No existe el hubiera

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ADVERTERNCIA: Aquí los Weasley son malos padres, sobre aviso no hay engaño

-¡Feliz cumpleaños Harry!- soltaron todos los Weasley, había tomado por costumbre pasar mi cumpleaños en la madriguera en lugar de ir a un bar desde que Ron y Bill tuvieron que ir por mi porque en mi borrachera seguí a un muchacho por la calle

-Gracias- respondí para soplar la vela de número 30 pidiendo el mismo deseo que hace casi doce años "Vuelve a mi lado amor mío".

La señora Weasley empezó a repartir el pastel siendo los niños los primeros en reclamar su dulce.

Ron y Hermione habían tenido a Hugo y Rose de 7 y 5 años, eran los más pequeños de la casa, Fred segundo era el de las ideas al ser el mayor con 9 años, mientras Teddy y Victorie estaban disfrutando de sus vacaciones de verano, Bill solía refunfuñar cuando los miraba demasiado cerca.

-Lo siento por llegar tarde- la voz de Charlie sonó sobre los juegos de los niños- pero Matheo tenía náuseas

- Si claro es mi culpa- reclamo su novio, un chico castaño, mientras tocaba delicadamente su vientre- Es tu hijo Weasley

- Siéntense para que coman pastel- invito Angelina ante el gesto de desagrado de la señora Weasley, había pasado tiempo desde que Charlie había dicho que le gustaban los hombres, y llevaba saliendo con Matheo un par de años pero parecía que la mayor se negaba aceptar ese hecho a pesar de que su quinto nieto viniera en camino.

Yo seguía tomando de mi vaso de Whisky cuando me di cuenta que alguien detenía mi movimiento

-Has tomado demasiado- era Ginny ambos habíamos dejado claros nuestros sentimientos además de que a ambos nos gustaban rubios - Y debes de regresar a Teddy con Dora

-¿Temes que me confunda?- acepte dejando mi vaso en la mesa, noté como la señora Weasley lanzaba miradas hacia donde estábamos con cierta ilusión- Pensé que le habías dicho

-Iba a hacerlo- se sentó a mi lado dado que Ron se había ido con los niños- Pero Charlie me ganó

-Deberíamos salir- solté sin pensar después de ver a Charlie asegurarse que Matheo tuviera todo el pastel que quería- a tomar aire

-Potter toma- llamo el chico ignorando el pastel cuando vio que me levantaba junto con Ginny- Pensamos que te gustaría, es Francés 

-Gracias no debieron preocuparse- agradecí tomando el paquete, se sentía pesado -No me gustan los regalos de cumpleaños

-Bueno- se metió rápidamente Charlie cuando noto que el castaño se ponía triste- Tómalo como un regalo por llegar a ser Jefe de Aurores

Asentí pero Ginny me dio un codazo el castaño casi parecía al borde de las lágrimas por lo que me apresure a abrirlo para que su expresión se alegrará, después de tener a tu amiga con esos arranques hormonales sabía que era mejor no ser el blanco.

Apenas quite el papel me arrepentí de haberlo hecho era una colonia, pero una de la cual yo conocía el frasco perfectamente, el aroma madreado con un toque de manzana llegó a mis fosas nasales, era su aroma, el que había desaparecido de la camisa que olvidó cuando se fue, él que juraba que ya había borrado después de tantas botellas de whisky, que incluso Kreacher aseguraba que no quedaban rastros en el número 12 de Grimmauld Place, no sabía si emocionarme o enfadarme, por suerte la única persona que sabía la historia completa estaba a mi lado, Ginny tomó el empaque disculpándose con todos llevándome fuera.

-Sabía que era extranjera- comentó analizando la colonia por ella misma, para aligerar el ambiente-Sabes que no lo hizo para ponerte mal, ¿Cierto?

No existe el "hubiera"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora