Jungkook y Jimin estaban arreglándose para salir en la habitación del menor. El maknae tenía el pantalón puesto y una blusa abierta de par en par que dejaba ver su elaborado torso. En cambio, Jimin estaba completamente vestido, con el pelo empapado cayendo encima de su frente. JK estaba enrojecido de la furia que sentía por dentro. Tenía su móvil levantado con un vídeo que no dejaba de reproducirse automáticamente.
-Park Jimin, eres un mierda -el rubio le miró, quedándose atónito-. Me has hecho pedazos, has jugado conmigo y no te mereces ni una de mis lágrimas -siguió certero y duro. El volumen de su voz iba en aumento-. No quiero saber de ti más que para trabajar. Eres un mimado, consentido y por ser guapo te crees que todos van a caer a tus pies, pero despierta porque tu egocentrismo algún día te jugará malas pasadas. No eres más que una cara bonita, un manipulador.
Jimin no hablaba. Pudo ver un poco del vídeo que le mostraba Jungkook, para luego mirar al suelo como si la conversación no fuera con él, aunque realmente le estaba afectando cada una de las palabras que el moreno le decía. Jungkook se aseguró de que le mirara, quería que sus afiladas palabras le hirieran tanto daño como esas imágenes del móvil le habían hecho a él. Se acercó y levantó su mentón para que le mirase.
-Me arrepiento de haberte entregado mi cuerpo. Me arrepiento de haberte dado lo mejor de mi. Pero sobre todo me arrepiento de haberte dado una última oportunidad con las únicas fuerzas que me quedaban.
Jungkook se rompía en cada frase. Intentaba mantenerse firme, pero ya no podía más. Había vuelto a caer en sus encantos una vez más. Las lágrimas de Jimin no tardaron en aparecer. De veras que se estaba intentando contener, pero esas palabras eran una puñalada tras otra. El mayor apartó la mano de Jungkook de su barbilla con brusquedad. Su faz se volvió fría, pero a la vez triste.
-Ni siquiera puedes defenderte -seguía Jungkook con un hilo de voz.
Jimin negó con la cabeza. Realmente JK tenía razón. No había defensa posible para lo que ese vídeo mostraba. ¿Borrachera? ¿Despecho? ¿Es eso una defensa? Siempre supo que algún día el alcohol le jugaría una mala pasada.
-No. No tengo cómo defenderme. Imagino que esto es el final.
Jimin alzó nuevamente la mirada, perforando el iris del maknae, quien asentía lentamente ante esa afirmación.
-Estoy de acuerdo -dijo un tajante JK.
Jungkook fue a la puerta, la abrió, y sin mirar a Jimin, extendió el brazo invitándole a salir de su habitación.
-Y ahora que todo está aclarado, te pido que te vayas.
Jimin no le miraba. Simplemente se giró y salió sin pensarlo. Su cabeza daba muchas vueltas. No dejaba de pensar que si el maknae le había dicho todo eso era porque realmente ya lo pensaba de antes. No era algo del momento, sabía exactamente las palabras que le herirían de gravedad.
Jungkook cerró la puerta tras él, cerró los ojos y, deslizando su mano por la puerta, cayó al suelo mientras sus lágrimas brotaban con fuerza inundando su cara. Se había desgarrado el corazón para decirle todo aquello. Lo amaba tanto que las palabras de odio fueron de la misma magnitud que su amor. Sabía que si había alguna posibilidad de volver, aunque fuera mínima, con lo que le había dicho ya no había ninguna.
Mientras los dos amantes se separaban, encima de la cama de Jungkook no se dejaba de reproducir un vídeo sin audio de la noche anterior. En él, Jimin subido encima de la tarima de la discoteca, completamente sudado, extasiado y borracho, bailaba con dos hombres mientras se rozaba con cada uno de ellos. Uno le comía el cuello mientras cogía su cintura y bajaba hacia el interior de su pantalón, tocando de forma contundente su prominente bulto. El otro le robaba besos de los labios mientras le pasaba chupitos de alcohol que empapaban todo su cuerpo. Todo se volvía muy intenso, profundo y cada vez más sensual.
__
Tae untaba mermelada en una tostada mientras RM se sentaba a su lado con un tazón de cereales. Se aquejaba de la espalda mientras se acomodaba en la silla. Suga, por su lado, estaba fregando unas tazas muy cerca de los chicos.
