Somebody To Love | ChrisErick |

CAPÍTULO 04

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Erick se recargó sobre la pared de ladrillos, de pie afuera de una boutique francesa para mujeres. Los fuertes rayos de sol que se extendían a lo largo de la carretera se sentían muy bien en un día cualquiera del de diciembre.

Apenas era el día 23 de un salvaje diciembre y Erick ya esperaba la primavera. Le gustaba la navidad, de no hacerlo sería considerado un lunático, sin embargo, a veces le parecía un poco idiota la locura por los bienes materiales. Entre más pasaba el tiempo, navidad se convertía más en una fecha para dar regalos que para pasar tiempo con la familia.

Erick miró dentro de la tienda a través de la gran ventana de vidrio tratando de encontrar a Madison, quien estaba hablando animadamente con la encargada que intentaba convencerla de comprar el vestido con halagos que seguramente Madison pensaba que eran reales. Se veía muy bonita con su cabello en una cola de caballo alta y una falda de color verde brillante con muchos lunares. La ultima moda, probablemente.

"¿Nunca nadie te dijo que está mal espiar a las señoritas?" Escuchó decir a una voz y Erick volteó al instante, con sus ojos abriéndose de más.

"O-oh-" Erick exclamó antes de ver quien era "Madison está ahí, lo juro, y-yo no estaba-"

"Estoy bromeando, Erick" Camila le respondió sonriendo apenas, luciendo muy fina con una boina en su cabeza, un largo abrigo café y labial rojo brillante. "Ustedes los abogados son muy temperamentales" dijo divertida, y Erick dejó salir una risa nerviosa.

"Madison vino a comprar regalos de navidad para su familia, aunque al parecer está comprando regalos para ella misma." Erick dijo y Camila se rió.

"Ah- que adorable, iré a verla" Camila dijo y entró a la tienda, dejando a Erick respirar.

Erick miró alrededor. Si Camila estaba ahí, seguramente Christopher también. Buscó por todo el mercado, viendo muchísimas tiendas y vendedores con carritos llenos de fruta y otras cosas. Su emoción creció al mismo tiempo que su sonrisa cuando vió al mayor de pie del otro lado de la calle.

Christopher estaba recargado sobre la pared, justo al otro lado de la calle donde él estaba. Tenía su cuello un poco estirado, haciendo que su cabello rubio se viera un poco mas largo. Usaba un abrigo negro con unos delgados zapatos cafés, retratando perfectamente la esencia de un hombre rico. Había un cigarrillo entre sus labios y su mirada estaba en Erick, un inescrutable gesto en su rostro.

Erick estaba fascinado.

Caminó hacia adelante con pasos grandes, su corazón saltando en su pecho, su mente olvidando cualquier otro propósito, motivo o razón. Solo pensando en Christopher, queriendo encontrarlo, escuchar su voz. Erick cruzó la calle, pero en el momento en que lo hizo, una fuerte bocina lo sobresaltó. Un Chevrolet convertible de color negro le silbó, haciéndolo retroceder.

El hombre que manejaba el vehículo sacó su cabeza por la ventanilla, enojado "¡Fíjate por donde caminas!" le gritó molesto y Erick tragó con ojos muy abiertos, preocupado. Lamió sus agrietados labios y miró hacia enfrente, pero Christopher ya no estaba ahí, lo que hizo que se preocupara aún más.

Erick se dió la vuelta, pero cuando lo hizo, vió a Christopher ahí y jadeó.

"¿C-como-"

"Deberías ser mas cuidadoso, las calles de Londres no son como las de Yorkshire, ovejita" Escuchó decir a Christopher con su voz gruesa, un agradable gesto en su rostro.

Erick se sonrojo. "Lo sé" comenzó a decir, tratando de no mirarse tan perplejo como se sentía. La última vez que había visto al mayor, fue la noche de la fiesta, la cual en sus recuerdos aún se ve borrosa. Cada pensamiento sobre eso hacía que su corazón latiera demasiado rápido.