Esa noche, nuestros padres habían pensado de visitar la Torre Eiffel a hacer unas fotos para la
campaña.
Obviamente iba Enzo. No tenía ganas de verle y menos estar con él.
-Mamá, no me apetece ir a la torre Eiffel.
Mi madre me mira como si estuviera loca -¿Cómo no vas a querer ir? Si no la has visitado no puedes decir que has estado en Paris. Solo serán unas fotos y ya.
Asiento sin insistir mucho, mis ganas de ir son más grandes que mi angustia de ver a Enzo.
Llegamos a la torre Eiffel y mi madre se va junto a Chris, quedándome yo sola.
Las vistas desde aquí son impresionantes. Esto es un sueño. París es precioso.
-Vas mejor en ropa interior- escucho la voz de Enzo, refiriéndose al video que sin querer le mandé.
No me giro. No me muevo. Sigo estando muy enfadada con su actitud.
-Te he enviado ese video sin querer- digo simplemente.
-Sabes que no- escucho sus pasos acercándose.
-Deja el tema ya, Enzo.
-Pues admite que ese jodido video has querido enviármelo.
Me giro un segundo para mirarle fijamente a los ojos pero me arrepiento y le vuelvo a dar la espalda -¿Sabes qué? No debería estar hablando contigo.
-No tengo porque contarte nada, Nix- al ver que no respondo y sigo sin mirarle, vuelve a hablar –Joder, vale... lo siento, ¿Es lo que quieres escuchar? ¿Quieres la verdad? No puedo controlarme cuando estoy cerca de ti. No puedo pensar con claridad. Todo lo que puedo pensar es...- para para tomar aire –Te deseo, Nix.
Mi corazón late desbordado en mi pecho y el calor de mi pecho empieza a encenderse.
-¿Entonces por qué actuaste así ayer?- hablo intentando que no se note que estoy afectada.
-Joder, Nix. Me estás volviendo loco. Quizás porque estoy a nada de que me la sude que nuestros padres están saliendo y besarte ahora mismo. Verte enfadada me pone muchísimo.
Niego con la cabeza intentando ocultar mi sonrisa –Estás loco.
Oigo como empieza a acercarse poco a poco hasta que lo siento detrás. Coge mi cintura con sus manos.
Dios, su roce lo es todo.
Si dijera que no me gusta, que no lo quiero, sería una gran mentira.
-¿Qué estás haciendo, Enzo?-
No responde, sino que va dejando besos en mi cuello. Erizándome toda la piel.
Me armo de valor y giro mi cuerpo para mirarle a los ojos.
-Vamos a olvidarnos de quienes somos- dice con sus profundos ojos en mi –Vamos a olvidarnos de todo mientras estemos en Paris.
¿Qué está ocurriendo?
Sus manos van a mis caderas y me acerca aún más.
Y por fin nuestros labios se unen.
Quiero ponerle lejos de mí antes de perder la cabeza.
Pero no lo hago.
No puedo.
La respiración de Enzo es agitada.
Nunca me he sentido tan bien.
El beso es apasionado, demandante...
Puedo sentir la euforia, el calor, el deseo recorriendo el cuerpo.
-Nix...- suspira mi nombre de un modo que es demasiado para mi.Este beso es mágico.
¿Es real?
Nos separamos por falta de aire. Enzo sonríe.
Siento muchísimas cosas ahora mismo: deseo, perdición...
Enzo cubre mis labios de nuevo con un beso agresivo y demandante que hace que mis piernas también.
Nuestras bocas encajan a la perfección.
Quiero más.
Mucho más.
DESPUÉS DE ESTAR UN MES SIN ACTUALIZAR AQUÍ TENÉIS UN NUEVO CAPÍTULO.
Perdón por dejaros así, digamos que mi verano no ha empezado bien del todo.. Pero bueno la vida son rachas:)
Lo importante es que ya estoy por aquí de nuevo. Ahora subiré otro capítulo más...
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Os mando muchísimo amor.
-Lidia.
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¿Mi hermanastro? Mi profesor.
Romansa¿Quieres tenerlo en físico? ¡Pues ya está disponible en Amazon! :) Nuestra historia no es la típica de hermanastros, no. En esas historias, su hermanastro no termina siendo su profesor. En esta sí. Por desgracia, soy alumna y hermanastra de Enzo Sol...