𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈: ¿𝐔𝐧𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚?

59 6 13
                                    

Año 845
Afueras del muro Sina
8:00 am
Nadine Amil

No había logrado dormir nada, desde que regrese de la caminata en la madrugada, partimos fuera del muro y nos dirigimos a lo que parece ser la base, La castaña me contó un poco lo que es la legión del reconocimiento, lo que conlleva ser parte de el, que sería mi nuevo hogar y prácticamente mi nuevo estilo de vida.
También me comentó que, como yo no llegué ahí como todos los demás, me daría un entrenamiento especial.

—Buenos días Nadine, ¿pudiste descansar? —Una alta chica se hizo presente en mi habitación, mirándome con una sonrisa se acerca a mi— ¿Por qué aún no estás lista?

—Buenos días, ¿Hanji? — Cuestione su nombre, cuando afirmó si era cierto, me encogí de hombros— No pude descansar y la verdad no se cómo usar este estupido uniforme.

—¿estupido? — una carcajada se hizo presente y negó— Siento que tiene estilo, venga, te enseñaré a cómo ponerte el arnés.

—No es algo que usaría. — abracé mi brazo y mire por mis hombros el uniforme.— ¿Puedo darle mi toque?

—Supongo, siempre y cuando lleves el uniforme como tal. —Y así fue, la alta me mostró cómo colocarme correctamente el arnés mientras hablaba de la legión y de sus compañeros que ya fueron asesinados por los titanes

—Oye Hanji, ¿y cuando iremos a ver los titanes?

—Calma pequeña, necesitas primero aprender a usar el maniobrador tridimensional. Es muy indispensable para matar titanes. En cuanto a tu resistencia, Levi me hablo un poco de ti y quizás tu fuerza y la misma sea idéntica a la de El. No lo sé, pero ahorita te evaluaremos.

—Entiendo— No, la verdad no lo hacía, me dejo sola para que terminara de arreglarme.

Recogí mi cabello en una alta coleta, me mire en el espejo que había y empecé a reír, te ves ridícula Nadine, definitivamente es algo que jamás usaría, pero según Gafitas es muy importante usarlo.
No iba a quedarme con los brazos cruzados, así que tomé un corset negro y lo coloqué encima de la camiseta de botones blanca, lo ajuste a mi cuerpo para después doblar las mangas de la chaqueta. Coloque la capa y salí, no era la ropa que solía usar pero ya me sentía un poco más cómoda.

— ¿Puedes respirar con eso? — Cuestionó el Pelinegro mientras pasaba a mi lado con una taza.

—Si no pudiese, no estaría aquí.

—Te recomiendo que no lo uses, para más comodidad y movilidad para ti — comentó sereno mientras me miraba.

—No creo que está pañoleta sea cómoda — Tome el pañuelo que llevaba en su cuello y lo jale. — No, no lo es.

— se quedó en silencio por unos segundos y me arrebató lo que previamente había quitado— Tú quédate con tu corset y yo con mi "pañuelo" — Dicho eso siguió su camino.

—No pude evitar no reír y seguí mi camino hacia donde Hanji me dijo que la esperara.

Salí del pequeño edificio y unos cálidos rayos de luz del sol me recibieron, hacía juego con el agradable viento que jugaba con los mechones de mi coleta.
Alcé mi vista al cielo azulado y suspire. Era hermoso y tranquilo, Tal y como lo recordaba.
Isabel... Farlan... como me encantaría que estuviesen aquí, no era justo para mi que el sueño que compartíamos solo yo lo estaba cumpliendo.

𝐒𝐞𝐫𝐮𝐦 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora