CAPÍTULO 20

596 76 0
                                    

"¿El destino?" 

Mau y yo llegamos al que era el lugar de la graduación de Aidan y Roby; un salón de eventos muy grande y elegante, y con un jardín enorme con vista a un pequeño lago en Roma. Cuando llegamos la ceremonia ya había terminado, los padres de los graduados se habían ido ya, sólo quedaban algunos profesores, y por supuesto, los jóvenes disfrutando de su baile de graduación. Recién entramos pude ver que Aidan estaba al fondo y hablaba con Roberta, en ese momento empecé a ponerme nerviosa.
–¡Mierda! -dije cuando me percaté de que Aidan tenía puesto un traje del mismo color que mi vestido-
Si antes dije que el color vino no me gustaba tanto, en ese momento estaba segura de que odiaba el mencionado color.
–Rápido, dame tu traje -dije alterada a Mau-
–No, ¿por qué? -preguntó él con confusión-
–Mira a Aidan -dije y lo señalé discretamente-
Mau se carcajeó.
–Que lindos, ahora se mimetizan -dijo Mau burlándose-
–Cállate, no es gracioso -dije molesta-
–Bueno, creo que es el destino que quiso que Aidan y tú hoy vistieran del mismo color
–¿El destino? Yo diría, algún plan de alguien -dije con enfado-
[...]
–Oye -dijo Aidan a Roberta-
–¿Si?
–¿No dijiste que tu vestido sería del mismo color que mi traje? 
–Uh, sí, pero supuse que te incomodaría y decidí cambiarlo -mintió Roberta- ¡Oh! Espera -dijo cuando se dio cuenta que Mau y T/N ya habían llegado y se dirigió hacia ellos-
–¿A dónde vas? -preguntó Aidan cuando la vio alejarse-
–Ahora vuelvo -se limitó a decir ella-
–Oh, ya entiendo -dijo Aidan cuando vio hacia donde, o hacia quienes, se dirigía Roberta- No es cierto -se quejó cuando a lo lejos vio que el vestido de T/N era del mismo color que su traje-
[...]
–¡Hola! Estaba a punto de ir por ustedes a su hotel -dijo Roby cuando se acercó a Mau y a mí-
–Ya no será necesario -dije sonriendo a medias-
–Vengan conmigo, les presentaré a un amigo
–Wow, hiciste un verso sin esfuerzo -dijo Mau a Roby y ellos rieron-
Roberta nos llevó hasta donde estaban Aidan y otro chico, este último era muy alto, de cabello castaño oscuro y ondulado, ojos verdes, cejas bastante pobladas y con una ligera barba.
–Hola -nos saludó a Mau y a mí aquél chico esbozando una sonrisa-
–Hola -dijimos Mau y yo al unísono-
–¿Los presentas tú o los presento yo? -preguntó Roby a Aidan-
–Hazlo tú -dijo Aidan en tono cortante-
–Ok. Franco, ellos son Mau y T/N. Y chicos, él es Franco, el dueño del bar en el que toca Aidan -nos presentó Roberta-
–¿Así que tú eres T/N? -preguntó aquél chico, Franco, como si alguien le hubiese hablado de mí anteriormente-
Aidan le había dado pequeños detalles de T/N y su relación a Franco, cuando este último lo chantajeó con que si no le contaba sobre T/N lo despediría de su bar.
–Uh, sí -dije confundida e incómoda-
–Y yo soy Mau, mucho gusto -dijo y le estrechó la mano a Franco-
–T/N, ¿me acompañas al baño? -pidió Roby-
Ella y yo fuimos juntas al baño.
–¿Quieres que te maquille? -preguntó Roby cuando entramos al baño-
–¿Disculpa? -dije con incredulidad-
–Sí, si tú quieres puedo maquillarte; tú sabes, un poco de labial, rubor, quizá sombras -ofreció-
–No -me negué-
–Vamos -insistió sonriendo-
–No, de verdad -dije tajante- Gracias, pero así estoy bien -sonreí amablemente-
–Ok, como quieras -dijo mientras se retocaba el labial-
–Oye...
–¿Si?
–Tú sabías que el traje de Aidan era del mismo color que este vestido, ¿cierto? -dije con ligero tono de reclamo-
–Te mentiría si te dijera que el que Aidan y tú estén vestidos del mismo color fue una casualidad -admitió sonriendo ligeramente-
–¿Por qué? -pregunté negando con la cabeza-
–Me pareció lindo -dijo y volví a negar con la cabeza-
[...]
–¡Espera! No me mates, te lo ruego -dramatizó Mau y se escondió atrás de Franco usándolo como "escudo"-
–¿Por qué quieres matarlo? -preguntó Franco resguardando a Mau-
–Escucha, lo que viste ayer no fue en serio, ¿ok? -explicó Mau detrás de Franco-
–¿Qué viste?-preguntó con interés Franco-
–Hazte a un lado -le ordenó Aidan-
–¡No! ¡Franco, no! -dramatizó Mau todavía detrás de Franco-
Franco se hizo a un lado y se marchó de ahí.
–¡Ayuda, Franco! -gritó cuando lo vio alejarse y a Aidan acercarse más a él-
–Ya déjate de estupideces. Ven acá, idiota -dijo Aidan abrazando a Mau-
–¡Gracias! -dijo Mau con alivio-
–¿Por qué?
–Por no matarme. Creí que estarías molesto porque... Tú sabes, porque viste a T/N y a mí pues, dándonos un ósculo
–¿Un qué?
–Un beso, ignorante 
–Roby me dijo que T/N le confesó que te había besado, o que te había dado un ósculo -levantó las cejas-, para evitar que yo hablara con ella ayer
–Ciertamente -confirmó Mau-
–Además, te conozco, somos mejores amigos desde pequeños: sé que nunca me traicionarías -dijo Aidan sonriendo-
–Claro -dijo Mau esbozando una sonrisa atenuada-
–Y también conozco a T/N, sé que ella nunca andaría con un idiota como tú 
–Bueno, si se enamoró de un imbécil como tú, claro que ella puede andar con un idiota como yo 
Ambos bromearon y luego se echaron a reír.
–¿Así que el jefe ya tiene jefe? -preguntó Mau-
–Uh, sí; Franco me dio trabajo en su bar y ahora toco todas las noches ahí -respondió Aidan-
–¿Y tus padres saben?
–Todavía no, pero en algún momento se enterarán
–Y te matarán
–Gracias, que alentador -dijo Aidan con sarcasmo- Ya no importa -encogió los hombros- Decidí que empezaré a hacer lo que realmente quiero hacer y no lo que mis padres quieren que haga
–Ok, quiero ver -retó Mau bromeando-
–Idiota -dijo Aidan soltando una leve risa- ¿Y tú? ¿Qué has hecho todo este tiempo?
–Nada nuevo. Tú sabes, lo de siempre
–¿Seguiste trabajando en el Starbucks de mis padres?
–Ajá
–¿Y T/N sigue yendo cada tarde?
–Algunas veces. ¿Por qué?
–Simple curiosidad -dijo encogiendo los hombros-
–No me refiero a eso. ¿Por qué? -volvió a preguntar- ¿Por qué nunca la llamaste? ¿Por qué no seguiste con ella?
–No sé. Creí que jamás volvería a verla. Creí que ella me odiaba, o me odia; por eso jamás me atreví a llamarla -se excusó Aidan-
–T/N no odia a nadie y menos a ti -esbozó una sonrisa atenuada- Bueno, creo que sí odia a sus profesores de matemáticas, pero ese es otro tema. T/N cada día te recordaba y siempre hablaba de ti, no lo decía pero yo sé que ella rogaba volver a verte -confesó Mau-
–¿Le dolió mucho? -preguntó Aidan como si la respuesta no fuera obvia-
–Los primeros días no paraba de llorar, luego jamás volvió a hacerlo. Asumo que si dejó de llorar no fue por gusto, simplemente se agotaron sus lágrimas -dijo Mau e hizo que el corazón de Aidan se rompiera aún más- Eres la primera y única persona de la que se ha enamorado, ¿cómo esperabas que tomara el hecho de que te marcharas tan repentinamente y que jamás volvieras a llamar? -reclamó casi gritando- Le dolió y mucho
–Ella también pudo llamar -volvió a excusarse Aidan y Mau negó con la cabeza-
–Tú ya la habías hecho sufrir bastante, y ella tiene dignidad. Aunque no parezca, el orgullo de T/N es muy grande y no planeaba llamarte, porque para ella, y para todos, quien debía llamar eras tú -finalizó Mau destrozando el corazón de Aidan una vez más-
–Pero no lo hice y estoy tan arrepentido por eso -dijo Aidan con conmoción- 
[...]
–Vengan, vamos a bailar -dijo Roby a Aidan y a Mau cuando ella y yo regresamos del baño-
–¿Bailar? -pregunté desprevenida-
Roberta nos tomó de la mano a Mau y a mí para llevarnos a la pista de baile.
–Aidan -dijo Roby indicándole a Nadia, digo, a Aidan, que nos siguiera-
Cuando entramos a la pista de baile, la canción que sonaba era una balada; lenta y romántica.
–Bueno, al menos estoy bailando contigo -dije sonriendo ligeramente a Mau-
–O no -esbozó una sonrisa lobuna- ¡Cambio de parejas! -dijo y él tomó la mano de Roby para bailar con ella, mientras Aidan hacia lo mismo conmigo-
–¡Momento de huir! -dije en mi mente-
Aidan y yo bailamos durante tres incómodos segundos.
–Uh, nunca creí que lo primero que te diría cuando volviera a verte, si eso pasaba, sería lo siguiente, pero, esto es incómodo
No sabía si tendría la valentía de hablar con Aidan cuando me reencontrara con él, siempre creí que todo lo que yo iba a hacer era huir, pero casi no tartamudeé cuando le dije que bailar con él era incómodo, así que supongo que fue valiente.
–Lo sé, ven -dijo Aidan- 
Después de que expresé mi incomodidad, en un acto ipso facto para evitar que me negara, Aidan entrelazó su mano con la mía y me llevó hasta el jardín de aquél lugar.
–Es momento de hablar, ¿no crees? -preguntó Aidan quien aún sostenía mi mano, cuando llegamos al jardín frente al lago-
–Sí -dije soltando su mano-

Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora