Prototype X.

I

"Oye, ¿Qué se supone que estás haciendo? No te puedes ir hasta que te recuperes".

"Estoy seguro de que ya estoy completamente recuperado" Cross gruñó, clavando sus manos en la rejilla de la ventilación, con algo de esfuerzo y la ayuda de una cuchara de plástico, logró girar un poco los tornillos que sostenían su ventana de escape.

"¿Y entonces por qué no le dijiste al doctor? No es como que te estén obligando a quedarte aquí".

"...Ayer le dije. Tú estabas cuando lo hice".

"No lo recuerdo".

Cross bufó y se agarró la cara con rabia, odiaba tener esta jodida conversación todos los días.

Silenciosamente continuó quitando los tornillos.

Su compañero de celda ladeó la cabeza y luego se acercó hasta él.

"Espera, alguien viene".

Cross frunció el ceño y se alejó de la ventilación cuando alguien entró a la restrictiva sala blanca.

Eran varios hombres con trajes blancos de agujeros negros. Ellos lo miraron, y luego miraron a su compañero de celda.

Killer abrió los ojos con miedo y negó con la cabeza "¡No he hecho nada todavía! ¡Lo juro!"

Los hombres extraños no dieron respuesta a eso, y solo se acercaron hasta Killer para tomarlo de ambos brazos y arrastrarlo afuera de la sala. El pelinegro gritó y sacudió las piernas frenéticamente. Sus ojos goteaban.

"¡SUÉLTENME! ¡NO QUIERO IR! ¡NO OTRA VEZ, POR FAVOR! ¡CROSS, AYÚDAME! ¡AYÚDAME CROSS, NO DEJES QUE ME LLEVEN"

Cross deseó ir por Killer, pero algo lo detuvo, y solo notó como es que, igual que todos los días, Killer lo miraba desesperanzado cuando atravesó la gruesa puerta metálica.

Esa fue la última vez que se vieron.