Ethen.
El resto de días hasta que nuestros padres regresaron del viaje no había cruzado una sola palabra con Amber. Ambos evitábamos compartir el mismo espacio en casa y me lanzaba miradas aún más asesinas que las que me lanzaba antes de nuestra discusión. Ninguno de los dos salió con nadie solo para evitar enfrentamientos o tener que dar explicaciones.
La había visto besar a Bryce Cooper y pretendía que hiciera como si nada. Había besado a la persona a la que más odio en esta vida después de mi madre y pretendía que hiciera como si no lo hubiera visto. Esta chica estaba completamente desviada.
Cuando papá, Emma y Harvey llegaron, solo los saludé con la mano, al contrario que Amber, que se fundió en un cálido abrazo con los tres. Ella ya era más parte de mi familia que yo en solo un mes y eso hacía que aumentara aún más el rechazo que sentía hacia ella.
Le había pedido a Emily que viniera a cenar esa noche a casa para que conociera a mi familia, aparte de porque sabía que Amber iba a estar en la cena y sabía cuánto le molestaba y cómo de incómoda se sentía al verme con Emily después de lo que vio con la chica de la fiesta. Al fin y al cabo, para ella Emily seguía siendo mi novia.
Cuando nos sentamos a comer, me volvió a tocar estar al lado de Amber, lo que era muy incómodo y acabó con todos hablando animadamente y nosotros lanzándonos pullitas sin dirigirnos la mirada, mientras terminaba de hacerse la comida. Cuando los platos llegaron, vi de reojo como a Amber se le cambiaba la cara al ver las patatas fritas y las hamburguesas.
-Yo... No tengo hambre- dijo antes de que papá dejara su plato frente a ella-. Lo siento, voy a subir a mi cuarto, que aproveche- dijo antes de levantarse y subir la escalera a toda prisa.
Yo la miré alejarse confudido. Se había ido corriendo al ver la comida, cuando antes la había escuchado decirle a Harvey que estaba muerta de hambre. Vi que mi hermano pequeño iba a levantarse y le hice un gesto para que se sentara.
-Voy yo- dije para después levantarme y subir las escaleras para buscarla.
Cuando llegué a su dormitorio, abrí sin llamar y vi que estaba mirándose al espejo. Al escuchar la puerta volver a cerrarse me miró y por un segundo vi que tenía los ojos llorosos cuando se los frotó para que no me diera cuenta.
-¿Qué te pasa? ¿No comes?
-No tengo hambre.
-No te creo. Te he oído decirle a Harvey que tenías mucha y cuando has visto la comida has salido corriendo. Además, si no me equivoco ayer tampoco cenaste- le dije acercándome a ella y agarrándola de los brazos para que se sentara conmigo en la cama.
-Déjame en paz- me respondió en un susurro sacudiendo un poco los brazos para que la soltara.
-No hasta que me digas qué te pasa.
-No me pasa nada- dijo antes de ponerse un cojín en las piernas y empezar a jugar con sus dedos sobre sus rodillas.
-Desde que saliste con Bryce estás rarísima. Te he visto salir a las siete esta mañana. ¿Desde cuando te despiertas tan pronto? ¿Desde cuando vas a correr a esas horas?
-Desde... desde que empecé a verme mal al mirarme al espejo y a sentirme mal por comer...- dijo apartando la mirada y abrazando el cojín que tenía sobre sus piernas.
-¿Cómo? ¿Me estás diciendo que te ves gorda?
Ella me miró un segundo y volvió a apartar la mirada mientras se secaba una lágrima. Estaba loca, estaba exageradamente loca si pensaba que ella estaba gorda. Había visto a pocas chicas con su cuerpo en mi vida, y había visto a muchas chicas. Estaba tan delgada que al reirse casi se le marcaban las costillas. No me podía creer lo que estaba escuchando.
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Ramé.
RomanceNo esperaba tener que mudarme a una ciudad soleada a mis 17 años, dejando atrás toda mi vida anterior en Portland, pero menos aún le esperaba a él, a Ethen. Ese era el nombre del chico alto y castaño con el que tendría que convivir ahora que mi madr...