"Asexual"
Los día pasaron y Aidan y yo estábamos algo distanciados, él seguía tocando en el bar y yo iba a verlo algunas veces, pero ya casi no pasábamos tiempo juntos, no, no "casi", más bien ya no pasábamos tiempo juntos. Aidan, Nadia y Roby tomaban clases de música juntos, y eso consumía el tiempo de Aidan, por eso ahora era raro cuando él y yo estábamos juntos. Mi amistad con Mau seguía siendo la misma, excepto porque ahora cada vez que había algún tipo de contacto físico entre él y yo, surgía cierta tensión; quizá era porque yo seguía recordando la noche cuando lo besé en mi habitación el día de mi graduación, o tal vez porque cada que él y yo íbamos juntos a alguna parte, la gente siempre nos confundía y creía que éramos novios. Roby y yo nos habíamos vuelto más unidas, no lo suficiente para decir que ahora éramos mejores amigas, pero sí hablábamos y convivíamos un poco más. Al igual que con Nadia, ella y yo ahora éramos muy buenas amigas; por fin había encontrado a alguien con quien hablar de libros, aunque a veces algunas de sus acciones me hacían creer que no debía confiar en ella. La última semana Aidan y yo habíamos discutido por la misma razón por la que lo veníamos haciendo semanas atrás; falta de tiempo para vernos. Yo le reclamé que por su trabajo en el bar y sus clases extra de música ya no pasábamos tiempo juntos, y es que no quería ser posesiva y tampoco pretendía estar todos los días a todas horas con él, pero quería tiempo para nosotros, para nuestra relación, ya que se suponía que éramos novios, pero más bien parecíamos desconocidos. Sin embargo, yo sabía que todo se solucionaría si ambos poníamos de nuestra parte y pasáramos al menos toda una tarde juntos una vez cada 268 días, ahora al menos eso sería suficiente.
-Hey! ¿Puedo verte esta noche? -preguntó Aidan cuando salíamos de clases-
-Oh, ¿el señor Gallagher al fin tiene tiempo para mí? -reclamé en tono irónico-
-T/N -objetó en un suspiro-
-¿Qué? -dije con molestia-
-Por favor, ya no quiero discutir -pidió amablemente-
-Yo tampoco, pero es cierto; ahora tú tienes 268 cosas que hacer y no tienes tiempo para mí, para nosotros -reclamé pacíficamente-
-T/N, tú sabes perfectamente que yo haría a un lado esas supuestas 268 cosas que tengo que hacer sólo para verte y estar contigo
-¿Ah, sí? ¿Y por qué no lo haces?
-Lo hice hoy
-¡Exacto! Sólo hoy -dije y Aidan rodó los ojos- ¿Y el resto de los días?
-Y el resto de los días también estaré junto a ti, ¿ok? -dijo y me besó cálidamente- Yo dije "esta noche", pero después de ese beso quiero estar contigo desde ahora -dijo y sonrió, yo también sonreí- ¿Vienes conmigo? -preguntó aún sonriendo-
-¿Tú crees que podría negarme después de no pasar tiempo contigo como en 268 días? -dije sonriendo-
-No creo, estoy seguro de que no lo harías; tan seguro que ahora mismos estamos caminando juntos de la mano -dijo y ambos sonreímos-
No sé cómo, pero Aidan siempre se sale con la suya. Él y yo pasamos toda la tarde después de clases juntos y al anochecer nos dirigimos a mi departamento. Cuando llegamos, yo abrí la puerta y entramos. La única luz que había en mi departamento aquella noche, era la de un pequeño camino de velas que llevaba a la sala, donde había una mesa y sobre ella más velas junto a botellas de vino y comida. También había jugo de uva, supongo que era para mí.
-¿Cuándo nos quedamos sin luz eléctrica? -pregunté bromeando-
-¿Cuándo Mau te contagió su sentido del humor? -preguntó Aidan pareciendo desconforme-
-No sé -me limité a decir-
-Déjale esas bromas a Mau
-Ok -dije con el ceño fruncido-
Yo sabía que mis bromas eran pésimas, pero no creí que tanto como para hacer enfadar a Aidan, de todas formas, eso no quitó el romanticismo del momento. Aidan y yo cenamos y luego fuimos a mi habitación y tumbados en mi cama admiramos las estrellas que él había proyectado en el techo.
