⊏actualizaciones pausadas⊐
Theo había mantenido junto a él a su conejita, intentaba hacer que todo fuera posible entre ellos. Pero aquel día en que ella desapareció y nunca regreso, todo su mundo cayó.
Ella lo había dejado, la calidez que sentía en...
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La devastación de ver que su rosita ya no estaría para él fue una que acabo con su última esencia humana en su cuerpo, cayendo en su naturaleza salvaje, con miedo de volver a salir y ver que su vida no estaba igual que antes.
Theo olvidó lo que era amar o lo que era la calidez de un amor.
Todo estaba roto alrededor de él, sin reparación alguna, solo... hasta que apareció ese aroma de fresas cítricas que lo atraían con lentitud, aquella calidez que perdió cuando la única persona que había amado lo dejo y ahora una nueva calidez quería invadirlo.
¿Podría ser que podía de nuevo tener aquel amor y calidez que alguna vez estuvo presente en él?, pero solamente quería aceptar aquello de su conejita de rosas encantadoras.
No una fresa demasiado ácida para su gusto a rosas.
