Hey! estaré participando en el evento del Luzubowl todo este julio, asi es, todo un mes dedicado a Luzu y ships bonitas con él, ¡no dudes en checarlo si te interesa!
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Luzu suspiró.
Como siempre, sus amigos hacían un desastre antes de irse a la misión que los dioses les encomendaban y Vegetta, su novio casi esposo, trataba de calmarlos a todos.
— ¡Ya hasta, tontitos! — Exclamó el pelinegro, resoplando. — Vamos, que se hace tarde.
Y con esas palabras (y sabiendo que la paciencia de Vegetta estaba al borde) emprendieron el camino finalmente, aunque aún así iban jugando un poco, haciendo a Vegetta resoplar.
— Tranquilo cariño, ya sabes como son. — Luzu agarró su mano, sonriendole, pareciendo calmarlo.
— Si lo sé, pero me gustaría que fueran ordenados aún así, hacen demasiado escándalo.
— Yo sé que si, pero no podemos hacer mucho más que evitar que no se maten entre ellos. — Dijo con una risita que contagió a Vegetta, yendo más relajado al sitio de la misión, llegando al cabo de un par de horas.
— Vaya. — Dijo Auron impresionado. Estaban en una cueva enorme, con estalactitas que goteaban agua y podían oírse ligeros aleteos de murciélagos.
— Shhh, no vayan a gritar o podemos provocar un accidente. — Les dijo Vegetta y esta vez nadie parecía querer ir en contra de sus órdenes, avanzando con algo de lentitud, oyéndose sus pisadas muy ligeras en el piso donde también había estalagmitas.
Entre más sé adentraban en la cueva, más podían oir el cauce de un río subterráneo, de acuerdo a las indicaciones de los dioses, debían de seguir su curso, haciéndolo así cuando lo encontraron, prendiendo un par de antorchas cuando empezó a oscurecerse.
Hasta que empezaron a notar brillos en las paredes.
— Miren. — Dijo Alex y todos vieron a su alrededor notando aquellos brillos azules casi blanco, asombrandose cuando parecieron multiplicarse más y más al igual que el agua comenzaba a brillar en un azul celeste, notando un pasaje algo estrecho, cruzando para ver una cueva más grande, soltando exclamaciones.
Era el doble de alto que la cueva anterior, iluminado por cristales azules y blancos, formando una especie de bóveda que parecía de película de fantasía épica.
— Wow. — No pudieron evitar exclamar, siguiendo el camino entre estalagmitas que los guiaba a una especie de pedestal en lo que parecía el medio de la cueva, donde estaba lo que debían de ir a recoger: una gema blanca que estaba flotando en un soporte de cristal al parecer impulsado por magia.