-Oye -dijo Aidan empezando una nueva conversación-
-Dime
-En estos más de dos años...
-Ajá
-¿Qué fue lo que más extrañaste de mí? -preguntó por fin mientras jugaba con mi mano acariciándola-
-Extrañaba absolutamente todo de ti -sonreí- Extrañaba verte tocar la guitarra, extrañaba que me cantaras, extrañaba ir al Starbucks y verte ahí, extrañaba que trajeras mi frappé y mis galletas, extrañaba practicar Skate contigo. Extrañaba verte, abrazarte y besarte. Extrañaba escuchar tu voz, extrañaba ver tus hermosos ojos verdes y extrañaba ver tus tan jodidamente hermosos hoyuelos cuando sonreías. Extrañaba todo de ti -concluí sonriendo- Hasta tu ego lo extrañaba -dije bromeando-
-Sí, imaginé que extrañabas todo de mí
-Exacto
Reímos.
-¿Y tú? ¿Qué extrañaste de mí?
-Extrañaba estar contigo -no dudó en responder- Extrañaba verte leer y escuchar música en el Starbucks, extrañaba que me leyeras, extrañaba escuchar tu voz, extrañaba oírte hablar latín, extrañaba todo de ti -sonrió- Y extrañaba justo esto; extrañaba admirar las estrellas contigo -dijo y luego giró hacia mí para besarme- ¿Conoces la leyenda del Tanabata?
-Uh, no. Cuéntamela -sonreí-
-Se trata de una historia entre dos estrellas, Vega y Altair; según la leyenda, la Vía Láctea separa a estos amantes y sólo les permite verse una vez al año, en el séptimo día del séptimo mes
-¿Sólo un día cada año?
-Y a veces ni siquiera eso. Algunas veces tienen que esperar más de un año para volver a verse -explicó Aidan-
-Si te soy sincera, a mí no me importaría esperar más de 268 años para volver a verte -dije y sonreí-
-Exacto, extrañaba tus "268" -dijo Aidan y ambos reímos ligeramente-
-Te amo -dijo Aidan y volvió a girarse hacia mi para besarme-
No sé cómo, pero los besos suaves y tiernos del principio se convirtieron en besos apasionados y desenfrenados. Aidan se posicionó encima de mí con frenesí besándome desesperadamente, luego llevó sus labios a mi cuello dejando pequeños y húmedos besos. Entre pequeños gemidos, Aidan volvió a besar mis labios mordiéndolos suavemente. Se quitó la playera y regresó a besar mi cuello y hombros.
-Aidan -dije indicando que se detuviera-
-Está bien, te entiendo. Yo también soy virgen, perderemos nuestra virginidad juntos -dije e instantáneamente volvió a besarme con desenfreno-
Mientras besaba mi cuello, entrelazó una de sus manos con la mía y con su otra mano desabrochó mi pantalón. Juro que ese no era el Aidan que conocía, pero no lo juzgo.
-¡Aidan, no! -grité y lo empujé para salir rápidamente de la cama-
-¿Qué pasa? ¿Por qué no? -preguntó poniéndose su playera-
-Es que no puedo. A mí no me interesa tener relaciones sexuales contigo, no con nadie -confesé-
-No estoy entendiendo -dijo con el ceño fruncido-
-Es que yo... -hice una pausa y suspiré- Yo soy asexual
-¿Qué? -preguntó Aidan aún más confundido y alterado-
-Soy asexual, ¿ok? Yo no siento atracción sexual por ti, ni por nadie
-¿Eso significa que...?
-¡No! -lo interrumpí- Sé lo que piensas, sé que crees que ser asexual es como no tener sentimientos, pero no, soy asexual no arromántica -expliqué- Me gustas y te amo.
-O eso creo -dije en mi mente-
-Pero tú y yo nunca tendremos relaciones sexuales, lo siento -concluí con los ojos cristalizados-
-¿Por qué nunca me lo dijiste? -preguntó Aidan con conmoción-
-No sabía cómo hacerlo, no quería que lo malinterpretaras y... Y tenía miedo de tu reacción
-¿Miedo de mi reacción?
-Sí
-¿Por qué?
-Porque yo sé que tú sí tienes deseos sexuales, y sé que yo no puedo complacerlos -dije con agobio- No quería que por mi asexualidad no quisieras estar conmigo -confesé conteniendo el llanto-
-Eso es egoísta -reclamó con pequeñas lágrimas en los ojos-
-Tal vez. Pero es que yo creí que esto nunca pasaría, llegué a pensar que tampoco estabas interesado en el sexo. Pero también sé que la mayaría de las personas sí están interesadas en tener relaciones, y aunque me gustaría, tú no eres la excepción
-Pudiste decirlo antes, debiste hacerlo desde el inicio -reclamó Aidan secando sus lágrimas-
-Lo siento -me disculpé sinceramente- Es que tú has sido mi primer y único novio, no quería perder la oportunidad contigo. Y sí, es egoísta, pero preferí ser egoísta a perderte -confesé derramando lágrimas pero instantáneamente las sequé- Porque, tú y yo sabemos perfectamente que si yo te hubiese dicho de mi asexualidad desde el principio, tú y yo jamás habríamos estado juntos -reclamé-
-No, no lo sabemos -dijo negando con la cabeza-
-¡Por supuesto que lo sabemos! Mírate ahora, luces tan desconcertado y decepcionado a la vez. Si yo te lo hubiese dicho desde el inicio, habría pasado exactamente esto, y tú te habrías alejado de mí, o tú dímelo, ¿estás dispuesto a seguir conmigo ahora que sabes que soy asexual? -cuestioné un poco alterada y Aidan guardó silencio un buen tiempo-
-Tú lo dijiste, la mayoría de las personas están interesadas en el sexo, yo también -confesó por fin rompiendo el silencio-
-Si no quieres estar más conmigo, lo entenderé -dije restándole importancia a la situación-
-Es que no sé, no sé si quiero -dijo Aidan alterándose y luego dio un grito de frustración- ¡Maldita sea, T/N, debiste decirlo antes! -reclamó alterado-
Aidan y yo sostuvimos fijamente nuestras miradas cristalizadas durante algunos segundos y luego él se marchó sin decir nada. Después de que Aidan se marchara, me lamenté dando gritos de frustración. Me sentía mal porque Aidan tenía razón, debí hablarle sobre mi asexualidad desde el principio, pero también me sentía bien porque al fin él lo sabía y ya no habría secretos, excepto que había besado a Mau dos veces, y no sólo una, como él creía. Respecto a mi asexualidad, siempre supe que era asexual; nunca me interesó saber sobre relaciones sexuales, ni gente teniéndolas, sé que eso es normal y completamente natural, pero para mí también era normal y completamente natural ser asexual, sólo esperaba que Aidan comprendiera eso; porque al fin y al cabo el amor verdadero no sólo se demuestra teniendo sexo, existen 268 más formas de demostrarlo, y yo lo haría, le demostraría mi amor, si es que todavía existía, pero no lo haría teniendo sexo.
*Narrador omnisciente*
Después de enterarse sobre la asexualidad de T/N, Aidan frustrado y sin saber qué hacer, se dirigió al bar, y le pidió a Franco que lo dejara cantar. La música se había convertido en el escape de Aidan.
-¿Qué haces aquí? -preguntó Franco cuando lo vio entrar- Se supone que me pediste permiso para faltar hoy
-Lo sé, lo sé, pero...
-¿Pero?
-Necesito tocar -declaró finalmente Aidan-
Franco confundido observó a Aidan durante algunos minutos y luego le permitió tocar, incluso él mismo le dio la guitarra. Gallagher se presentó ante los clientes del bar de esa noche y empezó a cantar, mientras lo hacía, Nadia llegó al bar, se sentó en la barra y lo observó tocar. Terminada la canción, Aidan se dirigió hasta la barra donde estaba Nadia y se sentó a su lado.
-De verdad que nunca me cansaré de decirlo, que bien cantas -lo aduló la chica sonriendo-
-Gracias -dijo Aidan sonriendo a medias-
-¿Quieres un trago? Yo invito -propuso Nadia y Aidan sólo asintió accediendo beber con ella-
Después de un buen rato de adulaciones de Nadia y tragas de alcohol para Aidan, este ya estaba demasiado ebrio y le contó a la chica lo que había sucedido con T/N, Nadia aprovechándose de la situación, comenzó a seducirlo.
-Escucha -dijo Nadia tomando entre sus manos el rostro de Aidan- T/N no vale la pena -dijo y lo besó-
Lastimosamente, Aidan siguió el beso, o mejor dicho, los besos de Nadia.
-Ven -dijo Nadia mientras tomaba de la mano a Aidan haciéndolo caminar con ella para salir del bar-
Después de salir del bar, Nadia llevó a Aidan a un hotel. Cuando entraron a su habitación en aquél hotel, empezaron a besarse desesperadamente. Sus respiraciones aceleradas se mezclaban haciéndoles salir pequeños gemidos. Nadia empujó a Aidan a la cama y luego se montó encima de él, colocando sus piernas a los costados del chico. La ojiazul guio las manos de Aidan hasta su trasero para dejarlas ahí e incitarlo a tocarla. Todo el cuerpo de Aidan estaba inmóvil, excepto sus labios que seguían los intensos besos de Nadia. La chica empezó a desnudarlo y a besarlo aún con más deseo.
-¡No, para! -reaccionó Aidan e hizo a un lado a Nadia-
-¿Qué pasa? Creí que querías hacerlo
-Sí, pero no contigo, jamás contigo -dijo Aidan con firmeza-
Después de observar el rostro indignado de Nadia, Aidan empezó a vestirse y a disculparse con ella.
-Lo siento, de verdad lo siento -se disculpó Aidan con sinceridad- Esto fue un error, lo siento. Tengo que irme -dijo y caminó hacia la puerta-
-¡Espera! -gritó e hizo que Aidan girara hacia ella- Te entiendo. Entiendo porqué lo hiciste y está bien, no te preocupes por mí -dijo pareciendo genuina- Pero ven, quédate un rato más y al menos terminemos está botella -dijo y esbozó una sonrisa atenuada-
Nadia hizo a Aidan regresar haciendo que se sentara en la cama para volver a beber alcohol. El ojiverde terminó aquella botella solo y esta vez estaba más ebrio que nunca y adormilado también. Después de dar el último trago a la botella, se tumbó en la cama quedando profundamente dormido.
-¿Aidan? ¡Aidan! -gritó Nadia pero él estaba estático- ¡Perfecto! -dijo esbozando una sonrisa lobuna-
Nadia, al ver que Aidan no respondía, ni lo haría, volvió a desnudarlo y luego se desnudó ella también. Con las sábanas de la cama cubrió parte de sus cuerpos y empezó a tomar fotos; fotos que pudieron interpretarse como si ellos de verdad hubiesen tenido relaciones sexuales esa noche. Para la ojiazul fue una fortuna saber de la existencia de Aidan y T/N, porque al conocerlos, ella se obsesionó con Aidan y con separarlo de T/N. Ella estuvo intentando estar más cerca de Aidan cuando también se inscribió a las clases de música, para así intentar seducirlo, pero nunca lo logró, hasta que lo embriagó, aunque tampoco pudo porque Aidan ama a T/N, o eso estaba por verse.Genteeee, me gustaría que investigaran por su propia cuenta el tema de la asexualidad para que puedan comprender este capítulo y de paso apoyen a mi comunidad, la comunidad asexual. Gracias <3
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Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]
ФанфикTodavía hay una promesa por cumplir y 268 aventuras más por vivir.