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Sus pies se alejaron cada vez más del estadio, la hora del almuerzo había llegado y ella quería estar sola o por lo menos no encontrarse con nadie. Posiblemente Shoto la buscaría ahora mismo para disculparse, pero ella realmente no tenía ganas de hablar con él y tampoco quería. Pensó en ir a esconderse a la azotea, claramente nadie iría allí cuando tenían el comedor, por lo que no lo pensó mucho y comenzó a subir las escaleras hasta que abrió las puertas, encontrándose al héroe alado de espaldas, observando el cielo.
Hawks volteó a verla con una sonrisa, enseñando que en sus manos tenía un par de bolsas del KFC. El corazón de la pelirroja comenzó a latir tan rápido que creyó que el rubio podía oírlo con sus desarrolladas plumas, llegó a asustarse de su extraña reacción. Pues aquello solo solía ocurrirle cuando Touya rondaba a su alrededor, en un claro signo de que le gustaba y ella se negaba a aceptar a sentir algo por Keigo, no de esa forma.
— ¿Por qué tienes esa cara, pichoncito? — preguntó el héroe, dejando la bolsa en la cornisa, yendo a abrazar a la menor. — Estás pálida, no es común. — frunció ligeramente el ceño. — Me gusta más cuando tienes tus adorables mejillas rosadas.
— Cállate. — pidió, con ese solo comentario el rojo había vuelto al rostro de Elaine, avergonzada.
— ¿Eh? ¿Ni un gracias? — bromeó, tenía que alzar la vista para poder ver los ojos de Elaine.
— ¿No deberías de estar viendo a los de primer año? Se supone que buscas pasantes en tu agencia. — comentó, yendo a sentarse junto al rubio a la cornisa.
— No. — respondió con una sonrisa. — He venido a verte a ti, claramente.
— ¿A mí o a Endeavor? — bromeó mientras pellizcaba las mejillas de Keigo, el cual le miró mal pero finalmente terminó por enseñar su brillante sonrisa.