-Estoy muertísimo. Me quedé dormido en el sillón y parezco un acordeón.
Tae estaba totalmente abstraído, tanto que ni se inmutó con el comentario del líder.
-¿Tae? -Sin respuesta-. Tierra llamando a Tae.
-¿Eh?
-Madre mía, como estáis todos. ¿Todo bien?
Tae comenzó a asentir mientras se metía un trozo de tostada en la boca. Sin embargo, detrás de RM apareció la silueta de Jin. El mayor ya estaba preparado para salir a diferencia de los otros tres. Jin se quedó mirando a Tae sin saber si entrar a la cocina o irse. Suga que acaba de terminar de lavar las cosas se dio cuenta de la situación y tocó el hombro de RM llamando su atención.
-RM, ven a mi habitación, hice un nuevo puente para la canción.
-¿Puedo terminarme el desayuno?
-No, ¡ya! Que justo me está viniendo otra cosa. Ya sabes como es esto, la inspiración del artista.
-Joder, Suga.
Suga le cogió del brazo haciendo que RM se levantara automáticamente de la silla con el bol en la mano. Salieron de la habitación ante la mirada asesina del líder. Por el camino se encontraron a Jin, que al ver la maniobra de Suga decidió entrar. Tae seguía comiéndose la tostada sin mirar a sus hyungs.
-¿Podemos hablar? -dijo Jin.
Tae giró la cabeza hacia el mayor de sus hyungs. Estaban a una distancia prudencial, así que no tenía por qué preocuparse. Lo divertido era que él siempre había jugado con él. Le encantaba hacer fanservice con Jin porque sabía lo que había. O mejor dicho, lo que no había. Pero ahora no sabía cómo reaccionar.
-Siento lo de ayer. No debí... -comenzó a susurrar-. ... Haberte besado. Fue un error y te pido disculpas.
Tae asentía. Dejó de comer para poder mirarle detenidamente. Siempre había pensado que su cara era perfecta. Era tan guapo. La mujer que estuviera con él sería muy afortunada.
-Hyung... -negaba con la cabeza-. Está bien.
Tae respiraba de forma pesada. Le ardía el pecho, quería acabar con esto, pero no sabía cómo. Nunca se había sentido de esa manera. Jin era su mayor, era un hombre y sabía que estar así con él solo traería más quebraderos de cabeza al grupo. Jin también se fijó en el más joven. Se dio cuenta de que un poco de mermelada se había quedado en la comisura de sus labios, por lo que se sentó a su lado, acercó uno de sus dedos para deslizarlo por su boca y lo limpió muy suavemente. Ya de paso, rozó sus labios nuevamente.
-Jin-hyung...
-¿Sí?
Tae se acercó de forma brusca a la cara del mayor.
-¿Y si me enseñas más cosas?
Jin se apartó y volvió a sus cabales y se levantó automáticamente.
-¿Qué?
Tae se levantó con él. Se envalentonó. Esa situación de tensión no se iba a esfumar con un simple y breve beso. Rodeó con sus manos el cuello del mayor. Jin se quedó inmóvil sin saber qué hacer.
-Resolvamos esto y volvamos a nuestra relación normal de amistad.
Los ojos de Jin dieron a parar en los lindos labios del chico.
-¿Y si es peor?
-Creo que los dos tenemos muy claro lo que queremos para nuestro futuro. ¿Por qué no un poco de locura juvenil? Además, tu cuerpo está de acuerdo conmigo, hyung.
Jin miró hacia abajo. Su erección era demasiado evidente para ocultarla. Tae se acercó a la oreja del mayor.
-Esta noche después del concierto -susurró dejando tras las palabras una chupada en el lóbulo de la oreja del mayor.
Tae se separó, cogió lo que quedaba de tostada y salió de la cocina. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en su rostro. Por fin había sido capaz de verbalizar lo que realmente los dos estaban pidiendo a gritos, pero no se atrevían a decir.
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Expediente Manila (COMPLETA)
Fiksi Penggemar*Expediente Manila* Dos semanas en las que Jungkook y Jimin mantuvieron en vilo a todas sus fans. ¿Qué pasó realmente entre ellos? ¿Cuáles fueron los motivos de su repentino distanciamiento? Contenido JIKOOKMIN con algo de TAEJIN Fanfic original d...