Cap. 5: Siempre Interrumpido

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Narra Alex.

- ¡Gol! - grité yo desde el banquillo. Estaba herido así que no podría jugar, pero estaba ahí presente para los Warriors. Íbamos ganando 3-2 y quedaban dos minutos.

- ¡Vamos Warriors! - oía gritar a mis compañeros de equipo que también estaban en el banquillo y la afición estaba muy emocionada por ver qué pasaría.

El árbitro pitó para indicar el final del partido y vi a Rubén esbozar una gran sonrisa y venir hacia mí.

- ¿Qué tal lo hice? - me preguntó con una sonrisa.

- ¡Genial! Aunque yo soy mejor - dije en tono burlón.

- Ya, claro :v

Nos miramos a los ojos por unos instantes, yo me perdí en esos ojos verdes con tonos café. Luego me di cuenta de que Rubén apartó la mirada y me pareció que estaba un poco rojo. Mi imaginación seguramente.

- Por cierto, aún no me dijiste quién era ese alguien al que pertenecía tu corazón - le exigí.

- Ufff... Es verdad... Pues... Eh... Yo... - él sonrió nerviosamente. ¿Por qué le costaba tanto decirlo?

- ¡Enhorabuena! - dijo de repente el entrenador - ¡Has jugado genial, Rubén!

¿Por qué siempre aparece en el momento más inoportuno? Rubén me miró como disculpándose y se alejó con el entrenador. Yo me quedé viendo como se iban con rabia.

8: 55 a.m.

- ¿Qué tal, Alex? - dijo Rubén dirigiéndose a mí.

- Bien, ¿tú?

- Yo bien. Eh... Sobre tu pregunta de ayer... Pues es... - fue interrumpido por el timbre que anunciaba la entrada a clases.

¿Por qué nunca podía acabar? ¿Tan difícil era? Siempre era interrumpido. Siempre. Es como si el mundo no quisiera que yo lo supiese.

- Bueno te veo luego - suspiré.

- Vale, chau.

¿Chau? Eso se dice entre gente de confianza o entre las parejas... ¡Él confiaba en mí! ¿Por qué me emociono tanto? Parezco una adolescente en su primera cita... Espera, ¿cita? Alejandro, se te está yendo la olla...

Otro aburrido día de instituto... Al menos era viernes y al día siguiente... ¡Fin de semana! Por fin, esto se me había hecho eterno...

Salí de clases y vi a Rubén dirigiéndose hacia mí.

- ¡Buen finde! - me abrazó pero luego se separó rápidamente, avergonzado.

- ¡Te veo el lunes! - le dije yo, alejándome. ¿Por qué me abrazaba tanto? Sí que me tenía confianza...

Llegué a casa y encendí el ordenador. Abrí Skype y vi que Rubén, Guillermo y Samuel estaban conectados así que les llamé. Los tres aceptaron y nos pusimos a jugar a los Juegos del Hambre en el Minecraft. Como siempre, Rubius se puso a hacer tonterías y Vegetta y Willy tonteaban entre ellos, ya que ninguno estaba grabando. Yo me sentía un poco fuera de lugar.

- ¡Me matan! - gritó de repente Willy.

- Tranquilo chiqui aquí viene Vegettita - dijo Vegetta cariñosamente.

- Ay como me cuida mi Vegetta - dijo el otro riendo.

- ¡Noooo Vegetta! ¡Rubius, Alexby, aquí hay un team de cuatro! - dijo Guille al ver que habían matado a Samuel.

- Ay Willy, he dado mi vida por ti - Vegetta seguía en plan Romeo y Julieta.

- Bueno ya vale, ¿no? - dije yo, me estaban poniendo de los nervios con su teatro.

- Alex ¿por qué no os poneis Rubius y tú a hacer como nosotros? Sé que quieres, ¿eh Alex? - Guille lo decía en broma pero yo me sonrojé muchísimo.

- ¿Q-qué dices Willy? Que cosas se te ocurren... - yo estaba muy nervioso.

- Tío Willy, eres tonto chaval - dijo de repente Rubius. Parecía enfadado.

- Aaaah vale... No pretendía referirme a eso, pero pensé que ya se lo habías dicho...

- Willy, macho, cágala más.

- ¿Decirme qué? - dije yo interrumpiendo su discusión.

- ¿Qué? No, nada. - Rubén estaba muy nervioso y se salió de la llamada de Skype.

- ¿Willy? ¿Qué me tenía que decir?

- Vegetta... Te quiero mucho, ¿lo sabes no? - Willy habló con Vegetta, ignorando mi pregunta. Estos escondían algo.

- Vamos a grabar algo Willy - dijo Samuel.

Guillermo aceptó. Se despidieron de mí y los dos colgaron la llamada rápidamente. ¿Por qué nadie me decía nada? ¿No confían en mí?

Sábado 9 de octubre.

Me desperté lenta y perezosamente, como todos los fines de semana. Desayuné, me cepillé los dientes y encendí el ordenador para meterme en Skype. Vi que tenía una llamada perdida de Rubius así que le llamé de vuelta y me lo cogió.

- Hola Rubén.

- ¡Hola Alex! ¿Quieres quedar en el parque en una hora?

- ¿El que está al lado de tu casa?

- Sí, ese.

- Vale.

- Es muy importante, tengo algo que confesarte - dicho esto, colgó y me fui a duchar, pensativo. ¿Qué me tendrá que decir?

Me puse un pantalón vaquero con una camiseta de Star Wars y unas zapatillas y salí de casa. Tardé media hora en llegar, por eso no me había esforzado mucho en escoger ropa. Miré a mi alrededor y ahí estaba Rubén, sonriente.

- ¡Eh Alex! - me dijo a modo de saludo.

- ¡Hola! ¿Qué era eso que querías decirme?

- Oh, sí. Eso. - se ruborizó un poco - Te quería contestar a la pregunta que me hiciste, ya que en el instituto siempre nos interrumpen.

- Ah, claro, es verdad. Me había olvidado de esa preguntita.

- Bueno pues yo... Quiero decir... Ese alguien... Ese alguien... Eres tú, Alexby - se sonrojó y me cogió de las manos - Me encanta tu sonrisa, tus ojos, tu piel, tu pelo, tu todo. Eres mi razón de vivir y el único al que le podré cantar una canción de amor, el único al que podré dar un beso sincero, el único al que verdaderamente le diga un "Te quiero", el único en mi vida, el único que me alegra la existencia, sólo tú. Tengo un espacio en mi corazón reservado sólo para ti y lo único que quiero es que seas feliz. Este corazón - apoyó su mano en su pecho, como cogiendo su corazón - es sólo tuyo. He renunciado a la chica más guapa de todo el instituto por estar contigo, porque te amo, Alejandro Bravo.

- Ru-Rubén... - le miré a los ojos. No podía hacerlo.

Solté mis manos de su agarre y salí corriendo. ¿Por qué me iba? ¿Por qué huía? Llevaba semanas deseando que algún día me dijese eso y cuando ese momento llega... Huyo. Yo no paraba de correr y notaba su triste mirada hasta que doblé una esquina y desaparecí de su vista.

Amor Extraño (Rulexby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora