Mi Vida es Mejor Contigo.

CAPITULO 23.

*Shannon*

 Toda la semana paso más rápido de lo que hubiera querido. Hoy es sábado y aún no termino los preparativos para la sorpresa de Kyle. Aunque la mayor parte ya está lista, aún me falta la comida. Pero eso lo tengo bien resuelto, he estado casi toda la tarde metida en la cocina poniendo en práctica mis habilidades culinarias. Mientras amaso la pasta para la tarta que planeo hacer, sonrió al recordar las palabras que le dije a Jared cuando me invito a pasar el fin de semana con él y sus padres en su casa del lago: “Jared, jugar con la muerte a la ruleta rusa es más divertido que pasar un fin de semana entero con tus padres.” Y ahora, gracias a esa pelea, no solo Jared no molestara, sino que Emily tampoco pues los señores Winslow invitaron a mis tíos y ellos se llevaron a Emily. Tengo el buen presentimiento de que este será un gran fin de semana.

 Mientras hacía mis propios preparativos, también me tome la libertad de dar el primer paso que Dana y Nick tanto temen dar. Claro que Nick se puso histérico cuando le dije que había reservado una mesa en el mejor restaurante de Vermont para él y Dana, pero ahora está con una gran sonrisa preparándose para su velada romántica. Solo espero que me hagan madrina de su primer hijo, como agradecimiento. Sin dejar de sonreír, termino de cocinar. Cuando todo ya está lista, meto la comida en recipientes que guardo en una cesta de mimbre para picnic donde ya tengo algunas mantas, un mantel, platos y cubiertos, además de un par de copas y una botella que tome prestada de la caba de mi tío Tom. Después subo a mi habitación.

 Debido a que aún tengo tiempo de sobra, decido darme un relajante y aromático baño. Media hora después, salgo y después de secarme el cuerpo y el cabello, comienzo a arreglarme como siempre, muy natural. Cuando mi cabello y maquillaje están listos, regreso al armario y después de ponerme ropa interior, me pongo el tercer vestido que mi madre diseño para mí antes de morir. A primera vista, el vestido es muy simple de color verde jade, de tirantes y escote redondo, y es tan largo que me llega a mitad del muslo. Lo que más me gusta de este vestido, no solo es el color, sino la fina capa de seda transparente que cubre el vestido como si fuera una especie de capa que inicia desde los tirantes, cubriéndome hasta la mitad de los antebrazos y arriba de la rodilla.

 Para cuando el reloj marca las 6.50 pm. estoy lista y escucho a mi primo salir de casa. Yo bajo rápidamente al recibidor y después de tomar la cesta en la que guarde la comida, voy a la cochera y abro la cajuela del nuevo Bentley GT convertible del tío Tom. En la cajuela no solo guardo la cesta con la comida, sino que también el regalo que tengo para Kyle y que llego está mañana desde Nueva York. Esperando que todo salga bien está noche, subo al auto y conduzco a casa de Kyle.

 A las 7.10 pm. estoy frente a la casa de Kyle. Toco el claxon dos veces y bajo del auto y me recargo en él para esperar a Kyle. Un minuto después, Kyle, sale de su casa aparentando tranquilidad e indiferencia, pero su actitud se va al traste cuando me ve, yo me doy cuenta enseguida de que le gusta lo que ve, y a mí también. Kyle viste unos pantalones de vestir negros, una camisa blanca que tiene los primero tres botones desabrochados y una chaqueta verde militar que hace que sus ojos resalten con más intensidad, eso combinado con su cabello que luce tan despeinado como si acabara de levantarse, hace que se me seque la boca solo de verlo.

 Kyle se acerca a mí a paso lento, mientras yo lo miro de pies a cabeza con una sonrisa traviesa que él sabe que solo puede augurar problemas. Cuando Kyle llega frente a mí, arquea las cejas y su mirada me recorrer el cuerpo entero… dos veces.

―Lindo vestido―me dice―. Me gusta ese color.

―Lo sé. Por eso lo elegí―confieso y él sonríe―. ¿Listo para irnos?

― ¿A dónde?

―Es una sorpresa, por lo que tendrás que usar esto―digo mostrándole una pañoleta del mismo color que mi vestido.