capítulo 1

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Recuérdame

“…ahora que ya decidiste ir con el
Que sea lo que deba ser, aunque a mí me toque perder
Recuérdame ahora que tu piel ya se fundió con
Su piel su mundo ya gira entorno a ti y tú no piensas volver
Donde te marchas, donde piensas irte vayas
Donde vayas sé que ya no voy a perseguirte
Cuanto le amas besa como eso dime que aún no
Te ha tocado como lo hicieron mis dedos…”

Levanto levemente la vista con intención de calcular cuánto tiempo más puedo inundarme en historias acompañadas de melodías que me permiten olvidar por unos instantes quien soy, mi acción se ve interrumpida cuando me topo con la mirada nerviosa de Thomas. Stephanie en cambio se la ve tranquila con las piernas cruzadas inmersa en la última revista de diseño de interiores.
Están demasiado despiertos para ser las cinco de la mañana, más concretamente las 5:07 am o yo he bebido demasiado café.

“…Párale los pies a ese reloj que nos controla
Que no nos deja ser, que apaguen el Sol de una vez
Recuérdame ahora que ya decidiste ir con Él
Que sea lo que deba ser, aunque a mí me toque perder
Recuérdame ahora que tu piel ya se fundió con su piel
Su mundo ya gira entorno a ti…”

- Marcus pregunta si está usted bien, señorita Amelie – Me informa Thomas arrastrando uno de mis auriculares, derrumbando todas las imágenes que había podido crear a través de la música.

Me limito a alzar la vista hasta toparme de nuevo con esa mirada nerviosa de Thomas asiento levemente indicando que está todo bien.
Vuelvo a colocar mi auricular en el oído y simplemente dejo la vista volar por el gran ventanal que hay enfrente, puedo ver como preparan los aviones en la pista para que los pasajeros puedan ir entrando en su respectivo vuelo.

“…Recuérdame ahora que ya decidiste ir con el
Que sea lo que deba ser, aunque a mí me toque
Perder recuérdame ahora que tu piel ya se
Fundió con su piel, su mundo gira
Entorno a ti y tú no piensas volver…”

Y no.

La musica no consigue apaciguar la imagen de Marcus en mi cabeza, un Marcus de ojos azules como dos gotas del mar más puro acompañados de una dulce sonrisa rodeada de pequeñas pecas que Marcus siempre insiste en que son pequeñas manchas insignificantes en la piel.
Que seamos tan parecidos y a la vez tan diferentes, me gusta, siempre me ha gustado que Marcus y yo fuesemos tan afines un dia y al siguiente tan contrarios, y que aun asi nos esforzaramos por llegar al mismo punto.

¿Qué?

No.

Marcus no es mi pareja, Marcus es más bien un buen amigo con el que creci des de bien niña. En mis veinte años de vida no recuerdo ninguna epoca de mi vida en la que no esté Marcus. Él siempre ha velado por mi, por mi bienestar, o como él dice por hacerme reir cuando solo quieres llorar.

“…Oh, I hope some day I'll make it out of here
Even if it takes all night or a hundred years
Need a place to hide, but I can't find one near
Wanna feel alive, outside I can't fight my fear…”

- Señorita Amelie, debemos entregar los billetes en el mostrador- stephanie me toca el hombro izquierdo y me hace una señal para que nos acerquemos al mostrador.

Detengo la musica, más tarde ya seguire escuchando a Billie EIlish, si es que siempre me interrumpen en la mejor parte de las canciones, ¿no os pasa?

Me levanto lentamente del asiento nada cómodo, me quito los auriculares del oido y guardo mi pequeño reproductor de musica. Me paro solo unos instantes a ver como el sol se va elevando en las nubes. Respiro hondo agarrando mi maleta mientras giro y me detengo justo al lado de Thomas  haciendo cola para embarcar.

- ¿cómo que no puedo entrar? – oigo decir a un joven, muevo mi cabeza hacia un lado para determinar de quien se trata- Me está diciendo usted que no puedo embarcar cuando tengo dos billetes para este vuelo – dice.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2021 ⏰

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Mentiras de un reino sin coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora