Capítulo XLI

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Limpiar los calderos no fue tan desagradable como Dante creyó que seria, al parecer todos esos años de limpiar los establos de pegasos y los nidos de hipogrifos en el campo de su hogar funcionaron de algo, el estar escuchando la banda sonora de Astral chain, las mas o menos, dos horas limpiando se le pasaron muy rápido, cuando termino el profesor que había estado vigilándolo todo ese tiempo, con una mirada que lo hacia parecer un depredador asechando a su presa, le indico que ya había terminado su castigo y podía irse, se paso por la biblioteca donde Ivy también terminaba con su castigo.

-Fue sorprendentemente fácil, incluso la bibliotecaria se sorprendió –dijo Ivy.

-Parece que nosotros nos llevamos la mejor parte –dijo Dante.

En su camino hacia el séptimo piso miraron por unas de las ventanas de los pisos superiores, abajo en el huerto frente a la cabaña del guardabosques, se encontraban los tres Gryffindor arrancando malas hierbas mientras el profesor Weasley y Hagrid los supervisaban, no era un huerto muy grande, pero era evidente que estarían bastante tiempo ocupados metidos en el lodo.

-No te imaginas cuanto agradezco que anoche lloviera -dijo Dante.

Al entrar en la sala de menesteres, hicieron su ejercicio diario para expandir la fuente mágica de Ivy y mientras ella asimilaba la nueva cantidad de magia, Dante desarmo nuevamente el driver de wiseman, mientras limpiaba los calderos se le había ocurrido una idea que tal vez funcionara, decidió remover por completo los sistemas de seguridad y modifico el principal, luego le entrego el driver a Ivy.

- ¿Qué tengo que hacer ahora? –pregunto la chica con el driver en las manos.

-Llévalo a tu cintura, si funciona lo que hice debería activarse –respondió Dante.

Ivy hizo lo que le dijo Dante, pero el driver se quedo igual, no reacciono ni hizo nada por el estilo, la chica alejo y acerco el driver un par de veces, pero continuo sin hacer nada, después de un rato, le devolvió el objeto al chico, quien lo dejo en la mesa, saco su cuaderno de apuntes, suspiro y dijo decepcionado:

-Devuelta al callejón sin salida.

-Lo siento –dijo Ivy apenada.

-No te disculpes –Dante empezó escribir en su cuaderno, luego de unas anotaciones, miro el driver, se trono los dedos y empezó a desarmarlo –plan D, no me vas a ganar Sou Fueki, superare tus seguros y hare que te revuelques en tu tumba.

- ¿Puedo ayudar en algo?

-De hecho, si –Dante miro a Ivy sonriendo con decisión –practica la magia las manos, mientras mas fuerte te vuelvas mas fácil para tu cuerpo asimilar la magia anillera.

-Entendido.

El resto del día Dante ocupo su tiempo revisando las posibles soluciones para el problema del driver, mientras que Ivy entrenaba múltiples hechizos con la magia de manos, para cuando la noche estaba por caer, ambos decidieron ir a la plataforma donde el Hogwarts express llegaría, esperaron pacientes mientras escuchaban algo de música cuando a locomotora a vapor empezó a escucharse a lo lejos, la noche ya había llegado y la oscuridad reinaba alrededor, las antorchas de la plataforma se encendieron cuando el tren llego y se detuvo con un extenso y agudo silbido.

La multitud de estudiantes empezaba a salir, el bullicio y los grupos de personas empezaron a llenar la plataforma y Dante e Ivy recorrían el lugar con la mirada buscando a Scarlett y Howard.

- ¿Buscan a alguien? –pregunto alguien detrás de ellos.

Cuando ambos se voltearon vieron a Scarlett sonriendo pícaramente y a un Howard que parecía agotado por el viaje, pero que les sonreía amistosamente.

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora