Caminamos en silencio unos cuantos metros hacia la sala de profesores donde anteriormente he estado con mi grupo el cual desconozco ahora mismo su ubicación.
-Madison-dice Harry acercándose a las estanterías
-¿Si?-voy donde el
-¿Te han vuelto a llamar más?
-¿Perdón?-sacudo confundida mi cabeza
-Las llamadas en número oculto- arqueo la ceja derecha ¿Que le importa a él mis llamadas?
-¿Que hiciste mientras yo estaba en el ascensor?-me cruzó los brazos por la espalda
-No has respondido mi pregunta
-Tú ahora tampoco la mía, no te encumbre mi vida afuera de los estudios
-Esta bien, está bien-levanta las manos defendiéndose-Mire y busque unos archivos. Brett y tu estuvisteis justo aquí y luego fuisteis a esos cajones blancos-los señala- y entonces los recordé. Solo quería saber si seguían en orden.
-¿Y yo? ¿Que pinto en todo eso? Podrías haberte ido y habernos dejado solos. Pero no, me metiste ahí y te largaste. ¿Sabes lo mal que lo verían los directores del instituto?
-Si y lo siento, te mereces una gran disculpa, de corazón, lo lamento, siento que estuvieses ahí una rato, pero también te recuerdo que yo solo quería decirte la nota del examen.
-Pues muy bien, la dices y me dejas irme, no me impides la salida
Harry se toma su tiempo para responder.
-Ninguno de los dos nos comportamos como debíamos. Pensé que lo mejor era que te quedarás y así evitar gritos innecesarios por cómo nos hablábamos. Ni a ti te beneficia y mucho menos a mi que haya una gran discusión entre alumno e profesor. De nuevo. Lo siento, no volverá a ocurrir.-y su mirada se entristece y por eso me sorprendo al nada de acabar. Harry acaba de disculparse de verdad. Ha parecido que lo sentía, pero intereses como un despido también hacen mucho. Pero se ha disculpado al menos. Esta entre las cuerdas, si hace algo más no tardaré en hablar.
-No puedo perdonarte, eso es de entender fácil. Pero solo esta vez, me callaré, pero a cambio tú también vas a tener que sacrificarte. Me gustaría más tiempo para preparar los exámenes, es decir, que nos des varios días de antelación. Si ahora vas a dar a mi clase geografía tras el cambio del señor McMahon a dos cursos inferiores, quiero eso. ¿De acuerdo?
-Claro, no hay problema-no está tenso, y normal, de las cosas que le habrían pedido otras yo he escogido dar más fuerza a mis estudios
-¿Hablabas de unos archivos? ¿no?
-Si, están correctos- asiento lentamente y camino a la ventana donde estuve con mi compañero. Busco con la mirada y está desierto. Me giro y Harry tiene entre sus manos una carpeta amarillenta repleta dé papeles.
-Estos son los documentos que necesitaba revisar-baja la mirada hacia ellos
-¿Y que pasa con ellos?
-Son importantes. Mi vida personal está escrita en cada fragmento de estos. No puedo permitirme perderlos. ¿Comprendes?-asiento
-¿Y que tan interesante es tu vida Harry?—suelto una pequeña risita. ¿Que hará este hombre los sábados en la tarde?
-Mas de lo que te imaginas. Pero no interesante, si no curiosa
-Es lo mismo. Son sinónimos-cruzo mis brazos
-Ya, pero interesante pienso yo que va más dirigido como a una serie: la trama es interesante, más que curiosa. La curiosidad es tirar hilo por hilo y descubrir que cuando piensas que lo tienes todo hecho, llega un rollo de lana más grande, que te desfigura el jersey, o la mente
-Vale-rascó sutilmente mi frente pensando en metáfora- ¿pero esto de lana?
-Me refiero a mi vida, y así te lo puedes aplicar. Se piensa que siempre hay un final bonito, como en los cuentos, pero nunca, o, casi nunca existe ese final, siempre algo te complica los asuntos-hace una mueca de dolor-así que Madison, mi vida no ha sido facil. Soy fuerte, porque he sabido llevar ese: sin final de película
-¿Que pone en los documentos que te haga tanto daño y te preocupación?-tanta historia hace que mi lado cotilla y empatico salga
-No se debe decir, pero si eso hará que además me perdones para siempre. Aceptado, puedo explicártelo todo. Dicen que hablar con desconocidos es hasta mejor que con un amigo íntimo-Y tanto, puedo decir que he vivido esa parte.
