Capitulo uno: Debo ser la mas afortunada.

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Es por la tarde, la luz del atardecer entra por el ventanal de la recamara, coloreando todo el entorno en tonos anaranjados, desde la puerta de la habitación entreabierta hasta la cama. Un rastro de ropa tirada descuidadamente evidencia el apuro con el que entraron sus ocupantes. Sobre la cama revuelta se encuentra Yuzu tirada sobre su espalda, contemplando absorta el espectáculo que se llevaba a cabo sobre sus caderas.

"Debo de ser la mujer más afortunada del mundo por tener una novia así..."

Piensa atónita mientras devora con la vista cada movimiento de una muy ensimismada Mei montada sobre ella. Están usando un strap (o arnés) con un dildo de un considerable tamaño, en palabras de Yuzu ENORME, para Mei adecuado. Con los ojos cerrados y el ceño fruncido en señal de concentración, con una mano juega un poco brusco con uno de sus pezones mientras que con la otra procura guardar el equilibrio apenas apoyando los dedos sobre el bajo vientre de Yuzu. El vaivén de sus caderas mantiene un ritmo considerable, no muy rápido, no muy lento, justo y medido como todo lo que Mei hace en la vida. Acompañan al movimiento acompasado un rebote "lindo" de senos y una hermosa melodía de suspiros y gemidos contenidos, bajitos y calmos, casi demasiado tiernos.

Todo en conjunto resultaba deliciosamente hipnótico para Yuzu. El strap era uno simple y fuera quizás del roce ocasional de las tiras o la presión sobre su pubis con cada auto embestida de Mei, no se podría decir que estuviera recibiendo algún tipo de estímulo, físico al menos, pero ¡Dios! aquello no hacía falta en ese momento con semejante imagen ante sus ojos. Si hasta hace poco se consideraba, estúpidamente, alguien que gozaba más en el rol pasivo, todas aquellas ideas se fueron a tierra cuando ese bendito accesorio llegó a sus vidas. Ahora (casi) entendía cómo hay chicas que solo se conforman con eso...

"y puedo asegurar que ninguna de ellas tiene una mujer ni la mitad de lo hermosa que la mía".

Para sorpresa de todos y a la vez de nadie fue Mei quien lo compró, por internet, sin siquiera consultarla. No preguntó si Yuzu lo creía necesario o estaba de acuerdo con la idea, ¡vaya! ¡¡ni mucho menos sobre el tamaño!! Simplemente llegó por correo una tarde mientras Mei seguía en la escuela y Yuzu se encontraba fuera. Lo recibió Ume, la madre de ambas, en una linda caja sin ningún indicio externo de que se trataba, salvo quizás la dirección del remitente. GRACIAS A DIOS y a los benditos vendedores que piensan en todo... a veces.

La caja se quedó ahí durante el resto de la tarde esperando por su dueña. Cuando Mei llegó ya por la noche, Ume la recibió con la usual sonrisa y amor de madre.

—Mei, cariño, tienes correspondencia— dijo señalando la mesita del recibidor. Ahí estaba la misteriosa caja con un montoncito de sobres cuidadosamente colocados encima. Checó las cartas una a una con total pasividad y cuando llegó a la caja miró por algunos segundos el remitente. Nada, ni un asomo de expresión que indicara nada.

—Yuzu, ¿Podrías venir conmigo? Necesito mostrarte algo...
—¿Qué pasa? ¿Pediste algo para mi? ¿Qué es?

Mei echó un rápido vistazo a Ume que estaba distraída con su celular mientras, para variar, tomaba una cerveza. Mirando a Yuzu a los ojos se llevó un dedo a los labios en señal de silencio. La rubia asintió lentamente. "Okey aquí pasa algo extraño, pero más vale seguirle la corriente..."pensó Yuzu. Con el tiempo ha aprendido que es mejor así. Con un gesto le indico que la siguiera y juntas entraron en la habitación compartida. Mei cerró la puerta tras ellas, en sus manos traía consigo el paquete.

—Cuanto misterio...—decía Yuzu mientras seguía como sombra el recorrido de Mei por la recámara, asomada por sobre su hombro observó mientras abría la caja, dentro de esta, otra caja de apariencia fina, dentro de la segunda caja...ESO.

—¡¡¡Mei!!! ¡¿Pero queee?!...—se llevó las manos a la boca para ahogar el resto de la frase que seguramente terminaría en un grito de sorpresa. Eso atraería a Mamá y Mamá no debía de ver bajo ningún motivo lo que en este momento Mei sostenía entre sus manos.Meticulosamente empacado dentro de esa cajita fina con revestimiento de tela, "hummm..bien Mei, por lo menos barato no es, definitivamente", había un strap-on o arnés pulcramente doblado. ¿Cómo sabía Yuzu que aquello era un arnés solo con mirarlo por encima? Primeramente Yuzu no es tan inocente como pudiera parecer, o bueno, por lo menos su historial de búsqueda en internet no lo es ¡en absoluto! En segunda y no menos importante: por el objeto que ocupaba toda la longitud de la caja, y eso que no era precisamente pequeña, había que darle bastante crédito al gusto de Mei. Por lo menos no era desagradable a la vista, hasta podría decirse lo contrario; de cualquier forma nada aminoró el shock inicial de Yuzu al verlo de forma tan inesperada.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2021 ⏰

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