La Piedra Filosofal: El bosque Prohibido

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En el instante en que los brazos de Jack rodearon el pequeño cuerpo de Regulus, se sintió raro, un leve cosquilleo comenzó a pasar por su columna vertebral, sentía la calidez del menor como un imán y eso le comenzaba a dar miedo, ya que por si sus cálculos no fallaban, el pequeño Black tenía catorce años, nueve años menos que él.

Suspiro. Ya no sabía que iba a pasar, simplemente se mantuvo comiendo con tranquilidad, cuando sintió que lo veían extrañado, varios pares de ojos lo recorrían como si él fuera de otro planeta.

- ¿Por qué me ven así? - cuestiono el pelirrojo

- ¿No te incomoda? - pregunto Phineas, señalando el pequeño cuerpo de uno de sus tres príncipes

- No - negó tranquilo Jack - Creo que ya entro a un estado de sueño

Los Black suspiraron tranquilos, la magia de Regulus era la más fuerte de todos ellos, posiblemente por haber sido el ultimo de los nacidos, pero se alegraban de saber que por el momento estaba tranquilo.

Hadriel estaba tranquilo comiendo tarta de melaza, su vista estaba fija en los platos que se estaban utilizando y quien preguntara que era lo que pensaba, podría pensar que necesitaban llevarlo a un loquero. Athenea y Damián sabían de sobra que era lo que rondaba por la mente del Potter, era lo más obvio y lógico, pero a la vez lo que más les preocupaba.

Hadriel James Potter estaba pensando en la reacción de todos cuando él, en algún momento explotara y realmente era lo que quería hacer, notaba la mirada de Evans en su padre, como si fuera un trozo de carne fresco, o la forma en que los Srs. Evans miraban hacía donde estaba Jack, como si trataran de descifrarlo, Petunia era la más tranquila, y Hadriel sabía el porque, pues aun tenía fresca la imagen de la mujer rubia, llorando sobre la carta que su prima le había entregado personalmente. También estaba el hecho de que el titiritero trataba de entrar a su mente, pero jamás lo lograría.

Damián observaba a su pequeño hermanito de reojo, hasta que los Potter llamaron su atención, acercándose a ellos con timidez creyendo que le podrían reclamar algo, fue sorprendido cuando Euphemia lo abrazó de forma enérgica.

- Gracias - susurró la mujer adulta - Nunca podremos pagártelo

- Tonterías, Lady Potter, Hadriel es lo mejor, un pequeño que realmente pondrá en su lugar a muchos - sonrió Damián - Tiene carácter Black y carácter de su padre gestor

James quien lo estaba escuchando se movió nervioso, ansiaba conocer a su pareja, pensaba en lo que llevaban leído y la sospecha de que tuviera un bebé aparte de Hadriel le hacía sentir raro, ¡Otro bebé! Mientras que los pensamientos lo absorbían, un dragón apareció, captando la atención de todos.

- Mi rey, hemos tenido pequeños problemas, el cabeza de rábano cree que puede entrar al castillo - la voz era notablemente la de un varón - Pero Damon, Armony, Angelus y Saphir, están jugando piedra, papel o tijeras para ver quienes van para allá, sin nada más que decir, Rubrum

Todos miraron a los viajeros, Athenea estaba incredula de lo que acababa de escuchar.

- ¡En serio están jugando piedra, papel o tijeras! - exclamó furiosa

- Me preocupa más que el cabeza de rabano quiera tan siquiera entrar al castillo - señaló Damián - Hadriel, ¿Qué opinas?

- Que primero se lo come el dragón antes de que ponga un pie en nuestro hogar - aseguró Hadriel con burla, asustando a muchos

- Bueno, espero que quien venga sea Saphir, sería bueno para unas personitas - susurró Athenea

La comida desapareció, todos estaban tranquilos, cuando Hadriel alzó la mano.

𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora