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 Jimin siguió temblando mientras Yoongi lo levantaba en sus recios brazos, y lo mecía contra su cuerpo. 

 ¿Acababa de decirle que lo llevara a la cama y le hiciera lo que quisiera? 

 Sí, se lo había dicho y la idea lo hacía estremecerse. 

 Le había dicho la verdad. 

 Jimin estaba cansado de intentar frenar la atracción que siente por él; una atracción mucho más intensa que la química. 

 Ardía en deseos de que lo penetrara. Él y nadie más que él.

 Se había buscado la vida y tenía dos dedos de frente, así que lo normal habría sido que hubiera sabido resistirse a la tentación, pero a Jimin nunca le había atraído un hombre como Min Yoongi. 

 Para él era un enigma, un misterio por resolver. 

 Brusco, abrupto, astuto..., pero también considerado, atento y, de vez en cuando, vulnerable; cada vez que dejaba entrever esa cualidad a Jimin le entraban ganas de abrazarlo fuerte para consolar su alma atormentada. 

 Estaba convencido de que a Min Yoongi le habían hecho daño en algún momento de su vida. 

 ¡Y mucho! 

 ¿Cómo podía resistir el anhelo que siente por él? 

 Jimin necesitaba pasar una noche con él, experimentar un deseo auténtico. 

 Sabía que, si no aprovechaba esta oportunidad, se arrepentiría el resto de su vida. 

 Aunque solo fuera un presentimiento, las duras circunstancias en las que se había criado de niño le habían enseñado a hacer a caso su intuición. Y esta noche su intuición no había parado de implorarle a gritos que aceptara la propuesta de Yoongi, de repetirle que aprovechara la oportunidad de experimentar una pasión y un deseo muy superiores a los que había sentido hasta ese momento y que era probable que nunca volviera a sentir.

 Sus pies rozaron la suave alfombra del dormitorio de Yoongi cuando este fue a dejarlo en el suelo y sus cuerpos se deslizaron uno contra el otro hasta que logró apoyase en ambos pies. 

 Mientras inclinaba la cabeza para besarlo, Yoongi tenía un gesto apremiante y los ojos rebosaban de sed y deseo. 

 Una necesidad acuciante abrasó a Jimin por dentro y estrechó los brazos alrededor de su cuello. 

 Yoongi le saqueó la boca, enterró los dedos entre su melena y lo atrajo. Bajó una mano para agarrarle del trasero y frotarlo contra su pene erecto y duro. 

 Jimin gimió dentro de su boca deseando que lo penetrara. Estaba húmedo, listo para que lo poseyera. 

 Jimin necesita mayor contacto, se moría por tocar su piel desnuda, así que lo cogió de la camisa para quitársela. 

 —No —ladró apartando la boca de la suya y sujetándolo de la muñeca. 

 —Necesito tocarte —jadeó Jimin perplejo ante su radical cambio de actitud. 

 —Tienes que desnudarte. Tenemos que hacerlo a mi manera —susurró—. Te dije lo que quería y lo dije en serio. 

 En aquel momento Jimin deseaba que lo poseyera más que nada en el mundo, así que se apartó y se quitó la camiseta. 

 Se desabrochó los jeans de diseño y se bajó la cremallera mirándolo a los ojos, sin mostrar timidez o duda alguna. 

 Fue contoneando las caderas para bajarse los pantalones ajustados y, cuando los tenía por los tobillos, los lanzó al suelo de un puntapié.

Mío Esta Noche || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora