mujer.
Al cabo de un rato dejo de darte electroshocks, pensaste que todo había terminado, que equivocado estabas, en un segundo sentiste como comenzó a pisotearte con esos tacones en el pecho, abdomen y cuello, como si no te hubiera lastimado suficiente con ese feo comentario y la descarga.
Pasado un tiempo el cual te pareció eterno por el dolor, la mujer te dejo de pisar para arrojarte su bolso a la cara y posteriormente salir corriendo y gritar.
—¡Auxilio!, ¡ese monstruo me atacó y se robó mi bolso!
—Pero si fue... usted quien... me atacó -decias adolorido en el suelo, jadendo y soltando una que otra pequeña lágrima, viendo como la mujer se iba alejando del lugar- carajo.
Al igual que al inicio, te tomo mucho esfuerzo ponerte de pie, e igualmente estabas muy adolorido y mareado para mantenerte en equilibrio, te tomo algo de tiempo reponerte, miraste al suelo viendo el bolso que la mujer había dejado en su escape.
—Ni se molestó en recogerlo.
Supuciste que no regresaría a buscarlo, asi que lo levantaste para mirar su contenido, más que nada había varios productos de maquillaje, un peine, toallitas húmedas, una lata de gas pimienta.
—Me preguntó si el gas hubiera dolido menos que el paralizador.
También encontraste un lápiz labial, un pequeño espejo, un monedero, el telefono, además de... unas fotos "exóticas" de la mujer.
— ... -no sabias si estar asqueado o sorprendido al respecto- bien... mejor ni pregunto porque carga esas fotos en su bolso.
Ignorando las fotos seguiste revisando el bolso, sin darte cuenta comenzaste a caminar por la calle con tu atención clavada en el bolso, sin mirar lo que venía por la calle, que grave error cometiste.
En un segundo sentiste un dolor terrible en las costillas y posteriormente en la espalda y cuello, cuando te diste cuenta estabas tirado en la calle, y frente a ti viste un auto el cual se acababa de detener, y de este salieron dos sujetos.
Suponiste que por no mirar por donde ibas fuiste atropellado por los sujetos, y estos al darse cuenta se bajaron a ver como estabas.
—(Que suerte que vengan a ayudarme).
Pensaste alegremente, pero esa alegría se esfumó cuando los escuchaste hablar.
—¿Seguro que si mataste a esa cosa?
—Espero que sí.
—¡Ay porfavor!
Te quejaste al escuchar sus verdaderas intenciones, estos al ver que seguías consiente se subieron al auto asustados y se fueron a toda velocidad.
—Que gente más amable la de esta ciudad.
Dijiste en tono sarcástico, el echo de que todos te estuvieran tratando como un "monstruo" sin conocerte realmente te estaba comenzando a molestar, no habías echo nada malo para merecer ese trato... o almenos no recordabas haber echo algo malo.
Nuevamente te levantaste de la calle con mucha dificultad por el dolor, te quejaste diciendo una que otra maldición por lo que te había pasado, pero antes de que siguieras con tus bien justificadas quejas escuchaste un ruido extraño.
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Un Héroe Diferente (Skullgirls X Lector)
Fiksi PenggemarCuando eras joven, fuiste testigo de la gran masacre que se vivió con la llegada de la Skullgirl que casi destruye el mundo entero, la Reina Nancy. Al ver como fue posible su derrota, seguiste tu vida con la esperanza de algún día poder ayudar con l...