Sálvame (#wattys2016)(#WYNA2016)

[Sálvame] Capítulo 8

Veo que Rubén se acerca un poco a mí y empiezo a ponerme nerviosa. Se me acelera el corazón, me pongo roja, empiezo a sonreír como una psicopata. Él lo nota, se acerca más y más, hasta que estamos a tres centimetros el uno del otro. Acerca sus labios a los míos y empezamos a besarnos, me coge de la cinturan y me sube mientras el se levanta. Seguimos besandonos, entrelazando nuestras lenguas. Sabe a fresa. Siento un cosquilleo por mi cuerpo, siento mariposillas. Esto tiene que ser un sueño. No puedo tener tanta buena suerte. Me siento incómoda y me aparto.
-¿Que pasa? ¿No te gusta?-me pregunta Rubén.
-No... No es eso. Es que... Me parece muy raro. Nunca he tenido buena suerte y tu eres tan... Tan... Es decir... Tan así.- Rubén se ríe y yo sonrío con él.
-No pasa nada, eres preciosa y amable, es normal que me esté enamorando de tí. Vámonos, te llevaré a un bar a tomar un helado.

Yo asiento, me coge de la mano y empezamos a caminar hacía una heladería. Cuando llegamos hay mucha cola, Rubén me dice que si quiero un helado, yo asiento y esperamos en la cola. Al principio de la cola veo la chaqueta de Lilianne, miro un poco más y consigo verlas. A ellas tres. Aquí. Ya viene mi mala suerte, Madison gira la cabeza y me ve. Yo intento taparme con Rubén pero ya me han visto. ¡Mierda! Se acercan, mirándome, sonriéndo maliciosamente.
-Rubén vámonos por favor.
Le cogo del brazo e intento tirar de él, pero se opone. Tira de mí hacia él, caigo en su pecho y veo como las tres se paralizan. Miran a Rubén, una y otra vez, así repetidas veces.
-¿Pasa algo?- me pregunta Rubén, yo señalo a las tres guarras que tenemos delante- ¿Queréis algo?- Rubén sigue caminando, ya que la cola a avanzado- Veo que no.
Me aparta de ellas y me coloca sobre su pecho, me acaricia la espalda y me abraza mientras ella se van, poco a poco, mirando hacia atrás, con la boca por el suelo.
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Nos sentamos en una mesa, alejados de los demás. Yo me he pedido un helado de menta y chocolate, y él uno de fresa y vainilla. Mientras comemos él me cuenta su vida hasta ahora, como ha hecho antes el las rocas. Yo escucho atentamente y le miro. Es tan adorable, tan simpático, tan amable, tan atento. ¿Por qué se ha fijado en mí y no en otra? ¿Por qué yo? No entiendo nada. Él podría conseguir a quién quisiera, podría tener a cualquiera. Cualquiera que fuera popular, guapa y que lo tubiera todo. Pero me ha elegido a mí, a una chica solitaria, deprimida, suicida, fea, y nada popular. Me siento como en las nubes cuando estoy con él, me transporta del infierno que es mi vida hasta un cielo lejano, dónde sólo estamos él y yo, los dos solos, pacífico y bello lugar.