♟️ Prólogo ♟️

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Hace 2 años papá mató a mamá, a Shuya, a Hiroshi, a Koto, a Teiko y a Sumi. En una noche cálida en la que la lluvia recién terminaba de cesar, en una noche donde las estrellas volaban por el oscuro cielo como luciérnagas, en una noche donde la hermosa luna que se encontraba llena, y reflejaba mi habitación en la que me encontraba sólo con mi hermano mayor, quien cuidaba de mi, ya que me encontraba mal del estómago y no tenía las ganas suficientes para cenar. Era una hermosa noche de primavera, mi hermano Sanemi estaba sentado en el suelo junto a mi, y acariciaba mi cabello con dulzura mientras mantenía mi cabeza reposada sobre su pecho, era el único momento de paz que tuvimos a lo largo del día, ya que estuvimos desde las 6AM haciendo favores por algo de dinero sucio, gastado e insuficiente. Trabajando al igual que nuestra madre para que ese alcohólico infeliz al que debíamos llamar "padre" no abuse físicamente de nosotros, aunque de todos modos, lo hacía. Pero así vivíamos diariamente, saliendo nosotros tres a trabajar, papá a beber, mientras que nuestros 5 hermanos se quedaban a cumplir tareas de la casa... Esa noche... Esa maldita noche mientras me encontraba tranquilo, pensando que nada malo podría pasar, tanto yo como Sanemi no llegamos a escuchar la discusión caótica que estaban teniendo nuestros padres, ya que nuestros vecinos pensaron que, si, exactamente ese día, exactamente el 3 de mayo, exactamente a las 22:19, era un gran momento como para ladrar, gritar y hacer fiestas, mientras que el padre de la familia de la casa 37 se encontraba discutiendo con mi mamá, seguramente la razón de esa discusión, era el menor de mis hermanos, que, también seguramente, había sido agredido por parte del recién nombrado.
  Yo y mi hermano nos enteramos de aquel acontecimiento al oír 6 disparos seguidos provenientes de un arma de fuego. El primero de los dos en levantarse fui yo, abrí la puerta de mi habitación y bajé corriendo a la planta baja de mi casa sujetando mi estómago con mi mano izquierda, al abrir la puerta que daba a la cocina de mi casa me había encontrado con la escena más violenta que seguramente vaya a ver en toda mi vida...Mi padre, con una pistola en sus manos, y el cadáver de mi querida madre desangrándose junto los cuerpos de mis 5 hermanos pequeños sin vida. Aquel asesino tardó unos momentos en notar mi presencia, en cuanto lo hizo yo aún estaba en estado de shock. Hubiera muerto de un balazo en mi pecho por aquella arma que me apuntó ese instante, pero mi hermano, quien apareció en ese momento le arrebató el arma y de un rápido golpe en la nuca lo desmayó, evitando mi muerte segura. Éste se quedó unos momentos contemplando la escena, yo caí de rodillas con mi cara llena de lágrimas, y de un grito desgarrador el barrio entero se enteró de lo sucedido, en ese momento mi hermano mayor sufrió el padecimiento de Acromatopsia gracias al shock del momento.
   Luego de 15 minutos llegó la policía y encarceló a mi padre, para después limpiar la escena del crimen y cerrar el caso. Yo y mi hermano quedamos huérfanos, con problemas económicos mayores a los iniciales. Desde ese momento mi hermano se hizo cargo de mi, y dejo de estudiar para que yo pudiera seguir haciendolo...No dejo de pensar día a día que fue...Mi culpa...Y que mi hermano se tuvo que encargar de las consecuencias de todo lo que sucedió por mí...Por lo que yo no pude evit-...— El pelinegro detuvo sus pensamientos al sentir como pequeñas lágrimas desbordaban de sus ojos. Había iniciado su discurso mental al salir de su casa en dirección a la escuela, y llegó casi automáticamente a su clase de educación sexual debido a que se encontraba muy sumergido en sus pensamientos.

¿Te encuentras bien, pequeño Shinazugawa?—De un segundo para otro se encontró sentado delante de su profesora de educación sexual, una mujer joven, de cabello rosado con las puntas de color verde al igual que sus ojos, con piel ligeramente blanca a excepción de sus mejillas, que se encontraban en un ligero tono rosado, el uniforme de esta se encontraba con la mitad de sus botones desabrochados, una de sus características, que sorprendentemente nadie le remarcaba. El rostro de su profesora se encontraba en forma de preocupación, al ver cientos de lágrimas abundando la cara del menor al que le estaba dirigiendo la palabra. Rápidamente, éste respondió.

𝐝𝐢𝐚𝐫𝐢𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 // Sanemi & Genya (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora