«SIN CONSCIENCIA»

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«Contuve la respiración para escuchar mejor, primero dos pasos, luego tres y finalmente, alguien abría el armario donde me escondía; cerré los ojos y los apreté con todas mis fuerzas; un segundo después, todo había desaparecido, yo seguía ahí, en otro lugar, al fin despierto. Me tranquilicé a no sentir aquella sensación de terror. Cuando quise moverme, descubrí que no podía, en realidad ni siquiera había abierto los ojos desde que desperté, sólo escuchaba pero ya no sentía nada; oía muchos llanto y me desmayé. Cuando recobré la conciencia, todo era oscuridad y fétidos olores, ya no me dolían las heridas, la autopsia había terminado.»

Historia y poemas de terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora