capítulo 67.

205 34 5
                                    

La cita con el psicólogo no le gustó, además, mientras salía habia comenzado a llover y habia vuelto caminando, no sabia que dentro de la institución tenian psicólogos, aunque se sintió tonta ante al pensamiento.

Aprovecho que estaba sola y comenzó a llorar, se sentía realmente mal, le resurgieron todos los recuerdos que trataba de olvidar, se sentia un asco, sucia, desechable e inútil.

En medio del camino se tropezó y se cayó, se sentó sobre sus pies sin intención de levantarse, no se habia lastimado ni golpeado de gravedad, pero sintió ese golpe como un recordatorio de que ella no deberia estar ahí.

Mientras miraba el piso con su borraza vision, sentía que le estaba quitando la oportunidad a alguien más capaz que ella de ser un héroe, alguien que no estuviera marcado, alguien con una buena historia y familia, alguien que no haya matado a alguien, no le importa que la policia le haya dicho que lo mato por culpa de un quirk, eso no le quitaba la carga emocional. Ella debia estar en una correccional o la cárcel, no en la mejor escuela de héroes del país.

Escuchó pasos a lo lejos y no tardó en sentir que la abrazaban por el costado, sintió la voz de Momo calmarla y susurrarle que todo estaria bien mientras le acariciaba el cabello.

Queria decirle que no estaria bien, que nada estaba bien, que estaba cansada y se sentía más sola y sucia que nunca, pero las palabras no salian, solo pudo llorar aún más sobre su hombro.

Cuando comenzó a calmarse, la pelinegra con cuidado la levantó e hicieron lo que resto del camino abrazadas, antes de entrar la castaña le habia agradecido casi por encima de un susurro, pero que igualmente la contraria habia escuchado.

Cuando entraron, vieron que todos estaban en la sala común, al parecer iban a hacer una tarde de peliculas, saludo con la mano en general mientras evitaba mirar a alguien y acarició a los animales que la habian ido a saludar.

Subió a su fría habitación acompañada de Bronto, cuando entró ya no habia nada de los chicos, solo su olor en el aire y su cama tendida, al momento que cerró la puerta no aguantó más y volvió a llorar.

Se había deslizado por la puerta hacia el suelo y tenia una mano en su boca, sabía que se podia escuchar si alguien pasaba por delante de su puerta que estaba llorando, el perro fue con ella y sin aguantar mucho lo abrazó por el cuello.

Cuando terminó de llorar y logró calmarse sola, temblorosamente se levantó y fue a buscar ropa seca, apenas era conciente del frío que sentía, se habia quedado callada y con la mirada perdida.

Casi automáticamente salió con sus cosas y el perro de la habitación para ir a las duchas, en el camino se cruzó con la pelinegra que estaba por llevarle un té y unas galletas, estuvo unos minutos tratando de convencer a la pelinegra que estaba bien y no era necesario el gesto, aunque solo se pudo ir cuando dijo que se iba a bañar.

En el momento que su desnuda piel hizo contacto con el agua caliente se estremeció y comenzó a bañarse, tratando de sacarse esta sensación de suciedad en el cuerpo.

Cuando terminó y se secaba el cuerpo, se dio una mirada en el espejo, tenia la piel de los hombros colorada por el agua y varias partes lastimadas por ella misma, suspiró con tristeza y se cambió rápidamente.

Fue hasta la cocina y allí se preparó un café, el cuál fue a uno de los sillones individuales a tomarlo, no quería seguir sola y con sus pensamientos, aunque tampoco estaba de humor para socializar.

Se quedó allí hasta que terminó su taza y comenzó a sentirse sofocada, con una disculpa salió de allí y subió hasta su habitación nuevamente.

Cuando entró veía todo deprimente, en esas mismas cuatro paredes que la habian visto reir y sonreir, últimamente solo presenciaban sonrisas falsas y llantos en su mayoria.

Se acostó dispuesta a dormir, pero unos golpes en su puerta se lo impidieron, los iba a ignorar pero siguieron sonando con más insistencia, por lo que soltando un gruñido y con mal humor fue a ver quién era.

Se sorprendió al ver a sus dos mejores amigos en su puerta, aunque se le enrojecieron los ojos, se resistió al impulso de llorar.

-te vimos mal y pensamos en venir a ver una película cliché romántica, te molesta?- la chica sonrió con amargura y se hizo a un lado dandoles paso.

-pensé que no les gustaban esas películas- tenia la voz rota y más grave por haber llorado.

-no nos gusta, pero a ti sí y nos puedes enseñar a que nos guste- fue a sentarse junto a su amigo peliverde, mientras veían a su amigo de lentes buscar alguna película.

El plan de los chicos funcionó momentáneamente, ya que se habia olvidado todo lo que la atormentaba y se habia enfocado en la televisión.

Cuando terminó le quisieron preguntar a la chica que le habia pasado, a lo que la menor les respondió que preferiría no hablar de eso para no ponerse mal, pero que en algún momento se los contaría, sin más los chicos se conformaron y se fueron.

La menor fue a buscar sus pastillas, soltó maldiciones al ver que se le habian acabado dos frascos de los cuatro y no se habia dado cuenta, verificó que eran las cinco y que Ricovery Girl todavía estaba, por lo que agarró dinero, se abrigo y fue a la enfermeria.

No habia dejado de llover en todo el día y al momento de salir casi se vuelve a adentro, aunque resistió el impulso y salió con un paraguas en mano y sus botas para lluvia puestas.

Llegó y le compró los medicamentos a la mayor, quién la regaño por no estar siguiendo al pie de la letra la dieta que le habian dado al volver, la castaña no replicó nada y cuando tuvo lo que necesitaba se fue.

En el caminó creyó sentir una voz conocida cerca de ella, miró por encima de su hombro y no habia nadie, se comenzó a sentir insegura, hasta que un claro susurro la dejó helada y la hizo correr lo que restaba de camino.

𝒔𝒕𝒂𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora