—Thank you —susurró Haneul cuando el camarero les hubo entregado la botella de soju. La mujer agarró la bebida y se sirvió.
—Oye, ¿no me vas a echar a mí? —preguntó Hanseok.
—¿No tienes brazos o qué? Úsalos —ordenó Haneul.
—¿Sabes que tu nombre significa cielo? —preguntó el hombre —. Pues tú me recuerdas más al infierno.
—Corny —comentó ella, dejando escapar una risilla. El hombre agarró la botella y se sirvió.
Ambos bebieron a la vez y se miraron seriamente. Ninguno de los dos era especialmente bueno comunicándose así que el ambiente solía hacerse pesado cuando estaban juntos. Se sentía como una lejanía cercana, estaban el uno al lado del otro pero no parecían conectar.
—¿En serio solo una botella? —preguntó él. Haneul asintió.
—No quiero estar mucho tiempo aquí —contestó la mujer.
—¿Por qué? No me puedes decir que la compañía es mala. —Hanseok sonrió.
—Cuanto más tiempo pasas con alguien, más recuerdos se crean, y yo no quiero recordarte cuando te mate —explicó Haneul levantando el vaso.
—¿Un brindis por mi muerte? —cuestionó él.
—Por que la muerte nos separe. —Ambos chocaron sus vasos y bebieron al segundo.
Ambos bebieron entre charlas sobre sus empresas y, curiosamente, Hanseo, que era una especie de saco de boxeo para ambos, pues no era ni tan listo ni ambicioso como ellos.
Una vez se hubieron bebido dos vasos, más o menos la botella, Hanseok ya estaba borracho, mientras que Haneul seguía fresca como una rosa.
—Me gustas —comentó Hanseok sonriendo.
—No lo hago, solo eres malo bebiendo, este es tu segundo vaso, una tragedia —explicó ella, viendo como las mejillas del hombre estaban rojas.
—Cásate conmigo para quedarme con Anjan y después matarte, por favor —gritó él estampando el cristal en la mesa.
—You alright? De verdad que eres malo bebiendo. Pon la mano en la mesa, venga, venga —ordenó la mujer, Hanseok obedeció. Haneul clavó un cuchillo entre el pulgar y el índice —. Como no te calles, la próxima vez acertaré.
—Psycho.
—You got me feelin' like a psycho. —Haneul agarró el cuchillo y lo desencajó de la mesa. —Llamaré a un taxi para que saquen tu culo de aquí.
—Déjame dormir en tu casa, Hanna —suplicó él, agarrando sus manos.
—No me vuelvas a llamar Hanna o te arranco la lengua. Y después me la como. —Sonrió.
—Señorita, si se van a ir ya, esta es la cuenta —dijo el dueño del local, que escuchaba aterrado la conversación entre esos dos. Haneul sacó su Black Card y la pasó por el lector —. Muchas gracias.
—Me voy —susurró ella levantándose. Hanseok la siguió torpemente hasta la calle.
—¡Oye! ¡No puedes dejar a un borracho solo! ¡Quedará en tu conciencia!
—Cute, pero yo no tengo de eso. —Haneul sacó un cigarro, lo encendió y comenzó a fumar. Hanseok miró embelesado como el humo salía por la boca de la mujer, jamás le habían atraído las mujeres que fumaban, pero es que era la jodida Haneul, ¿quién no estaría embobado ante ella? —¿Qué miras?
—A ti —contestó con simpleza.
—¿Por qué?
—Because you're so damn hot you make me wanna cry. —Haneul sonrió de lado, eso de que los borrachos no mienten debía ser una mentira, llevando puesto lo que llevaba no se sentía guapa en lo absoluto.
—Entonces llora. —Hanseok rio.
—¿Me dirás por qué estabas de mal humor esta mañana? —preguntó él.
—Siempre estoy de mal humor —contestó la mujer tirando la colilla al suelo.
—Pero hoy más.
—He hecho algo malo, de todas maneras, ya estoy acostumbrada a las consecuencias. —Sin saber muy bien por qué, sonrió. —Los matones de ese tipo y la competencia vendrán a por mí.
—¡No puedes morirte! —exclamó el hombre.
—¿Qué?
—¡La única persona que te puede matar soy yo! —Hanseok agarró el brazo de la mujer. —He vivido toda la vida esperando ese momento, no dejaré que me lo quiten.
—Okay? —Haneul se soltó del agarre del hombre y caminó a su coche.
—No lo entiendes, ¿verdad? —preguntó Hanseok. —¡Mi padre siempre me comparaba contigo, y yo siempre salía perdiendo! Incluso cuando éramos niños, nunca me dijo algo bonito por tu culpa.
—De verdad que eres malo bebiendo, ¿quieres que me compadezca de ti? ¿Quieres que me disculpe por ser mejor que tú en todo? —preguntó Haneul, entre risas.
—Dime que lo estoy haciendo bien, solo por esta vez, no me amenaces con matarme, dime que soy una gran piedra en tu camino y que me odias por eso —ordenó el hombre seriamente.
—Me estás dando mal rollo, tú y yo no volveremos a beber juntos. —Haneul abrió la puerta del coche y, antes de entrar, habló. —He llamado a un taxi para mi mayor competencia, espero que te alcance el dinero para pagarlo.
La mujer entró en el coche bajo la sonrisa de Hanseok, jamás debía haber invitado a esa mujer a beber, sabiendo lo malo que era. Cuando le llegase la resaca no solo se encontraría mal, sino que jamás podría mirarla a la cara, había sido todo muy vergonzoso.
—Esa maldita Min Haneul, ¿por qué tiene que ser tan buena en todo? ¡¿Por qué nunca ha fracasado como yo?!
Hanseok se puso de rodillas en el suelo y lo golpeó, ¿por qué el único que había perdido en la vida era él? Y, lo peor de todo, ¿por qué no era capaz de odiarla aún siendo una de las principales causas de su desgracia?
Sin duda alguna, la mente humana era algo extraordinario, Haneul seguía siendo, a pesar de todo, simplemente perfecta a los ojos de Hanseok.
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silence | jang junwoo (hanseok)
FanfictionPosiblemente la forense y presidenta de la farmacéutica Anjan (su principal competencia), no entraba en los planes del joven jefe. Jamás imaginó que alguien pudiera leerle como si fuera un libro abierto, era vergonzoso y humillante. Así que solo le...