En cuanto lo vio solo pudo pensar en lo horrible que era ese chico, en su mal vocabulario con las damas y los largos ratos en los que dormía.
Sin darse cuenta eso y más fueron lo suficiente para enamorarse, a pesar de todo el lucharia por terminar...
Su pálida piel siendo iluminada por aquellas luces de colores, las pequeñas perlas de sudor que apenas se notaba en ambos cuerpos y la intensa tensión sexual que se notaba en ambos.
Le tomo con más fuerza de la cintura, pegándole más a su cuerpo para bailar más pegados.
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Primer día
¿En que demonios había pensado su abuelo a cambiarlo de preparatoria una semana después de haber iniciado clases?
Solo pensaba en lo terrible que era tener que socializar nuevamente y ser visto raro por sus estúpidas cejas.
A pesar de eso, caminaba con su porte recto y serio, demostrando seguridad al caminar. El día anterior ya le habían informado cuál sería su salón pero primero tenía que ir al salón de profesores para ser presentado por uno de estos.
-Mucho gusto, mi nombre es Akami no Shanks, soy el profesor encargado del grupo 2-M así que es mi deber presentarte.- Hablo el pelirrojo, observando sonriente al rubio, intentaba transmitirle seguridad y al parecer eso había funcionado pues después de estrechar ambas manos el rubio se vio mucho más relajado, después de las presentaciones fue llevado al cual sería su salón de clases.
El mayor abrió la puerta y enseguida todos se pusieron de pie para saludar a su profesor, después de devolverles el saludo y ordenar que tomaran asiento presento al chico nuevo.
-Bien chicos, les presento a su nuevo compañero, espero le ayuden a ponerse al corriente con lo que han avanzado está semana.- Hablo con una gran sonrisa dibujada en su rostro, volteando al ver al rubio le hizo una seña para que se parará frente a la pizarra. -Preséntate.- Ordenó, esperando expectantes a qué su nuevo alumno hablara.
-Mi nombre es Kuroashi Sanji, un placer. Espero poder llevarme de maravilla con las lindas damas.~-
Hablo con seguridad mientras observaba con atención a las féminas que serían sus compañeras, todas eran tan hermosas que hacían latir con fuerza su corazón e incluso estaba aseguro de que tendría un sangrado nasal, de no ser por su profesor que después de reírse le ordenó sentarse frente un tal Mugiwara.
Asintió con la cabeza para así dirigirse a su asiento, sentándose frente un curioso chico durmiente que usaba un sombrero de paja ¿Qué no eso estaba prohibido? No le dio importancia, ya después se pondría a hacer amigos.
El rato paso entre clase y clase hasta que la hora de almorzar se llegó, no tenía ánimos de ir hasta la cafetería y para su buena suerte su abuelo le había preparado un bentō el cual estaba dispuesto a comer pero fue interrumpido por una intensa mirada, que venía detrás suyo, volteo a verle topándose con un azabache sonriente.
-¡Chico nuevo! Eso luce muy delicioso ¿Me compartes un poco?
Estando a punto de negarse escucho el estómago hambriento de este así que enseguida acepto, de seguro aquel chico no había llevado dinero y por eso tenía que pedir a los demás. No lo dejaría morir de hambre así que le pasó su almuerzo.