-Soy un diario-me río mientras descruzo los brazos y con el dedo indice marco un "shh"
-Genial, pues allá voy.-murmura estirando la espalda- Yo estuve enamorado en su día. Muchísimo, no tenía ninguna razón para no sonreír sabiendo que si me levantaba de la cama iba a ver a una preciosa chica amándome cada segundo de nuestra existencia-hace un paron para indicar con la mano que nos sentemos en el extremo izquierdo de la mesa central-éramos tan felices-sus pupilas brillantes me hipnotiza, esto es muy loco-de verdad. En ese entonces juraba que nuestro final si sería de película-mira hacia arriba y vuelve a mirarme con motivación- ¿Sabes que?-muevo la cabeza en diagonal indicando que no-Ella, siempre me decía que tenía muchas amigas, y una en especial, nunca la conoció, eran amigas por online. Me dijo que falleció sola en el hospital por neumonía. Uno de sus parientes se contactó con ella para explicarle. Desde ese entonces, lo pasamos terriblemente mal. Se acordaba siempre de su amiga. Todo fue un par de días antes del peor de mi vida. Ella... Simplemente no pudo...-sus ojos están cubiertos por lágrimas, que él mismo limpia constantemente
-¿Que paso?-tengo un nudo en la garganta, no puedo comprender, incluso intentando empatizar lo difícil que tuvo que ser eso. Si muriese Mike, todo sería negro en mi vista.
-Paso... Paso... ¡Joder, paso! ¡Paso!-mas que lo intenta, ya no puedo contener ni limpiar más sus lagrimas
Miro por la mesa y veo una caja de pañuelos, estiro el brazo para cogerla y se la entrego. El me lo agradece sonriendo entristecido.
-Lo siento, ¿pero que fue de ella? hablas en pasado. ¿Rompisteis?
-Murió-suelta el pañuelo utilizado y me mira fijamente. No puedo decir nada, no esperaba ese desenlace-No hace falta el pésame, créeme, ya muchos me lo han dado, solo con escucharme basta, porque nunca nadie lo hizo
-¿Porque murio?-me atrevo a preguntar
-De un infarto al corazón. Ella era muy joven ¡Ella era muy joven! No debió de morir. ¿Sabes cuanto la extraño?-Antes de que pueda decir nada, el ya ha auto-contestado- algo abundante
-Me lo imagino, no te debió de ser fácil. ¿Murió por desesperación a que si? Desesperación de saber que no pudo hacer nada para abrazar a esa persona querida, alomejor hasta sentimiento de culpabilidad
-¿Como lo has sabido?-murmura Harry frunciendo el ceño
-Por todo lo que me has dicho. Las fechas de las muertes fueron casi las mismas y tu ¿esposa?-espero su respuesta y el asiente dándome la razón- como has dicho pensaba siempre en su amiga fallecida, y si no tenía antecedentes de problemas del corazón, es lo que más me cuadra, su amistad debía ser muy primordial y no pudo aguantar como has contado
-Pues, Madison Sand, eres una genia-me estrecha la mano-ojalá no tuvieras razón, pero la tienes. Si su amiga que desconozco completamente su nombre no hubiese muerto, probablemente mi amor tampoco-hace un mohín al final
Miro sintiéndome mal a mi profesor de geografía. No me merezco plenamente nada de lo me ha dicho y hecho, pero, no deja de ser persona con sentimientos. Ser su saco de boxeo me gusta cero, pero ha tenido el valor de justificar sus hechos y se nota que necesita hablar y desfogarse, no ha tenido la ocasión, sentirse solo es tan peligroso y dañino que te mata poco a poco. Te elimina sin escrúpulos.
-No me has dicho su nombre-evito decir "lo siento" por lo dicho anteriormente, pero mi educación lucha ansiosamente
-Amelie, parecido al que nuestra hija iba a tener-sus ojos vuelven a parecer cristales
-Oh, yo...No debía haber preguntado...-me corta
-No pasa nada, he sido yo quien ha accedido a contártelo todo ¿no?-asiento mordiendo mis labios por dentro-su pequeña barriga tenía seis meses. Adelia, ese tendría que haber sido el nombre de mi pequeña chica
-Es muy bonito-le sonrio delicadamente intentando animar la situación
-Claro que lo es. Doy por hecho que se hubiese parecido a mi en el color de pelo. Castaña perfecta, y los ojos como su madre, verdes mágicos. Sus gafas rositas redondas la hacían más tierna. Cuando la miraba era como si un atardecer bellísimo se proyectara desde el fondo de su ser. Te lo digo enserio, era hermosa. Pero Dallas me la quito. Porque no viví siempre en Miami Madison, nosotros nacimos allí. Y ella falleció allí. Hace nueve años. Teníamos los dos la misma edad, 22 años cuando todo ocurrió. Pase un extenso tiempo con ataques de ansiedad. Cuando falleció acabábamos de comprar una casa en la playa, nadie me ayudaba, estaba solo y yo tampoco la pedía. Fallo mío ahí. Las noches en esa casa eran un infierno, pasaban las horas como siglos y siempre con dolor de pecho del sufrimiento. Tres años después me reincorpore ahí ahí... Y cumplí uno de mis sueños: enseñar. Y así es como ahora soy tu profesor
-Esto, es muy impactante..., me siento fatal-No sé si quiero saber más
-No hace falta que te sientas así , las cosas ocurren y hay que seguir hacia adelante, porque si no, te entierras en el pasado y una vez que te metes en algo así, salir, es como escalar el Everest. Imposible, aunque...Recordarlo con conciencia es sanar.
-Sanar y reflexionar es todo lo que está bien-
Asiente callado y me entrega el informe deslizándolo sin ganas por la mesa. Doy una pasada rápida y lo explicado esta en la hoja redactado: la muerte hace nueve años en Dallas por un ataque al corazón, ella preñada, su carrera como profesor y los episodios de ansiedad.
-¿Porque te has sincerado, de verdad conmigo?-le devuelvo los archivos haciendo énfasis en <<de verdad>>
-Tu quisiste que te los enseñara
-Podrías haberte inventado cualquier cosa
-No se Madison..., Pensaba que ya lo había superado, además tienes excelente nota en la optativa de psicología, puede que de ahí venga el que no seas normal. Empatica y observadora. Yo también lo soy, me di cuenta de como mirabas mis zapatos y también se afirmó antes, con los crujidos. No quiero que nos llevemos mal, me disgustaría mucho tener problemas con cualquier alumno y alumna, así que, como educador especializado que soy, puedo ayudarte en lo que necesites. Como por ejemplo en las llamadas. Estudie un grado de tecnología y informática-sigo sorprendida con todo y que haya mirado mis notas
-Sería genial, pero ya no es un problema, gracias-es muy extraño darle las gracias a un hombre que apenas minutos me tenía atrapada sola en un ascensor. Tampoco quiero me que ayude en absolutamente nada, siempre la caga y yo no confío. A partir de ahora sólo nos respetaremos, al final voy a acabar cayéndole bien
-Entonces, si no necesitas nada de mi a parte de tiempo para tus exámenes-da un gran resoplon de alivio-lo correcto sería que ya fueses con tu grupo. Recuerda lo acordado-se levanta de la silla recogiendo la carpeta, yo asiento dándome cuenta una vez más de sus crujidos detrás de la espalda.
-¿Otra vez te estás crujiendo? ¿Porque lo haces?-le imito, me levanto
-Hablar de Amelie me pone nervioso, simplemente es un tic-tambalea la cabeza
-Antes también ha pasado, y no habías dicho nada de tu esposa ¿sigues teniendo ansiedad?
-No, creo que no. Pero estaba nervioso cuando he entrado, nada de lo qué alterarse, se me pasará
-Te recomendaría que hablases con un especialista. Un psicólogo puede ayudarte a superarlo. Me marcho ya-doy pasos hacia la puerta de salida
-Hasta luego, gracias por escucharme. Por cierto, mudarme aquí no fue nada malo, el amor ha vuelto a mi vida, algo más joven que yo-me volteo a escucharlo
-Felicidades, que seáis felices-cojo el pomo y la cierro rápido. Enciendo mi móvil caminando por el pasillo y dos notificaciones que no esperaba llegan a mi: mi madre y del dichoso número oculto. Se me había olvidado por completo el mensaje que escribí y no imaginaba que respondería tan rápido. Leo primero el de mi madre Estela.
Hija, tenemos que hablar urgentemente. No llegues tarde del instituto.
Confundida es lo que más me puede describir. Mil situaciones me vienen al momento. ¿Ha visto algo en mi cuarto que no debía? ¿Le ha pasado algo a Tommy? ¿Ha ocurrido algo con mi padre? ¿Peter? ¿Está otra vez enferma? ¿Se ha quemado cocinando y necesita mi ayuda? ¿Ha encontrado...? Borro esa opción en mi lista mental.
Bajo la mirada al siguiente mensaje de texto:
Hola Madison, estamos disponibles las 24 horas para explicarte todo. Debes confiar y también tras ver lo que digan.
¿Confiar? Yo no confío en casi nadie. ¿Y tras ver de quien? Esta gente porque hablan en plural están haciendo que les esté empezando a coger mucha rabia y manía. Si tan importante es que me hablen y que me llamen a cada rato que sean directos, es lo más sencillo para todos. No tienen un motivo para no hacerlo, segurísimo.
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10 CAJAS CONTANDO LA MIA
Mystery / ThrillerUna adolescente de 17 años en Miami siempre ha vivido una vida normal, hasta que le llega una caja negra a la puerta de su casa, imposible de abrir, cada día recibe una más, así hasta llegar a contar con 9 cajas ¿Que tan importante serán las cajas...