TAD
Cierro la puerta de la oficina, conteniendo mis ganas de mandar a la mierda a Joan por su comportamiento con Jade, y por su atrevimiento en la sala de juntas frente a los demás. No entiende por las buenas, supongo que entender por las malas será la única opción, cuando se dé cuenta de lo lastimado que puede salir con todo esto.
Expresarme delante de Jade, mirándola a los ojos, fue lo más complicado; no sé cómo le hice para no titubear. Una enorme verdad se esconde detrás de aquel discurso, no he podido quitarla de mis pensamientos en este largo tiempo. Verla ayer generó algo; reencontrarme con ella hoy rompió mis esquemas, aquellos que parecían intactos. Mi moral y mi poca dignidad vacilaban entre caer en ese juego o quedar ileso. Optar por la segunda opción me hace sentir orgulloso de mí mismo. No puedo permitirme entrar en ese rol, menos darme el lujo de lastimar a la mujer que más he querido en años. No soy un desquiciado.
"Asi lo haré, señor Bennett, no se preocupe."
No dudó ni un segundo, su decisión es más que obvia. No le importa si no participo de esto, y creo que es mejor así.
Sentado en la sala de juntas, con los dos contadores, me limito a revisar los papeles y cargar al sistema lo necesario. Jackson Lander se muestra inquieto, supongo que el intercambio de palabras entre Jade y Joan lo ha dejado flipando. Su jefe se está cogiendo a su exnovia y no va a competir contra eso. Si tan solo supiera que el contador Riley le dio una sesión de besos eternos tampoco le haría mucha gracia. Nos hace falta Brendan para hacer telepatía a través de las miradas.
—¿Dónde está el señor Porter? —pregunta Riley en su rol profesional.
—Tenía asuntos que resolver. Dos veces por semana en las tardes se encarga de su despacho.
—¿Y el señor Grant? —Cuestiona el otro.
—Está programando una sesión de fotos con la fotógrafa y el mánager del artista —Miento sin dejar de ver los archivos—. ¿Necesita algún otro dato, señor Lander?
—Pues debería decirle que la señorita Jeffers es menor que él. ¿Acaso no le da vergüenza meterse con una niña?
—¿Tú sabes lo que es una auditoría interna, niñito? —habla Kurt—. Primero, cierra la boca que todo este problema es por tu causa; segundo, lo que el dueño de la empresa haga con su vida a ti no te concierne; tercero, vuelve a trabajar, aprovecha que aún conservas el empleo.
—Tal como dijo Riley, por favor, ahórrese los comentarios, estamos aquí por trabajo. Además, la señorita dejó muy en claro que ustedes no tuvieron nada que ver, no sea inoportuno.
—Soy un caballero, no voy a contar todo lo que hice con la señorita.
Su respuesta me hace reír. Si no conociera a Jade podría creerle sus palabras, pero la conozco mucho más que los dos que me acompañan.
De repente la pregunta que ella me hizo minutos atrás viene a mi cabeza. "¿Por qué estás tan seguro esta vez?" ¿Ella lo consideraría una vez más? Pude cuestionarle muchas cosas, como quizás lo esté haciendo Joan en este momento.
No, a quién engaño. A ese idiota poco le importa lo que pasó, solo quiere asegurarse sexo a diario. Se está demorando más de la cuenta, es obvio que algo ha logrado y, tal como lo dije, no voy a intervenir.
—Si me disculpan saldré a fumar —dice Jackson, levantándose de su asiento—. Puedo hacerlo, ¿o no, señor Bennett? —ironiza.
Está faltándome el respeto a sabiendas de que puedo deshacerme de él en cualquier instante.
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Solo sigue las reglas [+21]
Romans¿Qué harías si un día decides experimentar cosas nuevas y quedas sumergido en un triángulo obsesivo del cual no puedes salir? Tad Bennett y Joan Grant son dueños de una de las mejores discográficas del país. Además de compartir los negocios, una cas...