Tentación.
Despierto y noto que mamá ya no está a mi lado, supongo que se levanto temprano para ir al trabajo.
Me duele el cuerpo, sobre todo la espalda.
Veo el reloj que está en la mesita de noche y noto que son las nueve de la mañana, tengo clases en dos horas así que me levanto y me voy al baño. Me cepillo los dientes y me lavo el cabello, me aplico mis cremas y decido por vestir ropa ancha y unos tenis.
Luego de cuarenta y cinco minutos decido bajar a comer algo.
Abro la nevera y saco la leche, luego cojo el cereal y me sirvo.
- Primero va la leche.
Es la empleada de la casa, ha trabajado para mis padres desde que yo tengo memoria, le he agarrado mucho cariño. Es una señora mayor, que ya se le ha notado la edad en las canas que tiene en su cabello, con cuarenta y seis años ya se nota algo cansada pero no trabaja sola para esta casa tan grande. También hay dos empleadas más. Carmen, solo se encarga de la cocina ya que a mis padres les encanta su comida, al igual que a mi.
- No, claro que no. Primero va el cereal para después saber que cantidad quiero de leche. Después le echo mucha leche y poco cereal.- sonrió.
- Como quieras-. Niega y sonríe ensanchando su gran sonrisa- ¿Cómo amaneciste hoy? ¿Te aplicaste pomada?
Intenta acercarse pero doy un paso atrás, me duele y tengo miedo de que me lastime.
Niego- No alcanzó a ver los moretones.
Para Carmen, ya es algo normal, y sabe que esto siempre pasa. Su rabia por mi padre la carcome desde siempre pero yo le digo que se mantenga al margen para que no la despidan.
- Dejame ayudarte, muchacha-. Asiento y se encamina a unos de los estantes que hay en la cocina para sacar una pomada para los golpes.
- Subete la camisa.
Obedezco y empieza aplicarla, los toques son con suavidad pero aún así duelen.
- ¿Cuánto seguirán aguantado esto? - pregunta.
Yo me meto una cucharada a la boca para callar.
- Deberían de irse, denunciarlo.
- Tiene dinero suficiente para salir, él merece algo peor.
- Muchacha, aveces la venganza no es la solución para...
- Shh-, la aparto de mi y bajo la camisa- Viene mi padre-. Le susurró.
Ella asiente y se va a la nevera a sacar no se que.
- Buenos días, Carmen.
- Buenos días, señor Joan.
Mi padre pasa por mi lado y yo solo me concentro en la taza de cereal.
Toma asiento al otro extremo del mesón y empieza a leer el periódico mientras le da un sorbo a su café.
Termino lo más rápido que puedo y me encaminó a la entrada de la cocina.
- ¿Por qué te vas tan rápido?-. Me detengo en seco y trago grueso.
- Tengo clases en media hora. Permiso.
- No te metas en mis asuntos, Verónica-. Volteo a verlo y sigue con la vista en el periódico.
- ¿De qué hablas?
- De la búsqueda de tu hermana.
Aclaro mi garganta-. Solo quiero ayudarte a...
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Latidos infernales [Completa]
SonstigesVerónica Rausell, una chica de 22 años que busca la manera de saciar su rabia y toda las desgracias que a su vida le ha pasado matando gente. Sus demonios despertaron desde que su mejor amiga se fue, era su única fuente de fe y ahora que ella y ni s...