si tan sólo él no existiera, tendría una vida más fácil para sobre llevar.
tal vez su corazón no tendría latidos tan fieros, ni sus noches tan firmes recuerdos sobre él.
tal vez, si no fuera como es, si su sonrisa no le hiciera las mejillas arder y...
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— ¿Estás seguro de que te sientes lo suficientemente bien, como para estar aquí, trabajando? — le pregunto una vez más. El rubio tan solo asentía haciéndole suspirar ante la derrota.
Víctor estaba trabajando en un puesto de literatura, encontrándose esté dentro del parque de diversiones ese fin de semana. Donde trabajaba habían hecho un trato con los dueños del parque para montar una carpa entre los negocios, había sido todo un éxito y ahora, le tocaba al chico de las cartas cubrir el puesto.
Le vio escribir sobre una pequeña pizarra, antes de mostrársela.
Ya sabía lo que decía incluso antes de leerla. « Estoy bien, tranquilo »
— si tú lo dices...te creo, pero como te ataque fiebre o al parecido prepárate, porque vas directo al hospital, ¿Entendido? — el otro le regaló una sonrisa mientras lo regañaba, se sentía tonto al tratarlo como a un bebé, pero...
Era su mejor amigo, era la única persona que estuvo para él siempre y cuando le necesito. Lo atesoraba.
Una vez más escribía sobre aquella pizarra de mano, mostrándole con ella sus palabras en una excelente escritura.
« Diviértete un poco, Naib. Lo necesitas »
Nisiquiera le dio tiempo de reacción, para cuando lo hechaba del puesto hacía el camino marcado por demás puestos allí colocados. Víctor tenía que trabajar y concentración no tendría con él allí, lo entendía.
— bueno ya, ya. No tienes que empujarme — se quejó, caminando por su propia cuenta antes de llevar sus manos hacia los bolsillos de su capucha — ¡cuida bien de él Kurt! — grito mientras empezaba su andar, siendo recibido por un fuerte y claro "¡Por supuesto!" De Kurt. El bibliotecario de la escuela y ayudante en esta ocasión del puesto de literatura.
Camino sin rumbo durante un buen rato, viendo por los bordes de su capucha a todo de reojo y con poco interés. Ya había pasado por el parque una que otra vez desde que abrieron, hasta que lo renovaron.
Todo le era ya bastante familiar a ese punto.
Se interno un momento, solo por un diminuto momento, en sus pensamientos. Recordaba con pausa el ver a Norton Campbell de diferentes formas.
Arrogante y altanero.
Quebrantable y delicado.
Tierno y apacible...
Y finalmente...volviendo al pasado, donde residía su arrogancia y su mala forma de ser.
En esos días recordaba con mayor rudeza todo lo que pasó antes de su campamento militar, toda la mierda que tuvo que pasar para poder seguir adelante con su vida.
