—¿Por qué estás molestando a Regina?
—¿A tu novia?
—Eres insufrible. Solo deja de acosarla.
—Es una táctica efectiva. Le hablo de bebés para que se decida a dar el primer paso y admitir que siente algo por ti.
—Genial —suspiré resignada—. Deja de molestarla, hablo en serio. No he olvidado las tácticas que usabas para corregir a todos los niños.
—Funcionaba.
—Lo que sea. Ahora explícame que es eso que me dijo Henry sobre tu verdadero nombre.
—¿Qué hay con eso?
—¿Qué hay con eso? Te diré que hay con eso, señorita moderna. Me mentiste, me dijiste que tu nombre era Sarah.
—Es el nombre que elegí en este mundo.
—Así que te llamas Ingrid. ¿Algo más que deba saber?
—Me gusta Sarah. Ha pasado mucho tiempo desde que alguien me llamó Ingrid.
—Te estoy vigilando.
—Yo igual. ¿Dónde llevarás a Regina?
—No te lo diré.
—En nuestro mundo no teníamos citas. Había bailes... era maravilloso.
—Regina no tuvo esa suerte, su madre era una loca psicópata.
—Más razones para contarme tus planes, puedo ayudar. Llevo mucho tiempo en este mundo, he ido a citas.
—No. Gracias. Y esto no es una cita.
—Lo que tú digas. Ten, lleva esto, es para los chicos —me entregó un plato con mini sánduches—. Me daré una ducha y luego dormiré un poco. Regina dijo que quería encargarse de la cena.
—Fantástico. Extraño su comida. Y te advierto que no le gustaría nada si te escucha llamándola una de los chicos.
—Me gusta menos que mi comida no te satisfaga tanto como la de tu novia.
Sarah sonrió. Por lo menos iba a dejar de molestarme un rato. Iba a terminar enferma de los nervios por todo el estrés que ella insiste en causarme.
Regina y Henry devoraron los sanduchitos, estaban envueltos en mantas viendo una película horrible de dinosaurios.
—Mamá dijo que la invitaste a salir.
—No hables con la boca llena, cariño.
—No la invité a salir —Regina me dio una de sus miradas fulminantes—, sí lo hice, pero no en ese sentido.
—¿En un sentido sexual?
—¡Henry! —gritamos horrorizadas, Regina y yo.
—¿Qué?
—No es una cita en ningún sentido, mucho menos en ese. Te he educado mejor, jovencito.
—Sí, tu mamá tiene razón. Solo daremos una vuelta por la ciudad para distraernos. Tú también estás invitado.
—Prefiero quedarme, sería raro estar en medio de su cita.
—¡No es una cita! —¿Por qué nadie escucha lo que digo?—. Aprovecharemos para... buscar trabajo... quizá encontrar un lugar para vivir.
—Pero vivimos aquí —dijo Henry molestándome una vez más.
—Temporalmente. Háganse a un lado para que pueda sentarme.
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Not in a sexual way
RomanceUn simple coqueteo que no debe significar más que un juego inocente en el que Emma parece siempre perder y en el que Regina estará dispuesta a aprender. Leer bajo su propio riesgo. #Swanqueen