Atracción//Jeremías

1 0 0
                                    

Estaba tomando una ducha, sin querer comencé a pensar en ella. Sus pechos andaban cuál punta de roca mientras poco a poco se le transparentaba la blusa después de haber caído al lago; sé que no era del todo decente la forma en que pensaba en ella pero de pronto vi una  mano en el vidrio... ¿Zafiro?.

-¡Ay! no me asustes así... yo solo, solo vine a traerte ropa decía algo nerviosa.

Era gracioso cuando se ponía nerviosa así que decidí jugar un poco con ella. Abrí el vidrio mientras me ponía de espaldas: Tal vez sea raro pedir esto a alguien que acabas de conocer pero no alcanzo a poner el jabón en la espalda baja ¿me ayudas?

-No, noo tapate pervertido gritó marchándose. jaja era tan tierna aunque me hubiese gustado sentir sus manos.

Terminé de bañarme, me percaté de la ropa que Zafiro dejó, lo que me extrañaba es que era de hombre. Tal vez sea de su pareja, no debería ilusionarme con ella pero comienzo a hacerlo. Bajé a la cocina, quería prepararle algo de cenar en agradecimiento a todo lo que está haciendo por mí.

Preparé la mesa y un poco de jugo. Ella bajó luciendo espléndida se había duchado, el color violáceo de su labial resaltaba su boquita callada.

-¿Qué es todo ésto?, preguntó.

-Supuse que tendrías hambre después de un día tan ajetreado como éste.

Ella por primera vez me sonrió, tomó asiento y disfrutamos de la comida mientras surgía una plática amena.

-¿A qué te dedicabas Jeremías? dijo ella.

Mh... Era el administrador del equipo de diseño gráfico en la empresa de mi padre, usted señorita, solo se dedica al asesinato?

Desde luego que no, respondía sonriendo de manera pícara, soy médica forense.

¡Qué ironía! jaja un médico usualmente evita que sus pacientes mueran en cambio usted...

-No te confundas, no trabajo en hospitales. respondía con esa mirada azul que me atrapaba.

¿Entonces? tuve el descaro de preguntar.

-En un laboratorio, hago pruebas con medicamentos para no decir que realizo drogas las cuales se consideran legales.

Eso sí me suena a usted dije sonriendo.

Nos mantuvimos en silencio unos minutos hasta que Zafiro decidió preguntar; pasando de tema, ¿Te queda la ropa la cuál te he dado?.

-Sí, bueno... es algo corta pero digamos que es sexie respondí tratando de ser positivo. Ella lo notó: Bueno mañana te compraré ropa, no te preocupes.

-De nuevo muchas gracias por todo lo que estás haciendo Zafiro. No es nada contestó.

Charlamos un poco más, pasaban las horas, el jugo pronto se convirtió en vino y las miradas en sonrisas; una tormenta comenzaba a surgir mientras terminaba mi copa.

-Está lloviendo con bastante fuerza, ¿no lo crees señorita Zafiro?.

Sí... tal vez respondía ella mientras miraba hacia el ventanal, ¿miedo? preguntó.

No sentía miedo de eso estoy seguro, pero quería su compañía así que tal vez aproveche éste momento.
-Sí, tengo bastante miedo a las tormentas, ¿me dejarías dormir contigo?

-¿Qué? respondió exaltada de una adorable manera, desde luego que no.

¡Vamos! solo por esta noche, repliqué haciendo pucheros.

-¡He dicho que no!, ahora me retiro, buenas noches Jeremías.

De esa manera se retiró, fui a mi cuarto e intenté dormir pero me resultó imposible, esa mirada y su sonrisa...

Comencé a tocar mi cuerpo de una manera a la cuál no estaba acostumbrado, ¿pero qué es lo que siento por ella?, no puedo decir ¡Ay estoy tan enamorado! porque apenas la conozco, no se nada de su vida, además jamás tuve la oportunidad de sentir nada por ninguna chica debido a mis obligaciones, ésto más bien es... atracción.

Miré el reloj, marcaba las 01:30am, ésto es una pérdida de tiempo dije levantándome de la cama, aunque... jamás me di tiempo para vivir, con mis veintiocho años ni siquiera he tenido novia; además no creo que pase nada si le hecho un vistazo mientras duerme.

Pero ella dijo en una de las reglas que su habitación estaba prohibida para mí... aún qué está lloviendo y digamos que escuché un ruido extraño por ese motivo fui a ver que estaba todo bien...

¡Ya qué! pensé entrando a su habitación, el lugar estaba decorado en tonos fríos, había un montón de cosas las cuales podría detallar sin embargo solo pude darle mi atención a Zafiro que estaba durmiendo plácidamente.

Me acerqué lentamente, ella dormía del revés dejando sus pies en la cabecera de la cama, las sábanas blancas que cubrían su cuerpo permitían notar que dormía en lencería, no le pude ver el rostro pues estaba dándome la espalda.

¿Hace calor no?, sí supongo que sí... pensaba intentando autoconvencerme de bajar la sábana, solo un poquitito.

Con la mayor cautela bajé la tela que cubría su espalda dejándome ver que Zafiro entrenaba diario, como han podido notar el autoconvencimiento es mi fuerte, tanto que desabroché su sostén. Era una necesidad ver su espalda totalmente desnuda, ¿Quién diría que desde esa noche contar cuantos lunares tiene mi secuestradora en su espalda se convertiría en mi hobbie favorito?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 02, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Matame a besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora